Vivir bajo fuego: una radiografía económica de la Franja de Gaza
La guerra entre Israel y Hamás asfixia a una de las economías más deterioradas de Oriente Próximo. Su principal socio económico es el país que actualmente le bombardea como represalia por los ataques fundamentalistas
El actual conflicto entre Israel y Hamás está devastando a uno de los territorios más vulnerables del mundo, tanto a nivel social como económico. Sin restar importancia a la escalofriante cifra de vidas humanas que se han perdido (más de 11.000), es imposible evadir que el conflicto también está sumergiendo aún más a la ya languideciente economía de la Franja Gaza. Tras un mes de conflicto, se estima que Palestina ha perdido alrededor de 390.000 empleos (182.000 de ellos en la zona de conflicto), y que su PIB podría reducirse hasta en un 12% en 2023 y hasta un 9% adicional en 2024, según Naciones Unidas. En este contexto, los expertos temen que el daño ocasionado pueda tardar décadas en ser reparado, y advierten de que cada día de conflicto agrava el deterioro económico.
“La emergencia humanitaria que se está desarrollando es también una crisis de desarrollo. La continuación de la guerra conlleva costos enormes y complejos para todos los palestinos, no solo para los habitantes de Gaza, ahora y en el futuro cercano y mediano”, afirman desde el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). En este contexto, un informe de la entidad publicado recientemente estima que la pobreza puede incrementarse hasta en un 45% en la región, dependiendo de qué tanto se prolongue la guerra.
Los datos del PNUD también revelan que se ha arrasado con las infraestructuras. Según informan, al menos el 45% de las viviendas en Gaza han sido destruidas o dañadas por los bombardeos. “A 3 de noviembre de 2023, al menos 35.000 unidades de vivienda habían sido completamente destruidas, mientras que alrededor de 212.000 unidades habían resultado parcialmente afectadas. Por otra parte, más del 40% de las instalaciones educativas han resultado dañadas”, informan desde la entidad.
Cabe destacar que el impacto sobre Gaza es especialmente preocupante, ya que su economía es mucho más vulnerable que el del resto de Palestina. Esto se debe a que el aislamiento y más de una década de conflicto han hecho que el desarrollo económico en la Franja se sitúe muy por debajo del de otras partes del territorio. Por ejemplo, según un reporte reciente del Fondo Monetario internacional (FMI), en 2022 el ingreso per cápita en esta región equivalía a un 25% del de otras partes de Palestina. De manera similar, el desempleo en Gaza alcanzó el 45% en 2022, mientras que en Cisjordania solo llegó al 13%. Asimismo, la población que vive por debajo del umbral nacional de pobreza se situó en el 53% en la Franja, mientras que en otras partes solo llegó al 14%,
Desde el FMI detallan que, entre 2007 y 2022, el crecimiento del PIB real en Gaza tuvo un 0,4% de media, mientras que el PIB real per cápita disminuyó a una tasa del 2,5% de media. En contraste, Cisjordania registró un crecimiento del PIB real y un crecimiento per cápita de 5,1% y 2,8%, respectivamente.
En consonancia, los depósitos y el crédito del sector privado en Gaza promediaron solo un 40% y el 22% del PIB, respectivamente, entre 2007 y 2022, en comparación con el 77% y el 33% de Cisjordania. “El bajo nivel de ahorro en Gaza refleja tanto el bajo nivel de los salarios, que apenas son suficientes para cubrir las necesidades básicas de vida, como el sistema financiero subdesarrollado. En ausencia de una financiación extranjera significativa, los bajos ahorros se traducen directamente en bajos niveles de inversión”, afirma el reporte publicado el 13 de noviembre. Así, los principales sectores económicos son la construcción (o reconstrucción), los servicios, la agricultura y la manufactura.
Economía bloqueada
Aunque países como Jordania, Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudí tienen inversión directa en Palestina, el bloqueo que sufre la Franja es un obstáculo para el acceso de capitales. “Si bien las restricciones impuestas por Israel al acceso y movimiento de mano de obra y bienes obstaculizan gravemente los resultados comerciales y la capacidad productiva tanto en Cisjordania como en Gaza, las restricciones son mucho más severas para la franja. Como resultado de este bloqueo y de las repetidas guerras con Israel desde 2008, el stock de capital está estancado y la infraestructura está abandonada, especialmente la electricidad”, señala el informe del FMI
En 2022, las importaciones totales alcanzaron el 70% del PIB para Cisjordania y el 54% del PIB para Gaza. Mientras tanto, las exportaciones totales se han mantenido mucho más bajas, ascendiendo al 21% del PIB para Cisjordania y al 6,5% del PIB para Gaza, respectivamente. Israel es el principal socio comercial de ambos territorios: más de la mitad de los bienes importados a Cisjordania y más de dos tercios de las importaciones a Gaza provienen de este país. Asimismo, el 81% de las exportaciones de Cisjordania y el 83% de las exportaciones de Gaza van hacia este destino.
