#MujeresenelSectorPúblico. Cada día somos más
Más de la mitad del personal al servicio de las administraciones públicas, son mujeres, pero esa proporción no se ve reflejada en la representación femenina en los puestos de poder.
La Administración Pública no puede permitirse dejar en la sombra la mitad de su talento. Así resume una gran profesional, Ana Báez, la situación de la mujer en el sector público. Y es que a pesar de que los datos señalan que en el ámbito de la administración pública la presencia de la mujer es mayoritaria, no sucede así, al contrario, en el nivel directivo. Un reciente estudio expone que las mujeres sólo ocupan un 30% de los puestos directivos de la administración pública catalana, pesar de que hay 70.000 mujeres más que hombres trabajando en el sector público catalán.
Según el último boletín estadístico sobre el personal al servicio de las administraciones públicas, más de la mitad de sus integrantes son mujeres, un 55,29%. Pero esa proporción no se ve reflejada en la representación femenina en los puestos de poder. Nadie dice que el desarrollo de una carrera profesional esté exenta de dificultades, ni que deba exigirse menos a una profesional por ser mujer, pero las dificultades, en ningún caso, deben tener que ver con el género de la persona. Es preciso normalizar el papel de la mujer en la sociedad, en el día a día, y en todos los ámbitos, y este deber pasa también por el sector público.
Porque lo que no se ve no existe. Este axioma es perfectamente aplicable a la necesidad de dar mayor visibilidad a la mujer en el sector público como una iniciativa que contribuya a la igualdad real y efectiva, para que en los núcleos de poder y de decisión se equilibre la balanza de género. Puede que el sistema de cuotas no sea el mejor. Sin embargo, no puede negarse la evidencia de que el sistema de cuotas electorales, las famosas listas cremallera, ha permitido que la mujer esté mejor representada en los altos cargos de la administración pública que en la empresa privada, sin que ello signifique que se ponga en duda su capacidad.
Reducir el problema existente a la brecha salarial sería dar una visión simplista, parcial y sesgada. Es mucho más, sobre todo porque, sin duda, en el ámbito público es mucho menor que en el sector privado. La brecha es mucho más sútil, se produce vía profesiones feminizadas, como avalan los datos estadísticos. Determinadas profesiones, mayoritariamente desempeñadas por mujeres, como en el ámbito de atención a las personas o de la educación, tienen reconocidas unas retribuciones inferiores. A diferencia de otras fuertemente masculinizadas, como las de perfil mucho más técnico o económico. Una discriminación indirecta y muy común, pagar igual por categoría, pero menos y peor a los puestos de trabajo "feminizados", los tribunales ya lo han reconocido como tal.
De hecho, la discriminación en muchos casos se disfraza de pequeños gestos, de micromachismos difíciles de percibir. De dirigirse siempre al hombre porque se supone que es el superior, aunque no sea así, de no convocar a mujeres expertas para Comités de estudio y reforma de la administración, o simplemente, el lenguaje. El lenguaje importa, lo sé por experiencia propia, el Secretario, es el Sr. Secretario, cúspide de la organización administrativa, pero cuando la gente piensa en una Secretaria, simplemente, piensa en la Secretaria del Alcalde, que recoge sus llamadas y le organiza las visitas. Cada vez menos, pero todavía es un ejemplo real.
Brecha salarial, discriminación, conciliación imposible, techo de cristal... Este año más que nunca, el Día de la Mujer Trabajadora nos brinda la oportunidad para reivindicar el adecuado papel de la mujer en el sector público. Por eso, porque las palabras no son suficientes sino sólo una herramienta para promover acciones, para finalizar en positivo, algunas propuestas. Implantar, de una vez por todas, la dirección pública profesional, basada en méritos y en criterios profesionales, alejados de filias y fobias personales, y de condicionamientos políticos. Medidas en favor de la conciliación con horarios razonables, aprovechando el teletrabajo, pero sobre todo educación, porque aunque tengamos una Ley de Igualdad y aprobemos más normas, la base de todo cambio y mejora en la sociedad pasa por la educación. #MujeresenelSectorPúblico.Cada día somos más.