Bodegas Balbás, más de dos siglos innovando sin perder la tradición
La empresa facturó 3,5 millones en 2022 y crecerá un 28% más este año
La historia de Bodegas Balbás se remonta a más de dos siglos, exactamente a 246 años, y ligada a ella la vida de la familia que da nombre a estos valorados caldos de la DO Ribera del Duero. Fundada en 1777 y con sede en La Horra, cerca de Aranda de Duero, es una de las bodegas más antiguas de España y por sus cavas han pasado ya seis generaciones de Balbás, el último, Juan José, actual director general y un gran innovador; su relevo natural, su primogénita Patricia, ya da sus primeros pasos en el negocio familiar, ocupándose, sobre todo, de labores comerciales y “empapándome de todo lo demás”, dice, convencida de que su sitio profesional está ahí.
“Mi familia siempre ha estado ligada al mundo del vino; de hecho, tenemos una escritura que data de 1375, aunque el concepto de bodega de antes no tiene nada que ver con el de ahora. A mí me gusta decir que somos una familia de boteros”, explica Juan José Balbás. “Los boteros eran los que hacían las botas y los pellejos para transportar el vino”, aclara. La barrica no es española y es un invento posterior.
A lo largo de su historia, la familia Balbás “hemos sabido conjugar con éxito tradición e innovación”, y con esta seña de identidad mal no les ha ido. El año pasado facturaron 3,5 millones de euros, un 10% más que en 2021. Esperan aumentar en un 28% la cifra de negocio en 2023.
Pioneros
A pesar del contexto macroeconómico adverso, “ha sido un buen año. Hemos crecido a dos dígitos y hemos acometido dos importantes inversiones enfocadas a mejorar la calidad de los vinos”, destaca. En ese apego por la innovación y por mirar más allá del corto plazo, Balbás fue una de las bodegas que batalló para lograr la DO Ribera del Duero, a fin de potenciar sus caldos, y es una de las diez fundadoras. Juan José presidió la DO entre 1996 y el año 2000 y su gestión fue clave, según le reconocen sus colegas, en la modernización de los procesos, el control de la producción y la calidad de la DO.
En 1998, el actual director general y tataranieto del fundador cogió el testigo de la bodega y registró las marcas Balbás para tintos jóvenes, barricas, crianzas y reservas, siendo las barricas una iniciativa propia que más tarde replicarían otras bodegas de la zona. Producen tintos, blancos y rosados. Con la dura crisis de 2008 apostaron por las exportaciones, y su objetivo hoy es afianzar su posición internacional y que estas alcancen el 50% del global de sus ventas.
En los viñedos de los Balbás crecen distintos tipos de uva, siendo la tinta o tempranillo el ADN de los Ribera, la más utilizada para la elaboración de sus vinos. Además, en las diferentes fincas cultivan otras uvas como cabernet sauvignon, albillo mayor o merlot, también fueron pioneros en la introducción de esta uva en la zona.
Una máxima de Juan José Balbás es que “hay que evolucionar siempre, mirar hacia el futuro e introducir cambios”. El mundo del vino “camina hacia la especialización, los vinos de parcela o de autor. El consumidor busca esas novedades”.
Bodegas Balbás cuenta con una gama de seis vinos de autor o parcelarios que son la respuesta a esa tendencia: “Hasta hemos recuperado viñedos centenarios. Son vinos muy elaborados” y provienen de distintas uvas y fincas, entre los que se encuentran La Retama (100% albillo mayor), Le Bijou Rosé (100% tempranillo), Pagos de Balbás (100% tempranillo), Ritus (75% tempranillo y 25% merlot), Ancestral (100% tempranillo) y Alitus (75% tempranillo, 20% cabernet sauvignon y 5% merlot). “Son vinos de producción limitada y cada añada tiene un cupo determinado que se agota rápidamente”. Los más caprichosos pueden darse el gusto –anima– de probar “un vino hecho como hace 200 años”.
El secreto de los caldos
Viñedos. Bodegas Balbás cuenta con 160 hectáreas de viñedos que producen 500.000 litros anuales. Los vinos de parcela no se mezclan entre sí. Son únicos.
Plantilla. 18 personas fijas que pueden aumentar en 15-20 más en época de poda o en 60-79 más en vendimia.
Vendimia. La recogida se realiza a mano y en caja, lo que permite una mejor selección de los racimos y asegura que entren en bodega en un estado óptimo, sin golpes ni roturas.
Inversiones. En los últimos cinco años se han llevado a cabo dos inversiones, la primera por valor de 4,5 millones de euros, destinada a la remodelación de viñedos y a recuperar viñedos antiguos, y la segunda, de 1,5 millones, para la modernización de las instalaciones.
Mercado. Exportan a Suiza, Dinamarca, Holanda, Alemania, Bélgica, Polonia, Irlanda del Norte, Georgia, Japón, Taiwán y Corea del Sur.
Precios. Desde 15 euros un crianza hasta unos 50 euros los vinos de autor, como el especialísimo Ancestral, o 95 euros el exquisito Alitus.
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