Christina Gabriel: “El estigma es aún el gran reto en VIH; hay mujeres que ni a sus hijos se lo cuentan”
La responsable de la compañía británica en el país cree que se está más cerca de la erradicación del virus que hace 15 años. El laboratorio negocia con Sanidad la financiación de cabotegravir para prevenir la infección


Lleva poco más de un año al frente de ViiV Healthcare en España y Portugal y casi 30 en la industria farmacéutica. Nacida en Abington (Pensilvania, Estados Unidos, 1973), aunque vive en España desde hace 18 años, Christina Gabriel asume con pasión la ingente tarea de acabar con la epidemia del VIH (virus de inmunodeficiencia humana), que es la misión de esta compañía creada en 2009 por GSK y Pfizer, a la que se unió después Shionogi, para combatir al 100% este virus.
Mientras la erradicación llega –“estamos más cerca que hace 15 años”, afirma Gabriel–, la empresa desarrolla fármacos para su tratamiento y prevención. El laboratorio, con casi 100 empleados en España, ha invertido en el país 20 millones de euros en I+D en los últimos 10 años.
P. En 2024, la empresa cumplió 15 años, ¿cómo ha evolucionado la firma y el abordaje del VIH?
R. La compañía nació con un propósito muy claro: acabar con el VIH en el mundo. Era un reto y lo sigue siendo. Si miramos hacia atrás, fue un momento de correr, de hacer investigación mientras se aprendía sobre la marcha cómo controlar la enfermedad. GSK fue unas de las pioneras con los primeros antirretrovirales. Pero la tasa de éxito de los tratamientos era mucho más baja: se trataba con muchísimos fármacos y tenían peores niveles de toxicidad; lo que se buscaba era salvar vidas. Una vez controlada, se trabajaba [y aún es el foco, además de la prevención y la vacuna] en medicamentos con menos toxicidad y una forma de administración más fácil, que encaje en sus vidas porque viven aun con un estigma tremendo.
P. ¿Cómo surge la compañía?
R. Se creó en 2009 juntando los porfolios de GSK y Pfizer. En 2012 se unió [la japonesa] Shionogi con una colaboración e integración estratégica: aportó una molécula que no solo ofrece eficacia, sino también un tratamiento bien tolerado y que se podía utilizar en diferentes modalidades o combinaciones.
P. ¿A qué molécula se refiere?
R. A dolutegravir. Es la base de lo que es hoy ViiV.
P. ¿Qué porcentaje ostenta cada una?
R. GSK es el accionista mayoritario, con un 70%; Pfizer tiene el 20% y Shionogi, el 10%. Somos una compañía dentro del grupo, reportamos resultados a través de ellos y en algunos países, los productos de ViiV se comercializan mediante GSK.
P. La firma hace mucho énfasis en que solo se centra en esta patología. ¿Cuáles son las ventajas y desventajas?
R. Puedo confirmar que es la única compañía dedicada 100% al VIH. Y es única porque lo que se vive aquí es una misión ante todo, una meta a medio-largo plazo. Hay mucha colaboración con las entidades de pacientes, la Administración y las sociedades científicas porque ellos también tienen ese objetivo, y cuando vemos que se dan pasos atrás, todo el mundo se preocupa. No queremos expandirnos a otras áreas, todo el mundo tiene claro lo que hay que hacer. Si lo conseguimos, sería lo más bonito de nuestras carreras, y entonces nos dedicaremos a otra cosa.

