La fórmula de Chris Hohn, el filántropo que generó 12.000 millones de euros de ganancias en un año
El fundador del fondo activista TCI, que se implica a fondo en la gestión de las empresas, tiene una importante presencia en el Ibex, a través de Ferrovial, Cellnex y Aena
El mejor fondo de inversión libre del año pasado no fue uno de los gigantes habituales de Wall Street -Citadel, Bridgewaters, Millennium...-, sino un hedge fund de perfil activista, basado en Londres, y con una importante presencia en la Bolsa española. El beneficio generado para sus partícipes ascendió a 12.000 millones de euros, batiendo a todos sus competidores. Esto supone un retorno anual del 33%. ¿Su gestor? Chris Hohn (Addlestone, Reino Unido, 1964), fundador de la firma The Children’s Investment Fund (TCI).
Hohn, hijo de un mecánico jamaicano que emigró a Reino Unido, le ha dado a TCI un toque personal que lo hace completamente distinto al resto de hedge funds. Desde su fundación, en 2003, TCI Fund ha estado conectado con una fundación de apoyo a la infancia. De ahí el nombre. Esta organización ya maneja activos por valor de 6.000 millones de euros, que utiliza para financiar programas para luchar contra la malnutrición infantil, apoyar la educación y combatir la discriminación de las niñas.
Su mujer, Jamie Cooper-Hohn, dirigía la fundación. Después de su divorcio en 2014 -tras el que ella cobró 400 millones de euros, la mayor compensación de la historia británica-, TCI ya no tiene el mandato de destinar dinero a esa fundación concreta, y lo distribuye entre varias organizaciones. En los últimos años, Chris Hohn ha optado por apoyar más a proyectos vinculados con la lucha contra el cambio climático. De hecho, dona dinero para Extinction Rebellion, una organización global ambientalista que promueve la desobediencia civil no violenta.
El éxito inversor de Hohn ha sido tal que, además de crear una de las ONG más grandes del mundo, ha conseguido amasar para sí una fortuna valorada en 6.250 millones de euros, de acuerdo con la revista Forbes. El año pasado, gracias a los excepcionales resultados del fondo, Hohn ganó 276 millones de libras (323 millones de euros). Más de un millón por cada día trabajado.
TCI, la firma fundada por Hohn y que tiene su sede en el exclusivo barrio de Myfair de Londres, gestiona ya un patrimonio de más de 56.000 millones de euros. A medida que su éxito se iba consolidando, amplió el negocio a la inversión activos inmobiliarios y este año ha abierto una delegación en Abu Dabi, para captar dinero fresco.
El año pasado Hohn estuvo de máxima actualidad en España, al convertirse en el principal valedor del traslado de la sede fiscal de Ferrovial de España a Países Bajos. Su respaldo fue explícito: tras anunciarse la medida hace un año, invirtió 191 millones de euros para adquirir un 1% adicional en Ferrovial, hasta el 7%. TCI es el tercer accionista de la empresa que preside Rafael del Pino (el primero extranjero). El británico está también presente en el accionariado de Aena, Airbus y Cellnex. Entre las posiciones de TCI y alguna apuesta personal, mantiene una inversión de más de 7.000 millones, lo que le convierte en el segundo mayor inversor extranjero en la Bolsa española.
El actual primer ministro británico trabajaba para TCI cuando participó en el desguace de Fortis
En estos 20 años de vida, el fondo TCI ha generado una rentabilidad media anual del 18%, que bate holgadamente a la obtenida por la Bolsa mundial. Su estilo de inversión no es el habitual de los fondos de inversión libre -que a menudo toman posiciones bajistas agresivas contra compañías-, sino que se basa en seleccionar un puñado de cotizadas por las que apuesta y en las que se implica para conseguir cambios.
Hohn es célebre por su incansable empeño en presionar para poner en marcha reestructuraciones estratégicas que mejoren resultados y rentabilidad. El inversor no duda en liderar campañas cuando cree que una acción cotiza por debajo de su valor intrínseco. Una de las más recientes fue en Alphabet (el gigante tecnológico dueño de Google), donde escribió una carta al consejero delegado Sundar Pichai pidiéndole que iniciara cambios de calado para recortar gastos y reducir plantilla.
Su fondo TCI tampoco ha dudado en criticar el gobierno corporativo de Cellnex. Su presión consiguió materializar la salida del presidente, Bertrand Kan, el nombramiento de Marco Patuano como consejero delegado y la renovación de buena parte de la cúpula directiva. El listado de compañías que han recibido un correo con “peticiones” de Hohn es extensa: Airbus, Canadian National Railways, la Bolsa de Londres, Volkswagen... Cuando cualquier empresa recibe una carta con membrete de TCI, sus directivos se echan a temblar.
Entre las piezas de caza mayor que se ha cobrado destacan el consejero delegado de Deutsche Börse, por negarse a abandonar el plan de fusión con London Stock Exchage. También fue protagonista del desguace del banco holandés ABN Amro, que se acabaron quedando Santander, Royal Bank of Scotland y Fortis. Por aquellos tiempos, uno de sus pupilos en TCI era el actual primer ministro británico, Rishi Sunak. En Volkswagen batalló contra los salarios de los directivos en 2016.
Actualmente, entre las principales apuestas en las carteras de TCI están Visa, General Electric y las agencias de calificación crediticia Moody’s y S&P Global. Hohn siempre ha enfatizado la importancia de tener en cartera una diversificación sectorial. Él ha invertido en empresas industriales, de productos de consumo, servicios financieros e incluso bancos. Aunque el sector servicios representa la mayor parte de las participaciones de TCI Fund Management, el fondo también está muy invertido en tecnología y sanidad.
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