El absentismo y la falta de personal cualificado, los grandes retos empresariales en La Rioja
Los directivos reclaman más agilidad en la gestión de las ayudas. Piden que las normativas tengan en cuenta los sectores en los que se van a aplicar


Incentivar el trabajo en el campo y en los oficios, reducir el absentismo y normas acordes a la actividad son las principales demandas de los directivos de Marqués de Cáceres, Mazapanes de Soto Segura y Feralco, convocados por Radio Rioja SER y CincoDías para abordar los desafíos empresariales en la región.
Sobre las medidas destinadas a aligerar el papeleo y el peso regulatorio que sufren, coinciden en que “aún queda mucho camino por hacer”. Para César Río, gerente de la empresa centenaria Mazapanes de Soto Segura, “la burocracia es enorme, quita mucho tiempo y es ineficiente porque no produce”.
Faltan trabajadores en los oficios y cuesta atraer jóvenes al sector agrario
“Se deberían agilizar un poquito más los trámites”, comenta Rafael Arcos, director de la empresa química sueca Feralco Gestima, especializada en fabricación de productos para tratamientos de aguas, con dos plantas en Logroño. “Una modificación sustancial de la autorización ambiental aquí puede costar seis meses y en otras comunidades, solo tres”, puntualiza.
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El trabajo administrativo es una carga muy importante, asegura David Losantos, director general de Bodegas Marqués de Cáceres. “Tenemos que aprovechar la digitalización para invertir en que los procesos sean más ágiles, tanto en la autonomía, a nivel nacional como europeo”, considera. La empresa exporta a 140 países y “para obtener subvenciones, por ejemplo, para promocionar vinos, hay países más ágiles que el nuestro”. Río arguye que aunque haya más digitalización, “en alimentación ha supuesto más impuestos, rellenar más hojas y más trabas. Quita producción, quita margen”, insiste.
Los invitados convienen que la Administración debería consultarles a la hora de legislar, ya que algunas normas deberían ser más flexibles, tener en cuenta las peculiaridades de los sectores productivos en los que trabaja. “No es lo mismo una cadena de montaje de automoción que una bodega”, señala Losantos. Sobre la llegada de fondos, Arcos desvela que Feralco ha solicitado ayuda pública para nuevas inversiones y está en plena tramitación.

El recorte de la jornada supondría una merma de productividad y competitividad
Respecto a la subida del salario mínimo, manifiestan que “no les ha afectado porque ya estaban abonando salarios por encima”. Río señala que “sí les ha impactado el alza de las cotizaciones sociales”.
Y sobre la posible reducción de la jornada laboral, consideran que es complicado porque el trabajo hay que sacarlo. “Si se reduce el tiempo, al final se sacará menos producción”, estiman.
“La reducción de horario provocaría una pérdida de productividad y nuestra ratio ya es bastante baja”, recuerda Losantos. En Marqués de Cáceres hemos tomado medidas para conciliar como jornada continua los viernes o en verano. Además, añade que “en el sector agrario el verdadero problema es el cambio generacional”. Las 80 horas extra como máximo también puede ser un problema cuando hay picos de producción por ser una actividad estacional. “No es lo mismo horas extras en agricultura que en oficina”, dice.
Al final, en La Rioja, el 7% del PIB depende de la viticultura y “cuesta encontrar personal, en una actividad que depende del clima y no se sabe si se recogerá la uva en tres horas o en 18 porque al día siguiente llueve o hay tormentas ”.
En Mazapanes de Soto Segura reconocen la dificultad para encontrar personal, faltan oficios. “He tardado dos años en encontrar un pastelero, he probado siete personas y al final ha sido un fichaje”, lamenta Río. Destaca que en la empresa ya trabajaban con fijos discontinuos antes de la ley. Y añade: “Hemos quitado el turno de noche porque era improductivo”.
“Hemos trabajado con una cultura del esfuerzo, pero las nuevas generaciones tienen otras expectativas, hay que incentivar a los jóvenes para que accedan al mercado de trabajo, engancharlos, para que afronten los empleos con entusiasmo. No nos podemos quedar sin tomate, sin huerta, sin cebada, sin vino”, avanza.
Impacto del cambio climático
Empresas de tres sectores diversos muestran cómo les afecta el alza de la temperatura. A las bodegas, como Marqués de Cáceres, las inclemencias pueden obligarles a adelantar la vendimia y a recoger en poco tiempo la uva para evitar que se pierda la cosecha. De hecho, este año la producción es un 30% inferior.
También Losantos recuerda que les está obligando a plantar en alturas mayores. “El microclima de La Rioja, protegido por la sierra está evitando que el cambio climático sea muy extremo”.
El fabricante de mazapán desvela que “otoños fríos favorecen que se venda más dulce que cuando noviembre es más cálido”. Lo que no se haya vendido para año nuevo, ya no se vende, no se alarga la temporada. “En Reyes se liquidan los mazapanes”, recalca.
Feralco comenta que las sequías hacen que vendan menos productos químicos para depurar el agua. “Si no hay correntías, no hay que clarificar el agua, disminuye el consumo de reactivos”.
Recuerda que las peticiones que impone Bruselas en depuración de agua son grandes y cada vez los parámetros son más exigentes. “A nosotros nos viene bien, cuanto más haya que afinar más reactivo habrá que meter”, predice.
Socarronamente Río señala que “el principal reto es vender más”. Y matizan, “y cobrar”. “Sigue siendo un país bananero, donde te pueden dar un pagaré sin fondo que en Francia supondría ir a la cárcel”. El director de Feralco reconoce que aunque la ley de morosidad establece que se tienen que cobrar en 60 días, 30 días en la Administración, luego si trabajas con las grandes empresas, te obligan a firmar contratos de cobro en 180 días.
El bodeguero apunta que se rigen por la ley de cadena alimentaria. Le preocupa la microeconomía, la subida de precios, que provoca que el consumidor pueda comprar una botella en lugar de dos de vino.
Los mazapanes también han sufrido la subida de sus tres productos básicos, la almendra, el azúcar y el chocolate. El chocolate ha aumentado un 50% y el azúcar ha doblado su precio.
El absentismo es un verdadero problema, “que un 10% de la plantilla no venga a trabajar es una barbaridad”, indica Río. Generalmente, añaden, que faltan al trabajo los lunes y los viernes. Esto supone que al final “necesites más gente para que la cadena de producción no se detenga”. Esto provoca “mermas productivas, como empresa tenemos demandas que cubrir”.
Todos son partidarios de crear mecanismos que incentiven el trabajo y aplicar medidas como en los países nórdicos que a la tercera vez que un parado rechace un trabajo, se pierde la ayuda social. “No es de recibo que existan parados y se tenga que ir a contratar fuera de España”, concluyen.
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