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Los negocios buscan en el alquiler de vehículos protección ante la incertidumbre ambiental

El peso de las compañías de menor tamaño en el renting se mantiene estable en el 40%. El cerco regulatorio a los coches más contaminantes podría llevarlas a superar ese umbral

Descarga de furgonetas en la futura zona de de bajas emisiones en el centro de San Sebastián.
Descarga de furgonetas en la futura zona de de bajas emisiones en el centro de San Sebastián.Javier Hernandez Juantegui

Al sacar del balance un activo que se desgasta con rapidez y está sujeto a muchos costes variables (impuestos, mantenimiento, seguros...) para transmutarlo en un gasto de arrendamiento fijo (un solo pago que incluye todo lo anterior), el renting de automóviles es una fórmula muy empleada por los pequeños empresarios, especialmente en tiempos de incertidumbre, cuando la economía no va bien y atarse a una flota propia resta flexibilidad al negocio.

En los últimos cinco años, con pandemias y alzas de combustible de por medio, el peso de las pymes sobre el parque de vehículos matriculado bajo la modalidad del arrendamiento financiero se ha mantenido estable en el entorno del 40%, según la Asociación Española de Renting (AER). Ahora, un nuevo imponderable podría darle un empujón y acercar la cuota de estos clientes a una más representativa de su importancia en el tejido empresarial.

Las presiones ambientalistas han logrado que el Gobierno obligue a las 151 ciudades de más de 50.000 habitantes a imponer zonas de bajas emisiones (ZBE), donde solo pueden circular los coches menos contaminantes. La orden tendría que haberse cumplido en 2023, pero de momento solo 23 la han acatado, incluyendo Sevilla, Córdoba, Barcelona, Zaragoza y Madrid. No obstante, muchos otros consistorios la están tramitando.

La aplicación desigual de la medida, junto con el hecho de que “cada ZBE atesora sus propias características, tanto en lo que se refiere a la extensión como al acceso y las restricciones que conllevan”, ha generado “una importante fuente de incertidumbre”, señalan desde Cepyme. Frente a esta situación, las pymes y los autónomos han buscado protección en el renting, confirman, “ya que su naturaleza da acceso al uso y disfrute de un vehículo durante periodos no demasiado prolongados y sin adquirir la propiedad, dando lugar a una renovación más frecuente de la flota que, a su vez, facilita la adopción más temprana de nuevas tecnologías”, explican.

La aplicación desigual de las zonas de bajas emisiones ha elevado el interés en el arrendamiento

Jorge Serrano, responsable de transporte de la Asociación de Trabajadores Autónomos (ATA), coincide en que el renting favorece la movilidad de los profesionales independientes al poner a su disposición los vehículos necesarios para su actividad sin incurrir en grandes desembolsos iniciales ni complicados procesos de financiación. “A su vez, les permite cumplir con las políticas ambientales y la normativa Euro 6 en vigor hasta la entrada de la Euro 7, que todavía será más restrictiva”, añade.

Inicialmente estaba previsto que el nuevo estándar de emisiones echase a rodar a mediados de 2025, pero esta primavera la UE retrasó su aplicación hasta 2027 para turismos y furgonetas y hasta 2029 para camiones y buses, acentuando las dudas de los conductores ante el cambio de motorización.

“La incertidumbre en el ámbito del transporte: tecnológica, regulatoria... favorece al renting porque es un modelo que ayuda a mitigar los impactos derivados del entorno”, concede José-Martín Castro Acebes, presidente de la AER. “Se trata de un escenario cambiante que afecta a la movilidad profesional, que es nuestro tipo de cliente principal”, coincide Aurora Asensio, gerente de marketing y comunicación de Northgate.

Ventajas en coste

Manuel Orejas, director retail de Arval, en cambio, cree que el impacto de las ZBE todavía es limitado porque la mayoría de los municipios no las han implementado. En su opinión, las pymes se acercan a los nuevos sistemas de propulsión por las ventajas que aportan a su movilidad, no solo en términos normativos, sino también de coste total. En ese sentido, “el renting se adapta perfectamente a esta transición energética porque hace que no sea necesaria una gran inversión para electrificar una flota y porque ofrece soluciones flexibles y adaptadas a cada caso”.

Según Alphabet, que encuentra una relación entre las restricciones al tráfico y el mayor interés de las pymes por el renting, estas pueden ahorrar entre un 15% y un 30% de los costes totales de su flota al optar por el alquiler en lugar de la compra. “Es una alternativa perfecta, al ofrecer la flexibilidad necesaria para adaptarse a los cambios normativos y ofrecer una perspectiva de gasto fiable, que ayude a minimizar cualquier riesgo asociado a la inversión y a las variaciones de precios”, defiende Ángeles Roca, gerente de marketing y desarrollo de negocio de Alphabet.

