La UE acuerda la entrada gradual de Rumanía y Bulgaria al espacio Schengen
A partir de marzo se eliminarán los controles en las fronteras interiores aéreas y marítimas. La decisión de los Veintisiete se toma después de que Austria levantara su veto
Los países de la Unión Europea (UE) han acordado por unanimidad el ingreso gradual de Rumanía y Bulgaria en el espacio de libre circulación Schengen después de que Austria, el último país de los Veintisiete que se oponía a la medida, levantara su veto. Y son ya 29 los miembros adheridos a esta área de libre circulación europea.
La decisión implica que, a partir de marzo, se eliminarán los controles en las fronteras interiores aéreas y marítimas con esos dos países -que ingresaron en la UE en 2007-, con el compromiso además de Austria, Bulgaria y Rumanía de acordar más tarde la fecha del fin de los controles terrestres, ha informado la presidencia española de turno del Consejo de la UE.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha celebrado en la red social X (antigua Twitter) el acuerdo. “Es un día de gran orgullo para Bulgaria y Rumanía”, ha recalcado. Mientras el Ejecutivo español ha calificado el acuerdo de justo e histórico.
“El objetivo prioritario de Rumania sigue siendo aplicar plenamente el acervo de Schengen, completando la última etapa, a saber, la eliminación de los controles en las fronteras interiores terrestres”, ha declarado el presidente de Rumanía, Klaus Iohannis, en las redes sociales.
Iohannis ha asegurado que la decisión de ayer sábado de una entrada gradual de Rumanía en Schengen es positiva, aunque sólo un primer paso, y que se seguirá trabajando para ser un socio de pleno derecho del área de libre circulación, y garantizó que su país es un garante de la seguridad europea.
También el Gobierno de Rumanía ha destacado la importancia de un acuerdo que beneficia a la ciudadanía, ya que les facilita viajar libremente por vía aérea y marítima dentro de la Unión Europea y a los Estados asociados a Schengen (Islandia, Liechtenstein, Noruega y Suiza).
El Ejecutivo de Bulgaria, por su parte, se ha comprometido a aplicar de forma estricta el Reglamento de Dublín, que incluye la readmisión de personas registradas como solicitantes de asilo en el país, en conformidad con la normativa comunitaria sobre la responsabilidad del país de primera llegada a la UE, para lograr una pronta eliminación de los controles fronterizos terrestres. También ha informado de que se ha firmado una declaración tripartita con Austria y Rumanía para “reforzar el funcionamiento de Schengen” y promete una mayor cooperación y un ritmo de trabajo acelerado.
A pesar de que Comisión Europea y Parlamento Europeo llevan años asegurando que Bulgaria y Rumanía, miembros de la UE desde 2007, están preparados para entrar en Schengen, Austria había bloqueado hasta ahora su ingreso debido al temor a una mayor llegada de inmigrantes y refugiados procedentes de esos países. La ministra de Exteriores de Bulgaria, María Gabriel, ha confiado en que ya en 2024 se confirme una fecha sobre la abolición de los controles fronterizos terrestres.
La Comisión Europea ha prometido apoyar a Bulgaria y Rumanía en la protección de las fronteras exteriores de la UE. Bulgaria, en particular, recibirá un apoyo financiero significativo de la Comisión Europea, así como asistencia operativa y técnica de la agencia europea de fronteras, Frontex, en sus delimitaciones con Turquía y Serbia.
Los debates sobre una fecha para la posible supresión de los controles de personas en las fronteras terrestres interiores continuarán en 2024 y se espera que el Consejo adopte una decisión al respecto en un “plazo razonable”.
El Tratado de Schengen establece el levantamiento de los controles en las fronteras entre sus Estados miembros, que actualmente abarcan 4,3 millones de kilómetros cuadrados y cerca de 420 millones de ciudadanos de 27 países europeos (23 miembros de la UE y 4 no comunitarios).
Fin de la presidencia española en la UE
España clausura este domingo su quinta presidencia del Consejo de la Unión Europea, un semestre marcado por el adelanto electoral y por el ruido del debate político doméstico, que ha ido de menos a más y que ha culminado con un rotundo éxito de producción legislativa.
A solo 33 días del arranque del mandato europeo, un terremoto político con epicentro en España sacudió Bruselas: el presidente del Gobierno español, el socialista Pedro Sánchez, adelantaba la convocatoria electoral al 23 de julio, coincidiendo con el inicio de la presidencia europea.
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