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Breakingviews
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Las grandes farmacéuticas triunfan en el arte de la negociación

El acuerdo de Trump con Pfizer para bajar los precios de los medicamentos en EE UU es un alivio para las compañías

En el libro Trump: el arte de la negociación, el entonces futuro presidente de Estados Unidos aconsejaba a los aspirantes a magnates empresariales que nunca se conformen con menos de lo que quieren. Los consejeros delegados de las grandes farmacéuticas parecen haber tomado muy en serio esa lección en las negociaciones con la Casa Blanca. El acuerdo alcanzado por Pfizer, que probablemente servirá de modelo para el sector, evita gran parte del daño que las empresas farmacéuticas habían sufrido por la campaña de Donald Trump para reducir los precios de los medicamentos e imponer aranceles a las importaciones. El presidente puede atribuirse una pequeña victoria al reducir el precio de los fármacos subvencionados por el Estado. Los perdedores serán otros países.

El sector se enfrentaba a muchos riesgos desde que Trump iniciara su guerra comercial en abril. El presidente había amenazado con aplicar impuestos del 250% a las importaciones de productos farmacéuticos en Estados Unidos; exigió a las empresas que invirtieran decenas de miles de millones de dólares en la construcción de nuevas fábricas; y las presionó para que redujeran los precios en línea con los países europeos, que a menudo pagan una décima parte del coste que soportan los estadounidenses.

Estos riesgos se reflejaban en los precios de las acciones de algunas de las mayores empresas farmacéuticas, como Pfizer, AstraZeneca y Roche, que habían caído hasta un 18% desde marzo. El acuerdo de Pfizer, anunciado el martes, provocó una subida de casi el 6% en las acciones de AstraZeneca el miércoles.

A primera vista, Trump puede cantar una pequeña victoria. Pfizer ha acordado, a cambio de una reducción de los aranceles, bajar los precios de los medicamentos que vende a Medicaid, el programa de salud del Gobierno gracias al que 70 millones de estadounidenses reciben tratamiento subvencionado, en línea con el nivel más barato al que vende en otros países.

Dado que el Ejecutivo puede cubrir hasta el 80% de los precios de los medicamentos de Medicaid, y que estos representan quizás el 10% del presupuesto anual del programa, que asciende a unos 600.000 millones de dólares, eso debería de suponer un gran ahorro para el Tío Sam.

Una suerte

Aun así, es una suerte para las grandes farmacéuticas. Según la agencia de valores Berenberg, Medicaid representa quizás el 3% de las ventas del sector. Incluso una reducción del 50% en los precios de Medicaid tendría un impacto inferior al 2% en los beneficios de Pfizer en 2026, y del 4% en el sector en su conjunto, calculan los analistas de la agencia. Eso deja relativamente intacta una gran parte del mercado estadounidense actual, valorado en 714.000 millones de dólares. Mientras, la amenaza de los aranceles se ha retrasado tres años si Trump reproduce los términos del acuerdo con Pfizer de forma más amplia.

Es cierto que la empresa también se ha comprometido a aplicar los mismos precios de la denominada nación más favorecida a todos los nuevos medicamentos que venda en Estados Unidos. Pero eso puede ser menos doloroso de lo que parece, ya que los grupos farmacéuticos han reducido el número de nuevos medicamentos lanzados en Europa en los últimos años. En los últimos cinco, solo el 40% de los nuevos tratamientos estadounidenses se han lanzado en el Viego Continente, según datos de IQVIA. Cuando Trump pide a las empresas farmacéuticas que reduzcan los precios en línea con Europa, puede que no haya ningún producto más barato con el que comparar.

Otros países, especialmente en Europa, parecen sufrir daños colaterales. Las compañías farmacéuticas favorecerán cada vez más a Estados Unidos a la hora de lanzar medicamentos innovadores o cobrarán más al continente, para evitar incumplir su promesa de igualar los precios futuros de los medicamentos. Los europeos tendrán menos opciones y peores resultados sanitarios. Las empresas parecen haber salido relativamente indemnes. La pregunta que se plantean los consejeros delegados es si Trump se mantendrá fiel a este acuerdo.

Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías

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