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Perfil
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

La CEO de Macquarie, una vida poco ordinaria de Sri Lanka a Australia

Shemara Wikramanayake es consejera delegada de Macquarie, que pretende comprar Telecom Italia

Carlos Gómez Abajo
Shemara Wikramanayake, CEO de Macquarie.
Shemara Wikramanayake, CEO de Macquarie.José Manuel Esteban

De familia rica, tuvo una infancia y una adolescencia agitadas. Luego la carrera de Shemara Wikramanayake (Inglaterra, 1962) ha sido muy estable: casi cuatro décadas en la firma de inversión Macquarie, de la que es directora general y consejera delegada desde 2018. La empresa acaba de hacer, junto al banco público italiano CDP, una oferta por Telecom Italia.

Wikramanayake nació en Inglaterra, adonde su padre, de una familia muy rica del entonces Ceilán, había ido para formarse como médico. Pasó su infancia entre Europa y Asia. Su abuelo, un destacado abogado de la élite, cayó en desgracia con la llegada de un Gobierno de izquierdas que introdujo controles de capital. Acusado de saltárselos, cuenta el diario Australian Financial Review, huyó al Reino Unido para evitar ser arrestado, y la fortuna familiar se perdió. El padre de Shemara también se quedó sin su prestigioso empleo en un hospital.

Así que tuvo que aceptar trabajos precarios en Inglaterra, donde el descontento social había incrementado el racismo hacia los británicos de las colonias. La familia había perdido su estatus. Así que se mudaron a Sídney (Australia) cuando Shemara tenía 14 años. Solo llevaban 200 dólares en efectivo, pero el padre había conseguido un buen empleo. Llegó a ser uno de los grandes expertos en diabetes de Australia, y también hizo fortuna en el sector inmobiliario.

Los Wikramanayake prefieren no abundar en esa historia. En 2020, ella dijo que tenía suerte de haber nacido impermeable a los acontecimientos adversos. “Básicamente he vivido una vida sin remordimientos”. Su padre dice que la clave de su éxito es la determinación. “Ha heredado mi empuje. Mi padre [el abuelo] era así”. Ella colabora con organizaciones que ayudan a niños refugiados, “que han venido en barcos, que han estado en centros de detención de menores, que no han tenido acceso a la educación. Eso te da perspectiva para tus problemas”.

Carrera

La ahora jefa de Macquarie se licenció en Comercio y Derecho por la Universidad de Nueva Gales del Sur (en 1996 hizo un máster de Gestión en Harvard). Trabajó brevemente como abogada corporativa en el despacho Blake Dawson Waldron antes de incorporarse a Macquarie ya en 1987. Dirigió la oficina de asesoramiento corporativo en Nueva Zelanda, Hong Kong y Malasia, y la gestión de fondos de infraestructuras en Estados Unidos y Canadá.

Trabajó en Macquarie Capital durante casi 20 años y fue nombrada directora de gestión de activos en 2008. Una década después ascendió a la jefatura del grupo. En 2022 ganó 23,7 millones de dólares, lo que la convertía en la ejecutiva mejor pagada de Australia por segundo año consecutivo. Es muy activa en las cuestiones climáticas y de energías renovables, y participa en varias iniciativas del Banco Mundial y la ONU.

Lo mejor de la pandemia, decía al principio de esta, era poder estar con su familia. “Me pasé toda una carrera perdiéndome las cenas entre semana. Ahora he podido hacerlo y seguir haciendo mis llamadas nocturnas virtualmente”.

Tiene una hija y un hijo, y subrayaba la suerte de que su marido, Ed Gilmartin, se quedara cuidándolos mientras ella trabajaba fuera. “Era banquero de inversión [en la propia Macquarie] y tenía una gran carrera. Está perfectamente adaptado y es feliz estando en casa. A mi hijo, cuando tenía cinco años, le preguntábamos: ¿qué quieres hacer de mayor? Y debido al modelo de conducta que tenía, respondía: “Nada, voy a ser una persona normal como mi padre”. ¿Y qué harás para ganar dinero? “Mi mujer trabajará”. “Con 18 años sigue diciendo lo mismo”.

La oferta

Cassa Depositi e Prestiti (CDP), equivalente italiano del ICO, y Macquarie ofrecieron el domingo 20.000 millones por la red de telefonía fija de Telecom Italia (TIM). La propuesta estará en vigor hasta el día 31, e igual la de KKR, pero con más porcentaje de efectivo.

El Gobierno italiano, exdueño del antiguo monopolio de telefonía, puede vetar acuerdos sobre activos estratégicos. CDP posee el 10% de TIM y una participación mayoritaria de su rival Open Fiber, de menor tamaño. La idea sería fusionarlas.

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Sobre la firma

Carlos Gómez Abajo
Licenciado en Físicas, máster en Periodismo UAM-El País y posgrado en Información Económica. Es redactor de Opinión de Cinco Días, y también ha escrito en Mercados y en la sección de ocio/lujo. Ha trabajado en el portal de noticias científicas Tendencias 21 y ha hecho traducciones, la mayoría de tipo económico.

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