La India, un mercado enorme pero complejo para las empresas españolas
Se prevé que se convierta en el tercer consumidor más grande del mundo en 2025. Hay 267 firmas establecidas allí y más de 5.000 exportan


La India se encuentra en pleno proceso de transformación económica. Con la puesta en marcha de iniciativas como Make India, el gigante asiático ha pisado el acelerador en su plan de modernizarse y de convertirse en un hub mundial de manufactura alternativo a China. Con 1.450 millones de habitantes –el 18% de la población mundial–, es desde 2023 el país más poblado del planeta. Cuenta hoy con la quinta economía del mundo, y se prevé que, gracias a la expansión de su clase media, se convierta en el tercer mercado de consumo más grande del mundo en 2025.

En este contexto, las relaciones políticas y comerciales entre la India y España se han intensificado de manera importante en los últimos años, como evidenció el viaje de Pedro Sánchez a Mumbai en octubre de 2024, marcando la primera visita oficial de un mandatario español a ese país en casi dos décadas; o también la presencia del ministro de Exteriores de India, Subrahmanyam Jaishankar, en Madrid en enero 2025, donde se convirtió en el primer ministro extranjero en ser invitado a participar en la Conferencia de Embajadores españoles.
“España siempre había sido percibida por la India como parte del bloque de la Unión Europea y no como un país individual. Eso ahora está cambiando”, afirma Mario López Abreu, director del departamento de relaciones internacionales de la Universidad Pontificia Comillas. Las razones, explica el académico, tienen que ver con la sofisticación de los encuentros en el contexto del cambio climático –”que afecta mucho a ambos países”– y la convergencia de intereses comerciales, tecnológicos e industriales.
La balanza entre los dos países alcanzó los 810 millones de euros en 2024. Para ilustrar la evolución positiva de las relaciones, López Abreu resalta que, “aún siendo el décimo quinto inversor extranjero, nuestro intercambio ha crecido un 30% desde 2021″. Sin embargo, el director internacional de la Cámara de Comercio de España, Jaime Montalvo, subraya que, a pesar del dinamismo y la diversificación que viene experimentando este intercambio, el saldo comercial continúa siendo deficitario para España.
Infraestructuras, energías renovables, agroalimentación, automoción o TIC son los más atractivos
Este déficit, que rondó los 4.000 millones de euros en 2024, no se debe a una debilidad exportadora, explica Montalvo, sino a la fortaleza del sector exportador indio, cuyas ventas a España se han incrementado en un 129% en los últimos diez años frente al 84% que han crecido nuestras exportaciones al país. El directivo de la Cámara de Comercio apunta –citando datos de Aduanas– que unas 5.000 empresas españolas exportan actualmente a la India. De estas, “una parte sustancial, en número, son de pequeño o mediano tamaño”.
Oportunidades
El proceso actual de transformación del país asiático, lleno de retos y obstáculos, ofrece oportunidades para las empresas españolas en diversos sectores, como el agroalimentario, la automoción, la salud o la industria farmacéutica. Marta Blanco, presidenta de la Comisión de Relaciones Internacionales de la CEOE –entidad que formó parte de la delegación que acompañó a Pedro Sánchez en su visita oficial– destaca además las energías renovables y las infraestructuras. “También tenemos el foco puesto en la digitalización de las pymes, que es igualmente importante para la India, sin olvidar las empresas de tecnologías de la información y comunicación (TIC)”, detalla.
La balanza bilateral creció un 30% desde 2021, pero el déficit para España rondó los 4.000 millones
Según datos de ICEX, hay más de 230 empresas españolas establecidas en India. Una de ellas es ABIBOO Studio, una firma de arquitectura y diseño de interiores que ofrece servicios especializados como la simulación arquitectónica en tiempo real. Esta pyme con sede central en Madrid y con un volumen de facturación por debajo de los 10 millones de euros, aterrizó en la India en 2010; hoy cuenta allí con oficinas en Mumbai, Pune y Chennai. “La India es un mercado fascinante, pero muy complejo”, dice su CEO y fundador, Alfredo Munoz.
Barreras y claves
Munoz narra que al principio les costó acceder a grandes proyectos, pero que, al año de instalarse, ya estaban diseñando espacios de 2.000 viviendas, algo “impensable” en otros lugares del mundo. “Se dice que la India es el país con mayor flujo de trabajo en el mundo”, comenta. Sin embargo, cita retos importantes como la maraña burocrática, las carencias estructurales, el tipo de cambio o los precios agresivos.
“Muchas empresas, tanto pequeñas como grandes, han intentado establecerse y han fracasado”, afirma el directivo. Para tener éxito, señala, es clave saber adaptarse al mercado y contar con personal local para gestionar operaciones y relaciones comerciales. “La India es un país donde las relaciones personales son esenciales en los negocios, más aún que en España u Oriente Medio”, sostiene.
Centros de interés, eventos y un tratado
Lugares. Desde la Cámara de Comercio indo-española señalan a este diario que la elección de la ubicación es clave a la hora establecerse en la India. “Mumbai y Delhi siguen siendo centros de referencia, pero estados como Gujarat, Karnataka (Bangalore), Tamil Nadu (Chennai) y Telangana (Hyderabad) han ganado atractivo por sus incentivos a la inversión”, dicen.
Iniciativa. En 2026 se celebrará el Año India-España de Cultura, Turismo e Inteligencia Artificial, una iniciativa acordada por el primero ministro indio, Narendra Modi, y el presidente español, durante la visita oficial de este último. El marco abre oportunidades en el audiovisual, ya que el país asiático cuenta con una pujante industria cinematográfica: Bollywood.
Convenio. En estos momentos, “las relaciones comerciales entre España e India se enmarcan en el contexto más amplio de la política comercial de la Unión Europea con la India”, explica Jaime Montalvo, de la Cámara de Comercio de España. La UE y el país asiático se hayan en el proceso de negociación para establecer un acuerdo de libre comercio que Ursula Von der Leyen y Modi se han comprometido a concluir antes de que termine el año.
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