Desde el albañil al turista, el impacto económico de los rodajes en España
Las grabaciones de series y películas dinamizan más sectores, además del audiovisual. Un estudio cifra en 1.800 millones la contribución a la economía de 165 producciones extranjeras


A mediodía de un miércoles lluvioso de febrero, en el mesón El 60 hay encendidas dos televisiones. En una, Eva Arguiñano prepara un postre. En la otra, varios grupos de rock se intercambian en el escenario de un festival. Durante cuatro meses, a los parroquianos habituales de este bar de Hervás, en Extremadura, se sumaron clientes nuevos, algunos de ellos caras conocidas del cine y la televisión, como es el caso de Iván Massagué. El actor es parte del equipo de El cuco de cristal, la serie de Netflix producida por Atípica Films, que hace un par de semanas se ha terminado de rodar en este municipio de 3.900 habitantes y sus alrededores.
La sensación que trasmiten los lugareños es que están encantados con la llegada de unas 300 personas que han animado la economía, y la vida, del pueblo entre noviembre y febrero, coincidiendo con la temporada baja de una región a la que muchos turistas se acercan a partir de primavera para disfrutar de la naturaleza.
Las palabras de Gaspar López, concejal de Turismo y Cultura, lo corroboran. “Ha sido un gran evento para el pueblo. Estamos muy contentos. Los vecinos han ayudado en todo lo posible”. Resalta, al otro lado del teléfono, que ha sido “un buen negocio” especialmente para los negocios de hostelería y restauración de la zona.
“Calculo que hemos reservado unas 10.000 noches entre hoteles, viviendas y apartamentos turísticos”, asegura Alberto Félez, productor en Atípica Films, mientras desgrana algunos de los casi 70 proveedores locales que han contratado durante el rodaje, al que este medio acudió invitado. Desde carpinteros a albañiles, pasando por un arquitecto de la zona que fue el encargado de ampliar una cabaña en el bosque con relevancia en la trama de la ficción, la cual está basada en el libro del mismo título escrito por Javier Castillo. Por no hablar de los bares y restaurantes, “algunos de los cuales han decidido no cerrar o abrir más días de los habituales en estas fechas e incluso retrasar unas obras previstas, para aprovechar así la llegada de los miembros del equipo, mucho de ellos jóvenes y con ganas de tomarse algo al terminar de trabajar”, cuenta Susana Moreno, oriunda de Hervás y ayudante de localizaciones en la producción. Sostiene, además, que la población “está contenta” por haber comprado materiales y contratado los servicios en la zona, “en lugar de traerlos de Madrid”.
Coinciden Félez y Moreno en afirmar que los habitantes de Hervás se han volcado con la serie. Muchos han hecho de extras, aguantando incluso el frío de los rodajes nocturnos cerca del río. “La gran mayoría se apuntó no solo por ganar un dinero extra, sino por vivir el rodaje. Es algo que no tienen tan cerca y que les ha impresionado”, dice Moreno, quien no duda en dejar aparcada una de las furgonetas del equipo en la puerta de un garaje. “Ya saben que es nuestra y nos llaman si tienen que salir”. Una situación que contrapone a la que viven los habitantes de ciudades como Madrid, que ven con fastidio cómo les quitan plazas de aparcamiento en los barrios céntricos para dejar hueco a los camiones de rodaje día sí, día no.
Ir más allá de las sensaciones y poner cifras al impacto económico que este rodaje ha dejado en la zona no es posible dado que Netflix no da detalles de la inversión que se ha realizado. Además, teniendo en cuenta que la serie aún no se ha estrenado, es pronto para saber si llegará más turismo atraído por visitar los paisajes y enclaves que ha visto en pantalla, como ha pasado con otras ficciones como Juego de tronos. El concejal de Turismo y Cultura se muestra confiado en un aumento del número de visitantes, a los que recibirán “con los brazos abiertos”.