Con esta modalidad, las compañías pueden ahorrarse entre un 15% y un 30% de los gastos totales de la flota

Por todo lo anterior, el presidente de la AER cree que el potencial de crecimiento de este segmento “no ha tocado techo” y dependerá de la marcha de la economía. Tampoco reclama ningún incentivo especial, pero sí que sus clientes no se queden fuera de ninguna de las ventajas fiscales que se pudieran diseñar en el futuro. “Demandamos, además, ayudas para vehículos eléctricos de ocasión, siempre que no hayan disfrutado de subvenciones”, aclara.

José Ramón, director general de Alquiber, coincide en que “aún queda espacio para el crecimiento, aunque sea menos acelerado”, ya que las grandes empresas fueron las primeras en conocer las ventajas de este servicio en España y, precisamente, son las más pequeñas “las que siguen sin decidirse a dar el paso”. No obstante, advierte que no se puede comparar la capacidad de flota de una pyme con una grande, por lo cual, “es de esperar que el peso mayoritario de las matriculaciones pertenezca a este tipo de negocio”.

El ejecutivo de Alquiber detalla que las pymes demandan contratos con unos plazos medios en torno a los seis meses y que la gran mayoría tiene una flota de menos de 10 vehículos. Las que eligen esta opción, destaca, pueden dedicar el 100% de sus recursos al negocio y tener la movilidad cubierta por un especialista “sin tener que preocuparse por nada”.

Más seguridad en híbridos y diésel

Tecnologías. El diésel sigue siendo la motorización predominante en el renting, con el 33% de las matriculaciones a septiembre. Y si bien las energías limpias representaron el 36,56%, los eléctricos solo aportaron el 3%. Manuel Orejas, de Arval, achaca esta situación al temor de los clientes a “una pérdida de operatividad de la flota” por la autonomía limitada de los enchufables y la falta de electrolineras. Este hándicap influye más que el precio de adquisición de los vehículos “porque las cuotas pueden compensarse con el ahorro en combustible”, indica. Aurora Asensio, de Northgate, comenta al respecto que las pymes y autónomos encuentran más seguridad en los híbridos (32% del total) porque les permite circular sin depender de la autonomía o el acceso a un punto de recarga.

Gasolina. Arturo Álvarez Podhorecka, director general de Renting Finders, un marketplace que agrega ofertas de arrendadoras y concesionarios, informa que actualmente el combustible preferido por sus usuarios es la gasolina, con el 86% de las contrataciones, mientras que un 14% elige el diésel. Además, el 30% alquila vehículos con etiqueta Eco o 0. "El cliente busca un precio muy competitivo y ahora mismo, en híbridos y eléctricos, los fabricantes no están ofreciendo buenos descuentos al no haber volumen suficiente de pedidos", abunda. Agrega que "hay mucha incertidumbre" con respecto al valor residual de estas tecnologías, "lo que repercute negativamente en el precio de las ofertas y, por tanto, en su contratación". El 55% de los usuarios de Renting Finders son particulares, el 20%, autónomos y el 25%, pymes. Los datos del marketplace coinciden con los de un reciente estudio de Coches.net, según el cual, los motores de gasolina son los preferidos por los conductores interesados en el renting.  

Costes operativos. Para que más pymes se animen a electrificar su flota, José-Martín Castro Acebes, de la AER, considera necesario que los costes de gestión por kilómetro (que incluye mantenimiento, reparaciones, seguros, etc.) de los modelos eléctricos destinados a la distribución y logística sean más estables y se acerquen a los de los convencionales. Pide también que las ayudas del Moves se cobren en tiempo y forma.

Incentivos fiscales. Si bien los clientes del renting pueden desgravarse hasta el 100% de las cuotas (en el Impuesto de Sociedad o el IRPF) y el IVA si el vehículo arrendado se usa exclusivamente para actividades laborales o de negocio, desde Cepyme señalan que una problemática es la dificultad de las pequeñas empresas para demostrar ese uso. “En el caso de camiones no existe lugar a grandes dudas, sin embargo, la situación se complica en el de las furgonetas y turismos”, indican. El problema se agrava en el caso de los autónomos que a menudo dan al mismo automóvil un doble uso, personal y profesional. “De hecho, son habituales los casos de autónomos que prefieren asumir una afectación a la actividad profesional menor de la real con el objetivo de evitar conflictos con las autorides tributarias, dados los costes que conlleva”, aseguran. Ángeles Roca, de Alphabet, propone en el apartado fiscal un mecanismo impositivo simplificado que contemple incentivos específicos para pymes.



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