Justamente, los estrictos controles que aplica el Gobierno de Tel Aviv sobre este territorio, apelando a razones de seguridad nacional y lucha contra el terrorismo, son un factor clave para entender la situación. “Existe una dependencia económica absoluta de la economía de Gaza respecto a la israelí. La moneda que existe en los territorios ocupados es el shekel y se controla todo lo que entra y sale del territorio, salvo por el paso de Rafah”, explica Jorge Ramos Tolosa, profesor de Historia Contemporánea de la Universidad de Valencia y experto en la historia de Palestina, a CincoDías.
En la opinión de Ramos, la economía de este territorio puede catalogarse como colonial y ocupada, ya que está subordinada totalmente a los intereses de Israel, que además ejerce un bloqueo. En este contexto, el historiador enfatiza que es prácticamente imposible que otros países de la región participen de la economía de Gaza ya que ni la Autoridad Palestina ni Hamás tienen efectivo control de sus fronteras.
La única excepción vendría a ser Egipto, ya que hasta antes de la guerra los cruces fronterizos con Egipto estaban controlados por el Gobierno egipcio y el Gobierno de facto de Hamás. De hecho, según el FMI, el número de camiones que entran en Gaza a través del cruce de Rafah había aumentado continuamente de 4 camiones en 2008 a 30.208 camiones en 2022. Las importaciones a Egipto comprenden principalmente materiales de construcción (como cemento), así como productos alimenticios y ganado.
¿Pobreza perpetua?
El informe del PNUD advierte que la incidencia de la pobreza y la inseguridad alimentaria seguirá aumentando en esta región. La entidad advierte de que la inseguridad alimentaria “aguda o moderada” ya afectó al 62,9% de los hogares en Gaza en 2022. Asimismo, más del 73% de los hogares en Gaza informaron haber recibido ayuda humanitaria en los seis meses antes de la evaluación, mientras que más del 50,5% de los hogares declararon que una organización no gubernamental (ONG) o asistencia benéfica era su principal fuente de ingresos.
“Hasta ahora, la guerra ha causado un aumento en los precios de los alimentos en Gaza, y las reservas se están agotando. Esto ha aumentado el riesgo de desnutrición, especialmente entre mujeres embarazadas, bebés y niños pequeños, lo que puede provocar deterioro cognitivo, posible aparición de enfermedades y, en última instancia, pandemias”, advierten desde el PNUD.
Desde esta división de Naciones Unidas se asegura que el conflicto hará retroceder a Gaza muchos años. “No solo reducirá el crecimiento del PIB a corto plazo, sino que también tendrá implicaciones a largo plazo. Además, si se toman como referencia los esfuerzos de reconstrucción anteriores, la reconstrucción será lenta y tendrá graves consecuencias para la actividad económica, la salud, la educación y las perspectivas de desarrollo a largo plazo”, previenen desde el PNUD.
Dicho esto, Ramos considera que grupos fundamentalista han surgido y proliferado por la ausencia de prestaciones sociales y asistenciales en estos territorios. “Una de las claves para entender por qué Hamás tiene apoyo es porque ofrece servicios donde no los hay. Hay que pensar en clínicas, escuelas e incluso microcréditos. Hamás proporciona préstamos a familias que quieren emprender. Esto es crucial en un territorio que está bajo asedio y que quiere desarrollar una economía”, señala el experto.
Dicho esto, desde el FMI opinan que el desarrollo económico de Gaza podría beneficiarse de una reconciliación política entre los territorios palestinos. “La división política entre Gaza y Cisjordania plantea una capa adicional de obstáculos, ya que impide la coordinación e implementación de políticas, creando dos estructuras de gobernanza separadas”, indican desde la entidad.
En la opinión de los analistas del FMI, la reconciliación o unificación política entre estas regiones podría mejorar los servicios públicos básicos de Gaza, aumentar los flujos de inversión entrantes, fortalecer su gobernanza a través de un entorno regulatorio unificado y la capacidad de la Autoridad Palestina para mejorar la generación de ingresos mediante el redespliegue de su Administración tributaria. Asimismo, en última instancia, podría impulsar la inversión en sus muchos sectores, como por ejemplo proyectos de infraestructura necesarios, principalmente electricidad y agua.
Recientemente, Naciones Unidas estimó que se necesitan alrededor de 294 millones de dólares adicionales en asistencia humanitaria para Gaza. Estados Unidos destinará 100 millones de dólares; mientras que Canadá y Alemania han prometido 50 millones de dólares cada uno. Por su parte, la Comisión Europea determino el 6 de noviembre que proporcionará 25 millones de euros adicionales en ayuda humanitaria. Esto eleva la asistencia humanitaria de la UE a más de 100 millones de euros para Gaza este año.
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