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El esplendor de la música, la literatura y las artes tira de la demanda de ocio en Galicia

El sector representa más del 3% del PIB y emplea a 36.000 personas. Los espectáculos y la actividad editorial reivindican su papel identitario y su legado

Elena Sevillano

Este año (en concreto, hoy 25 de julio), Editorial Galaxia celebra su 75º aniversario revisando su pasado: “Nuestro primer éxito fue sobrevivir hasta 1975”, dice con retranca su director Xosé Manuel Soutullo, aludiendo a la llegada de la democracia, y con un lema que mira al futuro: Crear porvir (crear porvenir). En realidad, podría aplicarse a todas las industrias culturales gallegas.

“Hablamos de crear porvir no solo para Galaxia sino para la cultura de nuestro país; las empresas culturales hemos de ser teimudas [empecinadas, constantes] en ese compromiso”, invita Soutullo. El sector representa más del 3% del PIB regional, según datos de la Xunta, y sus cifras de empleo, 36.000 personas ocupadas, ya superan a las de antes de la pandemia. “Nunca antes en la historia de Galicia hubo tanto consumo ni tanta demanda cultural”, celebra la Consejería de Cultura.

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El primer estudio económico de la industria musical gallega, impulsado por la Asociación Gallega de Empresas Musicales (AGEM) y realizado en 2024 por investigadores de la Universidad de Santiago de Compostela (USC), cifra su impacto en 227,7 millones de euros y 3.250 empleos. Kin Martínez Silva, director de EsmerArte Industrias Creativas, promotor de conciertos y festivales (PortAmérica y O son do Camiño, entre otros), cree que la industria musical ha de aprovechar el tirón de “la década xacobea” (el 25 de julio cayó en domingo en 2021, y se extendió a 2022 debido a la pandemia; volverá a hacerlo en 2027 y en 2032), para consolidarse, desarrollarse, fortalecerse y no depender de los vaivenes del mercado.

El impacto se cifra en 227,7 millones, según un estudio de la AGEM y la Universidad de Santiago

Esa “construcción de un tejido local que sobreviva a los periodos extraordinarios” pasa, en opinión de Martínez Silva, por trabajar pilares básicos como los datos, las normativas, la formación y capacitación, y la internacionalización.

Soutullo observa un punto contradictorio en el mundo editorial. Por un lado existe una gran variedad de empresas, “más que nunca”, en su mayoría pymes (alrededor de 50 están adheridas a la Asociación Galega de Editoras). “Quiere decir que las nuevas generaciones se suman a los procesos de edición y se interesan por la cultura gallega contemporánea”, interpreta. Por otro, las cifras “modestas” del libro en lengua gallega, tanto en número de lectores como en posicionamiento en librerías, llaman a la reflexión. “Hay muchos sectores que piden un pacto de país a favor de la lengua”, señala.

La Xunta resalta el “espectacular momento” que vive la creación literaria gallega, poniendo como ejemplo los tres premios nacionales con marca Galicia, y en gallego, otorgados en 2024: el de Poesía a Chus Pato, el de las Letras a Manuel Rivas, y el de Cómic a Bea Lema. Se suman a los recibidos en los últimos cinco años por Yolanda Castaño, Olga Novo, Pilar Pallarés, Berta Dávila, Paula Carballeira o Ledicia Costas.

En el campo de la música, el Gobierno autónomo apoya “el desarrollo de la carrera de músicos emergentes a través de una nueva línea de ayudas”, así como la ampliación de los circuitos de escenarios, como la Rede Galega de Música ao Vivo, y el aumento de la presencia de músicos en todo el territorio.

Martínez Silva reivindica el carácter histórico, emotivo e idiomático de la música, así como su función de pegamento territorial e identitario. “Es un legado ancestral que ha costado mucho trabajo conservar”, recuerda. También defiende su imbricación social. Así, el abaratamiento de las entradas democratiza el acceso de más personas a esta manifestación cultural. Y la localización de un festival puede abrir ventanas de oportunidad al mundo rural, a su paisaje, a su gastronomía. “Galicia tiene una serie de valores que hemos de potenciar entre todos, pero con responsabilidad”, reclama. “La música, la cultura en general, es un bien esencial; nos salvó durante la pandemia… ¿Qué haríamos sin ella?”, se pregunta.

El auge del cine,  el teatro y la danza


Audiovisual. El reconocimiento a Oliver Laxe en el Festival de Cannes y a los vigueses Lorena Álvarez y Carlos Fernández en los Premios Goya refleja el “gran momento que vive el audiovisual gallego”, perciben en Cultura de la Xunta. Destacan que Galicia es un plató de rodajes, y que una parte importante de los seis millones en ayudas que destinó en 2024 fueron para atraer producciones. El resultado, afirman, ha sido la filmación de películas como Romería, de Carla Simón, o Rondallas, de Daniel Sánchez Arévalo. En total, en 2024 se localizaron 12 largometrajes y series en tierras gallegas.

Artes escénicas. Cuentan con ayudas autonómicas por valor de 870.000 euros. El Gobierno regional impulsa la Rede Galega de Teatros e Auditorios de Galicia, Danza 3, Cultura no Camiño e iniciativas como el MIT Ribadavia. El Centro Dramático Galego, la unidad teatral pública de la Xunta, prosigue su labor de producción propia como A burra, a mesa e o pau, coproducciones y promoción internacional.

Sobre la firma

Elena Sevillano
Colaboradora de EL PAÍS desde 2003, ha escrito para El País Semanal, Tentaciones y los suplementos en papel 'Tierra' y 'Salud & Bienestar', hasta su cierre en 2012. Actualmente colabora, sobre todo, en la sección de Suplementos y en El Viajero. Es licenciada en Ciencias de la Información por la Universidad de Sevilla y máster UAM-EL PAÍS.
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