Europa e India: ¿y si uno de los BRICS es el mejor aliado estratégico?
El Viejo Continente estrecha vínculos con la democracia más grande del mundo para blindarse contra las medidas de Estados Unidos y China. El sector tecnológico, la defensa y las infraestructuras son algunos de los campos donde existen mayores oportunidades para las empresas europeas


Europa quiere un nuevo mejor amigo, y quizás uno de los BRICS sea su principal alternativa. Ante las crecientes tensiones económicas y diplomáticas con los Gobiernos de Donald Trump y Xi Jinping, el Viejo Continente mira hacia la India para diversificar sus cadenas de suministro y abrir nuevos mercados para sus empresas. Así, Bruselas apunta a consolidar un tratado de libre comercio (TLC) antes de que termine 2025, con el objetivo de profundizar la cooperación con la que podría ser la economía más grande del mundo tan pronto como 2050.
“La India es muy importante estratégicamente porque va a ser tan grande como China para 2050. Según estimaciones, crecerá con tasas de alrededor del 6% por lo menos unos 15 años más y luego del 5,5%. Es un gran mercado, aunque también complicado. Quieren replicar lo que ha hecho China con su plan industrial, pero con la ventaja de que su población sigue creciendo”, explica Alicia García Herrero, economista jefe para Asia-Pacífico de Natixis, a CincoDías.
Definitivamente, el gigante se ha vuelto una prioridad para Bruselas. De hecho, ha sido el primer país extracomunitario que el conjunto de los comisarios europeos ha visitado tras la renovación del legislativo comunitario. Tras un encuentro de dos días a finales de febrero, el primer ministro de la India, Narendra Modi, y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, se comprometieron a profundizar la cooperación en los siguientes campos: comercio y reducción de riesgos en las cadenas de suministro, inversión, tecnologías críticas emergentes, innovación, talento, transición industrial digital y ecológica, el sector espacial y la defensa.
“India es un socio comercial y de inversión importante para la UE, con un comercio bilateral total de bienes y servicios que alcanzó los 184.000 millones de euros en 2023. Considerando el rápido crecimiento del considerable y dinámico mercado indio, las relaciones comerciales entre la UE y la India tienen un potencial significativo”, asegura un portavoz de la Comisión Europea a este diario. Desde Bruselas destacan que la UE considera al gigante un “socio clave” para fomentar la seguridad económica. Pero, sobre todo, para ofrecer alternativas a la dependencia de otras grandes potencias.
Sectores clave
En concreto, los líderes de ambos territorios han expresado su intención de fortalecer las infraestructuras y los ecosistemas de tecnologías como los semiconductores, la inteligencia artificial, la computación de alto rendimiento y el 6G. “Las infraestructuras, tanto físicas como digitales, serían el área en la que una cooperación más estrecha daría grandes resultados tanto para ellos como para la UE. La India necesita urgentemente infraestructuras físicas y muchas empresas industriales europeas como Siemens o ABB llevan muchos años presentes en el país para aprovechar esta oportunidad”, explica Kévin Net, gestor y responsable del área de Asia de La Financière de l’Echiquier a este periódico.
De manera similar, la alianza buscará fomentar la investigación e innovación conjuntas en la industria farmacéutica y las tecnologías energéticas verdes y limpias (en las que dos de los mayores conglomerados indios, Reliance y Adani, ya están realizando grandes inversiones), con “especial atención” en el reciclaje de baterías para vehículos eléctricos (VE) y la conversión de residuos en hidrógeno verde.
En este contexto, cabe mencionar también que el gigante ya es un actor importante en el mercado farmacéutico mundial, ocupando el tercer lugar, por detrás de China y Francia, en términos de exportaciones del sector en 2023. “India es el mayor productor mundial de medicamentos genéricos, con el 50% de la demanda global de vacunas y el 40% de los genéricos utilizados en el mercado estadounidense. Las empresas farmacéuticas europeas, como Sanofi y Novartis, ya están aprovechando las capacidades de la India para una fabricación e I+D rentables”, apunta Patricia Urbano, gestora y especialista en mercados emergentes de Edmond de Rothschild Asset Management (EdRam).
