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Del colapso y el caos a ver luz al final del túnel, Sri Lanka casi dos años después de la tormenta económica perfecta

La isla, con 22 millones de habitantes, tuvo una carestía de combustible, medicina y alimento que solo el rescate del Fondo Monetario Internacional pudo encauzar. A cambio, ha tenido que emprender reformas dolorosas pero que se han demostrado necesarias

Imágenes de las protestas que terminaron por expulsar a la familia Rajapaksa del poder.
Imágenes de las protestas que terminaron por expulsar a la familia Rajapaksa del poder.- (AFP)
Fernando Belinchón

Se puede decir que una metafórica tormenta perfecta golpeó a la isleña nación de Sri Lanka. Con 22 millones de habitantes, esta antigua colonia británica situada al sur de India atravesó en 2022 la peor crisis económica en décadas. Los precios disparados de la energía que se desataron a raíz de la invasión rusa de Ucrania golpearon con fiereza a una economía extremadamente dependiente del exterior para obtener combustible, medicina y alimentos y muy expuesta al turismo, su principal actividad que en aquel entonces estaba afectada por la pandemia. La escasez de reservas de divisas de su banco central hundieron su moneda y llegó una hiperinflación. El caos se apoderó de la nación que durante décadas había estado gobernada en la sombra y en la luz por la familia Rajapaksa. Un nuevo presidente, Ranil Wickremesinghe, un plan de rescate del Fondo Monetario Internacional (FMI), pactos con su principal acreedor (China), y, ahora, un acuerdo de libre comercio con Tailandia ha sido la receta de Sri Lanka para empezar la escalada de un abismo del que parecía muy difícil salir.

Según los datos del Fondo Monetario Internacional, la situación en 2022 era la siguiente. Además de no tener combustible en las gasolineras con todo lo que eso implica, el PIB real de Sri Lanka se contrajo un 7,8%, la inflación terminó el ejercicio en el 54,5% y las reservas del banco central estaban en 1.898 millones de dólares con una deuda externa de 57.400 millones de dólares, el 76,7% del PIB. Una vez depuesta la familia Rajapaksa a raíz de la profunda crisis y en medio de masivas protestas y asaltos a la residencia oficial del primer ministro, el nuevo presidente Wickremesinghe pidió ayuda al FMI. El 20 de marzo de 2023, el organismo respondió aprobando un programa de financiación de hasta 3.000 millones de dólares.

La presidenta del FMI, Kristalina Georgieva, emitía entonces su diagnóstico y su solución. “Sri Lanka ha enfrentado tremendos desafíos económicos y sociales con una severa recesión y una inflación elevada. Sin reservas internacionales, una deuda pública insostenible y exacerbadas vulnerabilidades a nivel financiero. Las instituciones y la gobernanza del país necesitan profundas reformas. Para que Sri Lanka supere la crisis, el FMI ha aprobado un programa de financiación para el que harán falta reformas críticas. Es necesaria una ambiciosa consolidación fiscal mientras a la vez se extiende la protección para las personas pobres y vulnerables”, rezaba el comunicado oficial del rescate del FMI. Con otras palabras. La institución daría su apoyo, pero a cambio, pedía subidas de impuestos, reformar las deficitarias empresas estatales y elevar las reservas internacionales de su banco central. De lo contrario, el programa terminaría.

Subiendo impuestos. Ajustando presupuestos. Renegociando con los acreedores. Tratando de abrir nuevas oportunidades de comercio. La respuesta de Sri Lanka ha abarcado varios frentes. En octubre de 2023, alcanzó un principio de acuerdo para reestructurar 4.300 millones de dólares de deuda con China, su principal acreedor bilateral. Este sábado, se ha confirmado un pacto de libre comercio con Tailandia. El departamento de comunicación presidencial esrilanqués ha calificado la noticia como un “movimiento que ayudará a que la nación emerja de su peor crisis en décadas”, según refiere Reuters.

El Banco Mundial da detalles más profundos sobre estas reformas. Entre las medidas más concretas, el FMI pedía privatizar las principales empresas estatales de Sri Lanka: Ceylon Electricity Board y Ceylon Petroleum Corporation. Para solucionar la carestía de combustible, el Gobierno liberalizó este mercado dando acceso a tres grandes megacorporaciones petroleras globales. Para mejorar su seguridad energética y reducir dependencia exterior, el FMI les recomienda potenciar las energías renovables. Pero la medida más importante y a la que el Banco Mundial dedicó en su explicación más espacio era la persecución de una corrupción que dejó al país sin crédito a nivel internacional.

Los datos apuntan a que, finalmente, la situación está mejorando. En 2023 las estimaciones del FMI calculan un retroceso del PIB real del 3,6% y una inflación del 4,8% a cierre de año. Las reservas del banco central habrían aumentado a 3.806 millones de dólares y la deuda externa habría bajado hasta 53.800 millones de dólares, un 64,7% del PIB. Para 2024, las perspectivas son aún mejores. Se prevé un crecimiento económico del 1,8% en términos de PIB real. Una inflación del 6,6%, unas reservas de 5.346 millones de dólares y una deuda externa ligeramente superior, concretamente, de 55.500 millones de dólares (68% del PIB).

Entre el pasado 11 y 19 de enero, una misión del FMI visitó la isla. El veredicto que dejaron fue que, efectivamente, el paciente está respondiendo al tratamiento. “El programa de reforma económica implementado por las autoridades de Sri Lanka está arrojando los primeros signos de recuperación. El PIB real registró un crecimiento positivo del 1,6% en términos interanuales en el tercer trimestre de 2023, la primera expansión tras seis trimestres consecutivos de contracción. La escasez de suministros esenciales se ha relajado, y la inflación permanece contenida. Las reservas internacionales aumentaron en 2.500 millones de dólares durante 2023, y los datos preliminares apuntan a una mayor recaudación fiscal en el cuarto trimestre de 2023. No obstante, los desafíos siguen presentes ya que esas mejoras a nivel macro deben todavía traducirse en mejores condiciones de vida para el pueblo de Sri Lanka”, sentenció el líder de la misión del FMI, Peter Breuer. Dos años después del huracán económico, Sri Lanka sigue acusando sus efectos, pero un rayo de luz ha emergido de entre las nubes.

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Fernando Belinchón
Madrid. 1994. Máster en periodismo económico por la Universidad Rey Juan Carlos. Redactor de la Mesa Web de CincoDías. En el periódico desde 2016.
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