Las directoras de recursos humanos de la abogacía de élite abordan un modelo de buenas prácticas LGBTI en los despachos
El Colegio de la Abogacía de Madrid, de la mano de myGwork y Manpower, ha impulsado un evento a favor de la diversidad e inclusión en el lugar de trabajo
Este miércoles el Colegio de la Abogacía de Madrid (ICAM) ha impulsado un modelo de buenas prácticas en materia de diversidad e inclusión en los despachos de abogados para hacer frente a la discriminación por motivos de orientación sexual o identidad de género. En un evento a cargo de myGwork, la comunidad de profesionales LGBTI y empresas inclusivas, y Manpower Group, la multinacional de estrategia de talento, al mismo han asistido directoras de recursos humanos de los grandes bufetes nacionales e internacionales.
No en vano, en pleno 2023 el 50% de las personas LGBTI tienen que volver cada día al armario en su trabajo. Y no lo hacen de forma opcional, porque libremente decidan preservar su orientación sexual o identidad de género, sino por miedo. En mayor o menor medida, miedo a los cuchicheos, a las miradas, a no promocionar o a ser despedidas. La otra mitad que sí comparte su orientación sexual o identidad de género, solo lo hace con sus compañeros más cercanos. La situación es peor en el caso de las lesbianas que en el de los gays ya que tienen más dificultades para visibilizarse que ellos por el hecho de ser mujeres. Es más, en el ámbito de la abogacía, el 61% de mujeres LGBTI y profesionales no binarias “se han sentido alguna vez discriminadas en el lugar de trabajo”. Además, la situación de los perfiles junior es peor que la de los directivos ya que estos tienen más facilidades para visibilizarse.
Estas son algunas de las conclusiones del desayuno informativo celebrado en el ICAM, al que también ha asistido José Fernández, concejal presidente del Distrito Salamanca del Ayuntamiento de Madrid. “Creo que los despachos tenemos muchos tabús con estos temas”, ha reconocido la directora de recursos humanos de un gran despacho internacional, que ha hablado de la importancia de los “aliados”. Se trata de profesionales dentro de las empresas que no necesariamente pertenecen a la comunidad LGBTI, pero que promueven acciones a favor de la integración para crear un clima laboral de empatía, comprensión y respeto.
Atraer talento diverso
“El sector legal tiene retos que, con visión de transformación de las culturas de los despachos, se pueden convertir en oportunidades”, ha dicho Miguel Garzón, director de myGwork en España y Latinoamérica. Acompañado de Vicenç Alvaro, director de Marketing para el sur y este de Europa de Manpower Group, ha explicado que los despachos con políticas claras de diversidad ganan al “atraer un talento más diverso, similar al que sale de las universidades, y al retenerlo. Estos profesionales dan un mejor servicio a los clientes, con mayor cercanía y más parecido a la realidad de la sociedad”. Según los datos que han presentado, “el 40% de las personas LGBTI prioriza empresas con políticas claras de diversidad”.
A juicio del decano del ICAM, Eugenio Ribón, “la captación y retención de talento requiere ser sensible y aplicar buenas prácticas sobre diversidad. Esto pasa inexcusablemente por impulsar la diversidad, no solo como apuesta institucional, sino con medidas concretas. Cualquier profesional de la abogacía, sea cual sea su identidad de género u orientación sexual, contará con el apoyo de este decano y de esta Junta de Gobierno para que su proyección laboral no sufra ningún tipo de discriminación o peaje”.
La conclusión del evento ha corrido a cargo de José Fernández, concejal del Ayuntamiento de Madrid por el PP, que ha recordado cómo salió del armario en política. “Es muy necesario que lo hagamos quienes tenemos puestos de responsabilidad” para que existan referentes. No obstante, ha subrayado que “es muy importante que la diversidad no sea un florero, que las empresas no apuesten por ella solo para quedar bien ante la sociedad”, sino por convicción. Porque, aunque suele criticarse la pluma de las personas LGBTI, no se repara en todas las veces que les han intentado cortar las alas.