¿Sigue siendo el S&P 500 una buena inversión?
La rentabilidad en dólares ha ido muy por delante de los beneficios reales obtenidos
Se trata de una pregunta que se vienen haciendo últimamente muchos gestores e inversores profesionales. Las razones son varias. La primera es las muy elevadas rentabilidades obtenidas por el índice de referencia de las grandes compañías estadounidenses en los últimos años y que superan ampliamente su media histórica de largo plazo. Por ejemplo, a cinco años, la rentabilidad en dólares ha sido de aproximadamente un 92% acumulado, lo que supone un 14% anualizado, y a diez años acumula una plusvalía del 215% aproximadamente, lo que representa más de un 12% anualizado. Estas extraordinarias rentabilidades han ido además muy por delante de los beneficios reales obtenidos y el crecimiento medio obtenido por las 500 compañías que integran el índice.
Una de las consecuencias de esta dislocación entre las alzas en su valor en Bolsa y los beneficios es lo delicado de las valoraciones actuales. Esta sería también otra de las grandes razones de la pregunta, ya que la mayor parte de los modelos de valoración y las consiguientes proyecciones de rentabilidad de los inversores institucionales de referencia para los próximos cinco y diez años arrojan guarismos muy modestos. Incluso, no es inhabitual encontrar modelos con un buen historial de aciertos que apuntan a rentabilidades negativas para plazos de cinco años. En el último año es habitual encontrar análisis sobre la extraordinaria concentración del peso y de las rentabilidades del S&P 500 en unos pocos grandes valores tecnológicos como Meta, Amazon, Apple, Microsoft, etc. En el pasado episodios similares de concentración (los nifty fifty o las puntocoms por ejemplo) terminaron con retornos decepcionantes en los siguientes años.
En este contexto, parece razonable pensar que una estrategia de inversión en renta variable que busque diversificar en segmentos del mercado con valoraciones más atractivas, tanto respecto a su propia historia como a otros mercados, puede ser un movimiento acertado con una visión de medio y largo plazo. Así, mercados bursátiles como el japonés, las pequeñas compañías europeas y norteamericanas o determinados mercados emergentes seleccionados merecerían asignaciones más generosas que las que encontramos en los grandes índices de Bolsa global como el MSCI World o el FTSE World. Finalmente, no debemos dejar de ponderar sobre la gran fortaleza que ha tenido el dólar en estos últimos años también. Desde la perspectiva de un inversor español en euros, encontramos poderosos argumentos a favor de cubrir el riesgo de minusvalía que supondría una depreciación del dólar con respecto al euro en los próximos años.
Juan Manuel Vicente Casadevall, EAF. Asesor Smart Bolsa
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