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Los peligros de ligar el futuro de una firma de inversión al prestigio de su gestor estrella

Odey AM roza la desaparición por los problemas de su fundador. Las entidades muy personalistas sufren por la salida sus primeros espadas, por eso cada vez hay mayor tendencia a una gestión coral

Miguel Moreno Mendieta
El gestor de fondos Crispin Odey.
El gestor de fondos Crispin Odey.HENRY NICHOLLS (REUTERS)

Hollywood creó su star system en el periodo de entreguerras, como la mejor forma de enganchar a un público masivo y controlar el proceso de producción de películas. El mundo de fútbol también ha acabado rendido a la potencia de las grandes figuras globales, como Leo Messi o Cristiano Ronaldo. ¿Y en el mundo de la inversión? La figura de los gestores estrella es un medio estupendo para transmitir al inversor la idea de que una firma cuenta con un mago de las finanzas. Ahora bien, la otra cara de esta moneda implica ligar el prestigio y el futuro de la entidad a la situación de una única persona. Muchos grupos reniegan de este modelo y defienden las bondades de una gestión coral.

Uno caso reciente que muestra con toda su crudeza este dilema es el de Crispin Odey, fundador de la firma Odey Asset Managment y considerado como uno de los mejores gestores de hedge funds de Reino Unido. Las revelaciones del diario Financial Times apuntando a que Odey habría acosado sexualmente a 13 mujeres en el ámbito laboral han puesto a la firma al borde de la desaparición.

La semana pasada, la entidad anunció que Odey había renunciado a todos sus cargos, y que ya no tenía ninguna participación en el capital ni ninguna implicación económica. De nada sirvió. Sus proveedores financieros (Morgan Stanley, JP Morgan... ) han renegado de la gestora y los clientes quieren recuperar su dinero. El supervisor británico de los mercados ha puesto restricciones a los actuales gestores de Odey AM en el acceso a la liquidez y los activos. Desde la entidad se ha reconocido que la única salida es la venta a un competidor.

En España, uno de los mayores conflictos vividos con un gestor estrella ocurrió en 2014 en Bestinver, la gestora de fondos controlada por la familia Entrecanales. Durante años, su director de inversiones, Francisco García Paramés, fue cobrando cada vez mayor fama. Los medios le señalaban como el Warren Buffett español tras varios ejercicios logrando resultados mucho mejores que sus competidores. El dinero no paraba de llegar a Bestinver, que superó los 10.000 millones de activos bajo gestión.

Sin embargo, en 2014 Paramés dio la espantada por desavenencias con los dueños de la gestora. Y la crisis fue mayúscula. “Durante unos días no paró de salir dinero de Bestinver. Además, con él se empezó a marchar también todo su equipo. La única forma de contener la hemorragia fue fichar a un gestor del máximo prestigio, para tranquilizar a los inversores”, explican fuentes del mercado que siguieron de cerca todo el proceso.

El elegido fue Beltrán de la Lastra, proveniente de la oficina de JP Morgan en Londres. El rápido anuncio de que sustituiría a Paramés fue un acierto y logró parar el golpe. Además, durante los años que pilotó la entidad logró el reconocimiento de todo el sector. Pero en 2020, la historia se repitió. Dejó Bestinver y, tras él, salió parte del equipo. Tal y como hizo Paramés, esperó dos años por las cláusulas de no competencia y luego fundó su propia gestora de fondos.

Tras estas dos experiencias, el actual equipo de inversores de Bestinver es mucho más coral, con las responsabilidades más distribuidas. No quieren tropezar tres veces con la misma piedra.

Uno de los gestores más emblemáticos de Europa y que ahora se enfrenta al problema de su sucesión es Edouard Carmignac, fundador de la boutique Carmignac Gestion, con más de 40.000 millones de activos bajo gestión.

El gestor lleva años desvinculándose progresivamente de las tareas más directas de inversión. Desde 2017 ha estado buscando un delfín que tomara las riendas, pero los malos resultados del año siguiente le obligaron a recobrar el protagonismo perdido para tranquilizar a la clientela. Uno de los momentos más delicados fue cuando cedió las riendas del fondo bandera de la firma, el Carmignac Patrimoine.

Edouard Carmigac (de 76 años) ha explicado que no quiere vender a un competidor la firma que fundó. Cuando se retire definitivamente, parece que la presidencia de la gestora recaerá sobre su hija, Maxime Carmignac, y que ahora dirige la oficina de Londres. La garantía de que el espíritu y el apellido sobrevivirán a su fundador.

Otro de los gestores franceses más reputados es Bruno Crastes. Después de una brillante carrera en Amundi, decidió montar su propia gestora, H2O AM. Un patrón que se repite de forma persistente: se gana más como dueño de la propia boutique que como empleado de una entidad, por grande que sea. El problema de estos perfiles de inversores es que acaban acumulando todo el poder en la firma y no cuentan con contrapesos que cuestionen sus ideas de inversión.

Crastes logró que su gestora se convirtiera en una de las entidades de referencia en los fondos de retorno absoluto. El éxito fulgurante le hizo asumir cada vez más y más riesgos, hasta que la situación le explotó. Una investigación demostró que había concentrado muchas inversiones de sus clientes en bonos de compañías de un amigo suyo. El caso acabó con la salida del accionariado del gigante Natixis, una sanción de 15 millones de euros para Crastes y de 75 millones de euros para la gestora. El gestor tuvo que dar un paso atrás, y ceder parte de su participación.

Otro nombre propio de la industria es Klaus Kaldemorgen, gestor estrella de la firma DWS (ligada a Deutsche Bank) y con toda una gama de fondos con su nombre. El gestor explica en una entrevista que él nunca ha tenido la tentación de montar su propia gestora. “Lo que he hecho ha sido rodearme de un equipo bueno, y tener una cadena de mando clara. El día que yo no trabaje aquí, mi filosofía seguirá y DWS no tendrá ningún problema”.

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Sobre la firma

Miguel Moreno Mendieta
(Madrid, 1979) es licenciado en Derecho y Economía por la Universidad Carlos III. También cursó el Máster de Periodismo de El País. Se incorporó al periódico Cinco Días en 2006, tras pasar por la web de El País y Mi cartera de Inversión. Escribe sobre el sector financiero, con un foco especial en fondos de inversión y los seguros.

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