Barclays alerta de ventas masivas de acciones de petroleras para esquivar el ecopostureo
La nueva normativa europea es mucho más estricta sobre los títulos que puede tener un fondo con la etiqueta sostenible
Las gestoras de activos que ofrecen fondos con etiqueta sostenible en Europa podrían tener que deshacerse de cerca de 27.500 millones de euros en acciones y bonos si pretenden mantener la denominación bajo las nuevas normas, según analistas de Barclays. De esta forma podrían evitar el ecopostureo (greenwashing, en inglés).
“Esperamos que la mayoría de los gestores opten por mantener la etiqueta verde y, por tanto, tendrán que vender las participaciones excluidas”, afirman los analistas de Barclays dirigidos por Charlotte Edwards. La nota recuerda que estos fondos “suelen ser comercializados con un nombre sostenible para atraer a un determinado grupo de inversores”.
La evaluación se produce tras la entrada en vigor en la Unión Europea de nuevas normas de denominación de fondos en materia medioambiental, social y de gobernanza (ESG, por sus siglas en inglés) tras repetidos casos de ecopostureo. Los reguladores vieron que había muchos vehículos de inversión con etiqueta sostenible, que luego tenían en cartera industrias contaminantes, productores de petróleo, etc.
Entre los valores que más se pueden ver afectados por estas ventas destacan las petroleras TotalEnergies, Exxon Mobil y Shell, según Barclays. Otros estudios han llegado a conclusiones similares. Morningstar Sustainalytics dijo el mes pasado que las desinversiones desinversiones podrían alcanzar los 40.000 millones de dólares.
Cerca de 6.500 fondos domiciliados en la UE incluyen en sus nombres términos relacionados con la sostenibilidad y la inversión verde, según un informe de mayo que especifica los requisitos por la Autoridad Europea de Valores y Mercados (AEVM).
Aproximadamente tres de cada cuatro fondos de renta variable y fija, con etiqueta verde, tienen al menos un valor que incumple las nuevas normas, por lo que “si todos los fondos vendieran su exposición, en lugar de eliminar los términos ESG del nombre de su fondo, esto supondría una presión de venta de 24.500 millones de dólares en fondos de renta variable y de 4.800 millones de dólares en fondos de renta fija”, apuntan los expertos de Barclays.
Los fondos pasivos o o indexados tienen más probabilidades de cambiar de nombre que los activos, según los analistas. Esto se debe a que la venta de un un valor requeriría un cambio en el índice de referencia subyacente, lo que hace que la salida sea “más difícil”.
Los analistas de Barclays analizaron 1.700 fondos de renta variable y 800 fondos de renta fija con un total de 1,34 billones de dólares en activos gestionados. Según las nuevas normas de la AEVM, los fondos de inversión con términos ESG o equivalentes deberán tener al menos el 80% de sus activos bajo gestión en algo que esté realmente relacionado con la etiqueta.
Además, los fondos no podrán invertir en empresas que figuren en una lista de exclusión en virtud de las normas de la UE sobre índices de referencia alineados con París, o las normas de la UE, algo menos estrictas normas de referencia transición climática.
Los analistas de Barclays estiman que las empresas que incumplen las listas de exclusión de la ESMA, según datos de MSCI, constituyen el 2,5% y el 1,5% de los activos gestionados en fondos de renta variable y renta fija regulados por el reglamento, respectivamente. Los fondos con activos estadounidenses y de mercados emergentes están más expuestos al riesgo de venta que los fondos con participaciones europeas, sobre todo en el ámbito de la renta fija, debido a su exposición al petróleo y al gas, según los analistas. Los sectores más expuestos a las exclusiones de la nueva normativa de la AEVM son la energía y los servicios públicos.
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