Beneficio mutuo
La alianza también pretende impulsar a ambas potencias a encontrar su lugar en la actual coyuntura geopolítica. El Gobierno de Modi ve a la Unión Europea como un aliado que le puede ayudar a desarrollar su industria, pero también a balancear la influencia global de Pekín y de otras potencias. “Ambos tienen mucho que perder en un mundo fragmentado de esferas de influencia y mucho que ganar con la cooperación”, indica la portavoz de Bruselas.
“India aspira a convertirse en un centro manufacturero mundial similar a China, aprovechando la tendencia global de diversificación de la cadena de suministro. Actualmente, el país ya es un referente global en servicios informáticos y otras funciones administrativas, gracias a su mano de obra cualificada y rentable. Desde la pandemia, muchas empresas multinacionales han buscado mitigar riesgos diversificando sus cadenas de suministro bajo la estrategia de fabricación China + 1. India, con su gran población joven, formada y angloparlante, está bien posicionada para beneficiarse de esta tendencia a largo plazo”, aseveran los especialistas de Aberdeen.
Por otra parte, como parte de las recientes conversaciones, la Unión Europea reafirmó su compromiso de “promover un Indopacífico libre, abierto, pacífico y próspero, basado en el derecho internacional, el respeto mutuo por la soberanía y la resolución pacífica de disputas, con el respaldo de instituciones regionales eficaces”. Si bien estas palabras pueden parecer abstractas, los expertos las interpretan como un apoyo de la UE para frenar el avance chino en una de las regiones más trascendentales para el comercio global.
“La defensa es otro ámbito importante. La India ya es miembro del Quad [Diálogo Cuadrilateral de Seguridad] junto con Estados Unidos, Reino Unido y Australia, pero la UE también ha reconocido la relevancia de la India en la región indopacífica, de gran importancia estratégica. A medida que la UE busca aumentar su presupuesto de defensa, la India también podría convertirse en un proveedor más importante, con empresas como Bharat Electronics o Hindustan Aeronautics emergiendo como importantes compañías de defensa a nivel mundial”, comenta Kévin Net a CincoDías.
“A medida que evoluciona la dinámica de la seguridad mundial, la cooperación en materia de defensa se está convirtiendo en una piedra angular de las relaciones UE-India. India es el tercer país del mundo que más gasta en defensa, y se espera que el gasto militar supere los 70.000 millones de dólares en 2025. La UE, con su experiencia tecnológica en sistemas de defensa aérea, comunicación por satélite y drones militares, puede desempeñar un papel fundamental para ayudar a la India a modernizar sus capacidades de defensa”, opina Patricia Urbano.
Oportunidades y retos
Lo cierto es que, incluso sin que el TLC se haya concretado, la relación entre ambos bloques sigue creciendo. Más allá de las especulaciones, algunas grandes empresas europeas ya han incursionado con éxito en el gigante. “Ikea, Louis Vuitton y Nestlé ya han aprovechado la creciente afluencia de consumidores en la India. La inversión de Ikea en el establecimiento de tiendas en todo el país, junto con su presencia en el comercio electrónico, ha demostrado ser un éxito, aprovechando la creciente demanda de muebles para el hogar asequibles pero con estilo. Nestlé, con su fuerte presencia de marca, ha visto prosperar sus segmentos de nutrición, salud y bienestar debido a la creciente conciencia sanitaria entre los consumidores indios”, apuntalan desde Edmond de Rothschild Asset Management.
