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Financiación

El alza de tipos eleva el coste de las nuevas emisiones del Tesoro al 3,2%, máximos de 2011

Sube 183 puntos básicos en el primer trimestre, superior al alza de 100 puntos del BCE

Coste de las nuevas emisiones del Tesoro
Carlos Cortinas Cano
Gema Escribano

Los inversores minoristas se frotan las manos con las rentabilidades que desde comienzo de año han empezado a ofrecer las letras. Sin embargo, no siempre llueve a gusto de todos. Aunque la renta fija ha recuperado parte del brillo perdido a medida que los bancos centrales redoblaban su lucha contra la inflación, el alza de tipos está obligando a los emisores tanto públicos como privados a pagar más por su deuda.

Los resultados de las subastas que ha realizado el Tesoro español son un buen ejemplo de esta tendencia. Con algunas de las referencias logrando rendimientos que no se veían desde 2011 o incluso desde 2008 (en marzo España vendió deuda a tres meses al 2,67%), el coste medio de las nuevas emisiones cerró el primer trimestre en el 3,17%, máximos de 2011, pero a cierta distancia del 3,89% que llegó a registrar en plena crisis de deuda de la zona euro.

El incremento del coste de las nuevas operaciones está siendo sostenido e incluso supera el endurecimiento monetario acometido por el BCE en el arranque del año. Mientras que en los tres primeros meses del presente ejercicio el organismo que preside Christine Lagarde ha elevado las tasas en 100 puntos básicos (50 en enero y otros 50 en marzo), el aumento del coste de las nuevas operaciones en el mismo periodo es de 183 puntos básicos, pasando del 1,35% al 3,18%. Lejos queda ya el -0,04% registrado en 2021 cuando los tipos permanecían anclados en el 0% y el BCE seguía comprando ingentes cantidades de deuda como parte de su programa de compra de activos para hacer frente a la pandemia (PEPP por sus siglas en inglés).

El incremento resulta aún mayor si se comparan los datos mes a mes. A cierre de marzo las rentabilidades de las nuevas operaciones rondaban el 3,38%, lejos del 0,26% registrado en el mismo mes del año anterior. Al margen de los vencimientos que imperasen en cada uno de ellos, el fin de los tipos cero se está dejando sentir con fuerza. En apenas 12 meses el coste de las nuevas emisiones ha aumentado 312 puntos básicos, inferior al alza de 350 puntos básicos que ha ejecutado el BCE desde que en julio de 2022 pusiera fin a seis años de tipos cero y acometiera el primer incremento del precio del dinero en más de 10 años.

La subida acelerada de los tipos complica el objetivo marcado por el Gobierno en los Presupuestos. Según lo anunciado, el Tesoro espera poder limitar a los 31.275 millones el pago de intereses, un 3,6% que lo abonado en 2022.

Aunque las condiciones financieras se han endurecido, los esfuerzos realizados años atrás por ampliar la vida media de la cartera de deuda (7,88 años) están permitiendo mantener a raya el coste de la deuda en circulación.

En los años de política monetaria ultralaxa el Tesoro profundizó en la emisión de deuda a largo plazo. Junto a las emisiones tradiciones de deuda a 10 o 15 años se sumaron los bonos con vencimientos de hasta 50 años. Estos esfuerzos están ayudando ahora a capear la subida acelerada de los tipos. Las menores necesidades de refinanciación contribuyen a que el tipo medio de la deuda en circulación se sitúe entorno al 1,81% a cierre de marzo. En tres meses el coste solo ha subido en ocho puntos básicos y se sitúa en máximos de tres años. En 2020, el año de la pandemia el coste de la deuda en circulación rondaba el 1,85%.

Los bancos compran 28.285 millones

Tenencias. Aunque los inversores extranjeros (491.851 millones) y el Banco de España (407.835 millones) son los grandes propietarios de la deuda española, en los últimos 12 meses los bancos han aprovechado el aumento de los cupones para engordar su cartera de deuda y compensar los bajos retornos previos. A cierre de enero, los bancos tenían en su poder bonos por valor de 168.948 millones, 28.285 millones más que un año antes. Tras las compras de los últimos meses, las tenencias de la banca española se sitúan en máximos de 2016. Las pérdidas que han registrado las carteras de deuda de la banca regional estadounidense ha llevado a muchos a revivir los fantasmas del pasado. A pesar del revuelo, los expertos llaman a la calma y señalan que esta vez se está lejos del binomio riesgo-país y riesgo-financiero vivido la década pasada.

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Sobre la firma

Gema Escribano
Periodista económica, con 13 años de experiencia como redactora. Formó parte de la web de Cinco Días desde 2010 hasta 2017 cuando pasó a integrar la sección de Mercados. Especializada en información bursátil y mercado de deuda. Estudió periodismo en Universidad Carlos III.

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