Sí que existen datos sobre otra serie española reciente, Regreso a Las Sabinas, de Disney+ en colaboración con Diagonal TV. La Motion Picture Association encargó a Oxford Economics una evaluación independiente del impacto en la economía española durante el periodo de producción. En el informe se recoge que “durante 2023-2024, la producción generó un gasto total en España de 12,2 millones de euros. De estos, alrededor de 6,5 millones de euros (un 53%) se destinaron a los salarios del equipo de producción local y otros puestos de trabajo. Los 5,7 millones de euros restantes (47%) se gastaron en alrededor de 1.000 negocios locales que suministraron bienes y servicios”.
La estimación del estudio, que también tiene en cuenta el turismo inducido por la ficción, es que los gastos de producción “estimularon una contribución de 17,1 millones de euros al PIB de España”. Y que por cada millón de euros que las actividades propias de la producción generaron a la economía, se aportaron otros 1,6 millones de euros adicionales a lo largo de su cadena de suministro y mediante el pago de salarios. Del mismo modo, se afirma que se crearon 530 puestos de trabajo a tiempo completo y parcial, y que por cada 100 trabajadores directos, se impulsó la creación de otros 37 empleos. “En España, la inversión de Disney en contenido local está creciendo más rápido que en mercados como Francia e Italia, donde los requisitos regulatorios son más complejos”, escribe en un correo Sofía Fábregas, vicepresidenta de producción original de Disney +. En el caso de los rodajes de Movistar Plus+, durante 2024 generaron más de 15.000 empleos directos e indirectos en unas 500 localizaciones distintas.
Por su parte, la Spain Film Commission (SFC), asociación que agrupa las oficinas encargadas de atraer y facilitar los rodajes en ciudades y regiones, hizo público en el último Festival de Cine de San Sebastián un estudio del impacto económico de los rodajes internacionales en España. En España hay incentivos fiscales, que han ido variando en los últimos años, para los rodajes, tanto nacionales como extranjeros, que se lleven a cabo aquí. El análisis, realizado por Olsberg SPI, recopiló información de 165 producciones internacionales que se beneficiaron de estos incentivos entre 2019 y 2022. Las mismas tuvieron un gasto total de más de 1.320 millones de euros en este periodo, lo que generó un mínimo estimado de casi 1.800 millones de euros a la economía española.
“Las producciones internacionales aportan un valor económico en España de nueve euros por cada euro de incentivo recibido”, asegura Juan Manuel Guimeráns, presidente de la SFC, quien sostiene que es “prácticamente imposible” saber el número total de rodajes que se realizan en territorio nacional.
En el informe se asegura que el impacto no se limita al gasto directo en industria, sino que se extiende a todo el tejido económico nacional. “Se estima que estas producciones generaron o sustentaron una media de 7.080 empleos equivalentes a tiempo completo cada año en toda la economía española durante el periodo 2019-2022″. Y se pone el ejemplo de una “película de alto presupuesto”, sin revelar el título, que destinó el 74% del gasto en producción “a otros sectores como pueden ser la construcción, la hostelería, el transporte y servicios municipales”. “De manera similar, en una serie de televisión de alto presupuesto, el 54% del gasto se dirigió a sectores no específicos de la industria cinematográfica”, se añade.
La llegada de rodajes foráneos, y de aquellos nacionales encargados por plataformas extranjeras, ha traído consigo nuevos perfiles en el equipo técnico, como asegura Alberto Félez. El productor cita como ejemplos a los asesores de intimidad, que ayudan a los actores con las escenas de sexo, y a los coachs de menores, encargados de hacerles sentir cómodos, ensayar con ellos y trasmitirles las órdenes de la dirección del proyecto de manera que las entiendan. Como ocurre en el rodaje de la serie de Atípica Films.
Del mismo modo, el aumento de los rodajes en los últimos años ha supuesto una mayor demanda de profesionales, que ahora pasan menos tiempo parados entre un proyecto y otro. “Es más complicado encontrar equipos. Hay perfiles a los que tienes que contactar con bastante tiempo si los quieres en tus rodajes”, cuenta Laura Alvea, directora de El cuco de cristal, que lleva dos décadas en el sector. Destaca, además, que “ya no es necesario irse a Madrid y Barcelona a trabajar” porque se llevan a cabo filmaciones en muchos puntos del país, lo que permite dotar de mayor “personalidad” a las localizaciones, y que no sean las que los espectadores han visto más veces en pantalla.
Una afirmación en la que coincide Guimeráns, quien enfatiza “la diversificación geográfica de la producción audiovisual en España”. “Las políticas fiscales o el compromiso de las diferentes Administraciones han hecho que en estos años se hayan desarrollado nuevos polos, que han mejorado sus infraestructuras de producción y formación, generando sectores industriales propios”.
En el caso de El cuco de cristal, uno de los factores que influyó en la elección de Hervás como escenario de la trama fue la existencia en la localidad de Estudios Auriga, en cuyas instalaciones hay un plató de 500 metros cuadrados que nada tiene que envidiar a los que Netflix tiene en Madrid, a juzgar por las palabras del equipo de producción, que lo ha tenido alquilado desde septiembre a este marzo. Entre decenas de percheros y cajas con la ropa y los zapados usados en la serie, Rodrigo Rivas, productor, director y propietario del estudio, cuenta que el primer pilar del edificio se levantó justo cuando comenzó la crisis económica de 2008. A pesar de eso, siguió con su idea de tener unas instalaciones cinematográficas en un lugar que le permitiera “trabajar y criar”. A través de cursos de formación impartidos por profesionales de renombre de la industria, Rivas trata de dar a conocer las oportunidades que ofrece el estudio y poner su granito de arena al impulso del sector en Extremadura.
Palacios y estaciones reales que sirven como decorados

Hace unas semanas, Movistar Plus+ estrenó La vida breve, una miniserie de producción propia que repasa el reinado de Luis I, el más corto de la historia de España. La peculiaridad de esta ficción es que ha sido rodada, en gran parte, en palacios y reales sitios de Patrimonio Nacional. El año pasado este organismo público ingresó 256.000 euros por alquilar sus espacios para rodajes. Desde la institución se destaca que las ficciones sirven para dar visibilidad al patrimonio histórico y artístico del país, y que muchos visitantes cuentan que han llegado atraídos por lo que han visto en pantalla.
Las estaciones de ferrocarril son escenarios de emotivas despedidas y reencuentros que se han plasmado muchas veces en pantalla. Y hay ocasiones en que las escenas no se graban en platós, sino en sitios tan concurridos como la sevillana Santa Justa. Según un informe de Adif, 163 proyectos se han realizado en sus instalaciones durante los últimos cinco años, la mayor parte en estaciones, aunque también han tenido lugar en túneles y vías. La empresa asegura que su objetivo con el alquiler de espacios es apoyar y contribuir a la promoción de la industria audiovisual.
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