En el sector tecnológico también hay grandes oportunidades. Esto se debe a que, según se calcula, el sector de servicios de tecnología de la información crecerá a una tasa compuesta anual del 8%-10% en los próximos cinco años. “Esta es un área de sinergias para las empresas europeas, especialmente en desarrollo de software, computación en la nube y ciberseguridad. Compañías como SAP y Atos ya están aprovechando la mano de obra altamente cualificada de la India para ampliar sus servicios digitales, beneficiándose de la eficiencia de costes y aprovechando al mismo tiempo la creciente demanda de transformación digital en todas las industrias de la India”, indican desde EdRam.
Los expertos también esperan que el sector de infraestructuras de la India reciba 1,4 billones de dólares en inversiones solo en 2025, con importantes proyectos en ciudades inteligentes, transporte y logística. “Las infraestructuras, tanto físicas como digitales, serían el área en la que una cooperación más estrecha daría grandes resultados tanto para la India como para la UE. El país necesita urgentemente infraestructuras físicas y muchas empresas industriales europeas como Siemens o ABB llevan muchos años presentes en el país para aprovechar esta oportunidad.
En esta línea, a medida que se acelera la urbanización también se crearán oportunidades para las empresas europeas de construcción, ingeniería y tecnología. “El proyecto indio de modernización ferroviaria, el desarrollo portuario y las iniciativas de ciudades inteligentes, por valor de 20.000 millones de dólares, ofrecen oportunidades a largo plazo para las empresas europeas de infraestructuras. Acciona, Hochtief y Ferrovial ya participan en proyectos de infraestructuras clave en India, beneficiándose del auge de las infraestructuras del país”, enfatiza Patricia Urbano. Cabe mencionar que aproximadamente el 80% del crecimiento de su PIB proviene de la inversión interna, el consumo y el gasto público.
Sin embargo, el recorrido para lograr que esta colaboración sea realmente productiva aún tiene muchos obstáculos por superar, entre ellos, el proteccionismo de la India. “Si bien existen muchas áreas de potencial de progreso, lamentablemente también existen problemas que siguen dificultando la relación. Entre ellos se incluyen las barreras comerciales, los derechos de propiedad intelectual, los desafíos del entorno regulatorio, la burocracia de la Unión Europea y la situación de los derechos humanos en la India”, sentencia Rachel Rizzo, investigadora del think tank Atlantic Council. “Si la UE y la India logran esto, la alianza podría ser un elemento clave del actual entorno político, tecnológico, de inversión y de seguridad global”, detalla en un análisis reciente.
García-Herrero coincide con esta perspectiva: “Los indios tienen muchísimas restricciones respecto a otros países como China, como los sindicatos y los impuestos. También tienen unos aranceles a la entrada de productos intermedios brutales para defender a la industria interna, algo que supone una barrera para la inversión extranjera”. Así, la economista añade que las perspectivas en el largo plazo son buenas, pero que en los próximos años la India todavía no podrá absorber los negocios perjudicados por las políticas de China o Estados Unidos.
China, Trump y el sudeste asiático
La debilidad del crecimiento de la economía china puede favorecer a otros países de la región. Según los analistas de Capital Group, algunos países del sudeste asiático están mostrando mayores tazas de crecimiento, posiblemente favorecidos por la estrategia China+1, que ha permitido a las compañías reducir su dependencia y diversificar sus instalaciones de producción fuera del país. “Esta tendencia podría reafirmarse según cómo lleguen a evolucionar los aranceles bajo el mandato de Trump”, expresan desde la firma. De hecho, la guerra comercial que se inició durante el primer Gobierno de Trump ya tuvo un efecto positivo en algunos de estos países. Según el análisis de Capital Group, el porcentaje de las exportaciones estadounidenses a los países de la Asean ha aumentado un 4% desde 2018, mientras que el correspondiente a China ha disminuido un 5%. En el contexto actual, los países asiáticos presentan una mayor ventaja de costes con respecto a China, ya que los aranceles que les impone Estados Unidos son más bajos. Aunque los porcentajes concretos aún están por confirmar, los aranceles podrían ser del 60% para China y del 10%-20% para los países de la Asean.