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Satorisan: calzado cómodo, duradero y respetuoso con el planeta

La compañía cumple 15 años con una facturación de 10 millones de euros y prevé duplicarla en 2028. El 70% de sus ventas se concentra en España

Satorisan es una marca de calzado española que ha hecho de la calidad, la comodidad y la sostenibilidad sus señas de identidad, y que, este mes de septiembre, cumple 15 años.

La marca se lanzó en 2010, aunque la idea se gestó mucho antes, cuando su fundador, CEO y propietario del 100% de la empresa, el valenciano Alejandro Monzó Tadeo, trabajaba en la industria del calzado como trader para grandes compañías internacionales. Una etapa profesional, allá por los años noventa, en la que se dio cuenta de que la presión comercial empujaba a las empresas a tener muy poco respeto tanto por el consumidor final como por los fabricantes y la cadena de suministro.

De aquella experiencia y con el convencimiento de que se podían hacer las cosas de otra manera, nació la idea de crear una firma que diseñara buenos zapatos poniendo atención en cada detalle: desde el proveedor de pieles, pasando por el fabricante de las suelas, hasta quien confecciona el producto final. “El reto era, con los medios disponibles, crear un producto extraordinario que encantara a los clientes, que, literalmente, les salieran corazoncitos de los pies”, recuerda con humor.

Las pieles y tejidos provienen de España, Italia e Inglaterra; la producción se concentra en Vietnam

El espíritu de esta filosofía se refleja ya en su nombre, Satorisan, que procede de una criatura mítica japonesa, similar a un mono, que guía a las personas hacia su verdadero yo. Una evocadora imagen que inspiró a Monzó para bautizar un proyecto en el que se fusionan la filosofía oriental y el estilo de vida mediterráneo.

El resultado: diseños con materiales premium, colores que evocan la naturaleza y una apuesta por la belleza de lo auténtico, alejada de los estándares de perfección industrial. La compañía se asegura de trabajar con materiales naturales y proveedores certificados: pieles con clasificación oro del Leather Working Group, tejidos como algodón orgánico, lino o cáñamo, así como corcho y materiales reciclados en las suelas.

Aunque Monzó conocía bien la red de proveedores en Asia, desde el inicio de Satorisan apostó por trabajar con socios europeos. Las pieles y tejidos que dan vida a las colecciones llegan de España, Italia e Inglaterra, mientras que la producción se concentra íntegramente en Vietnam. “Solo trabajamos en ese país, y lo hacemos desde el inicio. No son un proveedor cualquiera, son nuestros partners y los consideramos parte del equipo”, dice. La firma tiene allí dos centros de producción coordinados a través de su oficina de control de calidad. “Es una alianza estratégica y duradera”, explica el CEO.

Satorisan opera a través de dos canales: el B2B, que funciona mediante agencias en Europa y distribuidores exclusivos en otros países y supone el 70% de los ingresos y el B2C, que combina comercio electrónico y tiendas físicas y representa el 30% de la facturación. La primera tienda abrió en Madrid en 2016 y la segunda en Valencia en 2019.

Aunque la pandemia frenó la expansión prevista, la compañía planea retomarla, pero centrándose en los mercados internacionales. “Hoy, aproximadamente el 70% de la producción se destina al mercado español y el 30% restante a la exportación, aunque estas proporciones pueden variar de un año a otro”, señala Monzó.

La empresa ha vendido 1,6 millones de pares de zapatos en más de 100 países

La internacionalización es una de sus palancas de crecimiento. La compañía ha vendido ya más de 1,6 millones de pares de zapatos en más de 100 países a través de su modelo de negocio omnicanal. Tienen distribuidores en Corea del Sur, Israel, Grecia o Chile y planean abrir más mercados. “Estamos recién aterrizados en China y en negociaciones en Taiwán y Japón, donde ya trabajamos hace unos años y a donde nos gustaría volver”, confirma.

Sin embargo, este impulso internacional no está exento de desafíos. En Estados Unidos, un mercado que también les interesa, los aranceles encarecen de forma inmediata los productos que viajan desde Europa, “aunque no afectan a los que parten de Vietnam a través del canal B2B”, matiza el CEO de Satorisan. El problema se concentra en el comercio electrónico y en el canal B2C, donde los precios pueden subir hasta un 15%. “Este sobrecoste supone un reto, y actualmente estamos definiendo estrategias que nos permitan afrontarlo”.

En el terreno económico, la evolución es positiva. La empresa cerró 2024 con una facturación de 10 millones de euros y prevé alcanzar los 12 millones este año, lo que representa un crecimiento del 20%, respecto al ejercicio anterior. El objetivo es llegar a 20 millones de euros en 2028, impulsados por su expansión internacional, la innovación en producto y la eficiencia operativa. Cuenta con una plantilla de 30 personas y esper cerrar el año con 35 trabajadores.

Desde su creación, Satorisan se ha definido como una empresa consciente y comprometida con la sostenibilidad. Desde 2021, la marca desarrolla un proyecto en el Amazonas centrado en reforestación, conservación del territorio y cultura local, en colaboración con la comunidad indígena Huni Kuin y la ONG Guardianes de Vida. Hasta la fecha se han plantado más de 19.000 árboles.

Pero, sobre todo, su filosofía es diseñar productos de gran calidad y durabilidad, porque, asegura Monzó a modo de conclusión, “prolongar la vida útil de los productos y, por tanto, consumir menos es la forma más genuina de sostenibilidad.”

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