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En colaboración conLa Ley

¿Estas vacaciones han sido una ruina? Guía para reclamar por problemas legales a la vuelta del veraneo

Cancelaciones o retrasos de vuelos y la pérdida de maletas son habituales en esta temporada, por eso hay que guardar todos los contratos, recibos y comunicaciones

Colas interminables de pasajeros en el aeropuerto de El Prat de Barcelona.
Colas interminables de pasajeros en el aeropuerto de El Prat de Barcelona.Alejandro García (EFE)

Es viernes, 30 de agosto y, para la gran mayoría de trabajadores, el último fin de semana antes de volver a la oficina. La cuesta puede ser más complicada si, además de enfrentarse a la rutina diaria, hay que lidiar con asuntos pendientes. En caso de que algo haya salido mal durante las vacaciones, como por ejemplo que la aerolínea haya perdido la maleta o que el alojamiento en la playa haya resultado una estafa, hay que tener claros los pasos a dar para denunciar y reclamar la correspondiente indemnización.

Vuelos

Los problemas con las aerolíneas suelen ser más habituales en la temporada de verano por la masificación de viajeros. Un dato: en el primer fin de semana de agosto, los aeropuertos españoles operaron 34.581 vuelos, un 5,3% más que el año anterior. Las quejas más habituales, señalan desde la web reclamador.es, son por cancelación de vuelos y retrasos superiores a tres horas. También los relacionados con la pérdida del equipaje y casos de overbooking (si se deniega el embarque por sobreventa de pasajes).

Según los datos de la plataforma, en julio las reclamaciones de cancelaciones de vuelo aumentaron un 51 % respecto del mes anterior. En ese mismo periodo, los retrasos aéreos se incrementaron un 45% y los problemas con el equipaje se dispararon un 82%.

El reglamento europeo 261/2004 da derecho pedir una compensación de entre 250 y 600 euros por estas incidencias, que la aerolínea tendrá que pagar salvo que se hayan debido a circunstancias extraordinarias. Por ejemplo, los retrasos en los vuelos provocados por los fallos en Aena tras la caída de Microsoft el pasado 19 de julio no pueden exigirse a las compañías. “Este apagón informático fue una situación de fuerza mayor”, confirma Ana Rodríguez, directora de operaciones de Reclamador. . En cambio, los retrasos y cancelaciones debidos a una huelga de los trabajadores sí son responsabilidad de la compañía aérea. Una sentencia del Tribunal Superior de Justicia de la Unión Europea (TJUE) de abril de 2018 determinó que esta situación no se considera una “circunstancia extraordinaria” que escape del control de la aerolínea.

Rodríguez recomienda guardar la reserva del billete, la tarjeta de embarque, el talón de la maleta si se factura o los emails que envíe la aerolínea.

Si la compañía rechaza la reclamación o no responde en un mes, y siempre que el vuelo tenga alguna conexión comunitaria, los afectados pueden dirigirse a Aesa (Agencia Estatal de Seguridad Aérea). La resolución de la agencia es vinculante para las aerolíneas, pero si estás no pagan, habrá que ir a los tribunales.

La indemnización por maletas extraviadas o daños en la valija, por el contrario, no es automática. Se calcula conforme a distintas circunstancias (valor de las pertenencias, días hasta su entrega…) que recoge el Convenio de Montreal y puede llegar a un máximo de 1.400 euros por maleta. Para poder reclamar, explica Rodríguez, “hay que rellenar el parte de irregularidad en el equipaje o PIR que hay que solicitar en el mostrador de la compañía”. Es necesario estar muy atento a que no caduquen los plazos: 21 días para retrasos y 7 para daños en el equipaje. Si no se realiza este trámite, “se entiende que el equipaje ha sido entregado y no se podría hacer reclamación posterior”, advierte.

Alojamientos

Sufrir una estafa al reservar online un apartamento vacacional o alquilar una autocaravana puede arruinar el verano. En estos casos, aconseja la directora de operaciones de Reclamador, hay que guardar todas las pruebas posibles y reportar inmediatamente el incidente a la plataforma que haya hecho el trámite. En paralelo, denunciar ante la policía o la Guardia Civil. Las fuerzas de seguridad necesitan de todas las pruebas y pistas posibles para identificar al estafador porque, en otro caso, archivarán la denuncia.

Para cubrirse las espaldas en estos casos, recomienda Rodríguez, “hay que realizar todos las comunicaciones y pagos a través de la plataforma, ya que estas ofrecen cierta protección y garantía”.

Festivales

Otro foco de conflicto en verano pueden ser los eventos al aire libre. Una tormenta o la ausencia inesperada de los artistas del festival pueden ser motivos para suspender los conciertos. En estos casos, explica Rodríguez, “es importante saber que sí se puede reclamar la devolución del importe de la entrada de forma íntegra siempre y cuando el temporal provoque la cancelación definitiva de todos, o parte, de los conciertos”. Así viene establecido en la Ley General para la Defensa de los Consumidores y Usuarios.

Esta norma permite reclamar la entrada si el espectáculo no se desarrolla íntegramente o en las condiciones anunciadas por sus promotores. También se pueden sumar otros gastos como el de transporte, hotel y comidas realizados como consecuencia del festival.

‘Tips’ para cubrirse las espaldas en las reservas online

Dinero por adelantado.  A la hora de reservar un alojamiento o servicio es importante no enviar dinero por adelantado fuera de la plataforma porque no se le podría reclamar en caso de estafa. La web reclamador.es aconseja hacer transferencias bancarias que dejen rastro. Un dato a tener en cuenta es que el titular de la cuenta bancaria debe coincidir con el titular del DNI facilitado. En todo caso, realizar todas las comunicaciones y pagos a través de la plataforma ofrece más protección.


Identificación. En caso de arrendar un alojamiento vacacional, vale la pena solicitar antes al supuesto casero su DNI escaneado por ambas caras. Como señalan desde Reclamador, hay que tener en cuenta que los estafadores jamás se van a identificar.


Webs piratas. Son aquellas que clonan casi exactamente a las páginas originales. Hay que fijarse que la web tenga delante en su dominio “https”, puesto que ofrece una seguridad y garantía de que es fiable. Hay que desconfiar de páginas o perfiles muy recientes sin valoraciones de usuarios. Tampoco se debe confiar si el contacto es un correo electrónico mal traducido del inglés u otro idioma, o si indica que la persona está en el extranjero. Las direcciones de correo electrónico típicas de estafas contienen letras mayúsculas al azar, múltiples números, barras bajas y el uso de la letra “x”.

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