P. ¿Cuándo se erradicará?
R. No estamos tan cerca, desgraciadamente, pero sí se ve que con esta apuesta los avances han sido importantes; desde luego, estamos mucho más cerca que hace 15 años. En España somos un país puntero a la hora de llegar a esos objetivos que nos marca la ONUSida [lograr que el 95% de las personas con VIH conozca su estado, que el 95% de los diagnosticados reciba terapia y que el 95% de los tratados tenga supresión viral]. Estamos en un momento crítico, en el sentido de que en el orden mundial todos apostemos por ello.
El 70% de la población mundial se trata con la base de dolutegravir, 129 países tienen acceso gracias a la cesión de la patente
P. ¿Cómo afectan los recortes de Trump a los programas contra el virus en países en desarrollo?
R. Como decía, cualquier movimiento local o geopolítico que ponga en riesgo el fin de la epidemia preocupa a ViiV; donde podemos actuar, lo hacemos. Uno de los programas abiertos, y que lleva muchos años, es la cesión de patentes de dolutegravir: 129 países tienen acceso a este medicamento gracias a esta iniciativa. De hecho, el 70% de la población mundial se trata con la base de este fármaco. Esto no es nuevo, los movimientos geopolíticos preocupan, pero la compañía tuvo una visión desde su nacimiento de trabajar por el acceso, y seguirá haciéndolo.
P. ¿Qué otros retos percibe?
R. No solo es el control del virus, el acceso a las terapias, también está el estigma. Desgraciadamente, es una enfermedad que sigue estando estigmatizada y eso implica que igual [la persona] no quiera hacerse la prueba o recibir el tratamiento... Conocemos historias de mujeres que no se lo cuentan ni a sus hijos porque tienen miedo de que sufran una discriminación por parte de su entorno al saber que la madre tiene VIH. Se lo tiene que esconder, y al hacerlo, igual no llega a todas sus citas... El cuidado 360º se ve limitado por ese estigma. Un estudio reciente de Seisida reflejaba que el 10% de la población española no quiere tener ningún tipo de relación con una persona infectada, ni siquiera una amistad. Es el mayor reto que tenemos como sociedad.
P. La empresa se centra medicamentos de acción prolongada.
R. Buscamos la simplificación. Tenemos en el mercado un tratamiento [cabotegravir, aprobado en España] que se inyecta cada dos meses con una alta eficacia y buen nivel de efectos secundarios. Estamos desarrollando diferentes modalidades de administración de este fármaco (cada cuatro o cada seis meses), y también de otros con nuevos principios activos, en fase de pruebas, que también tengan la capacidad de dosificarse mensualmente.
P. La prevención es otro eje.
R. Estamos en conversaciones con la Administración para ver cómo podemos conseguir que en España haya acceso a cabotegravir para la prevención del virus [la EMA, el regulador europeo, autorizó esta nueva indicación pero en España se rechazó] en ciertos grupos de riesgo con problemas de adherencia, como migrantes y mujeres [la PrEP que financia Sanidad es oral y de toma diaria]. Es el mismo principio activo, se inyecta cada dos meses, pero para el tratamiento se toma en combinación con otro medicamento y en prevención no.
Nuestra planta de Aranda de Duero ha obtenido la certificación de la FDA para exportar fármacos a Estados Unidos
P. ¿Qué fármacos se producen en la planta de Aranda de Duero?
R. La planta de Aranda es de orgullo, es una de las principales fábricas de VIH para la compañía. Fabrica siete fármacos antirretrovirales, además de otros de GSK, y los exporta a 100 países en el mundo. En 2024 obtuvimos la certificación de la FDA [el regulador estadounidense] para poder empezar a exportar a Estados Unidos; un hito. [GSK no desglosa el dato de producción].
P. Hace poco el Gobierno de EE UU anunció aranceles para el sector. ¿Cómo les afecta?
R. Afecta a toda la industria. Farmaindustria y Efpia están trabajando con un foco absoluto. No sabemos todavía cómo va a acabar. Lo que más queremos es que haya acceso a estos fármacos para los pacientes que lo necesitan, y es el objetivo de la compañía y de la industria.
P. España es clave en ensayos clínicos, ¿cuántos tiene en marcha?
R. España es el segundo país, después de EE UU, de contribución de ensayos clínicos global; 70 hospitales y más de 1.000 pacientes han participado, que es un beneficio clínico para ellos. Tenemos propios y en colaboración [por eso no da cifras del total].
P. ¿Cómo espera cerrar el año?
R. En 2024, la facturación fue de 330 millones. Aún no se ha cerrado 2025, pero estaríamos en torno a esa cifra. El crecimiento dependerá de los lanzamientos; prevemos que será parecido al del año pasado.

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