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Los pilotos de Iberia demandan un ERE voluntario con la compañía en su mejor momento económico

La dirección se centra en cerrar el convenio del personal de tierra y guarda cautela sobre un ajuste que tendría que justificar por causas organizativas

Javier F. Magariño

Nuevo momento clave para Iberia en lo que afecta a su complejo juego de equilibrios laborales. El colectivo de 1.400 pilotos demanda impulso a un ERE voluntario, en conversaciones discretas mantenidas por el sindicato Sepla, tras pinchar en hueso con esta petición ante los dos anteriores presidentes, Javier Sánchez Prieto y Fernando Candela. La prioridad de Iberia está ahora en la negociación del XXIII convenio del personal de tierra, y el récord de producción y resultados financieros no facilitan la justificación de un ajuste en la compañía si no es por causas organizativas.

Fuentes sindicales apuntan que en el personal de talleres, oficinas y el colectivo de tripulantes de cabina de viajeros (TCP) también verían con buenos ojos un ERE al que apuntarse voluntariamente en toda la compañía.

Un tijeretazo de estas características se está ejecutando en el área de servicios de handling, ya bajo la marca South Europe Ground Services, tras la traumática pérdida de licencias para ofertar servicios a terceros en algunos de los mayores aeropuertos de Aena. La inercia de este proceso y el buen comportamiento del negocio, con Iberia ofreciendo beneficios y flujos de caja nunca vistos, está dando motivos para el optimismo entre los trabajadores mientras la dirección muestra la mayor de las cautelas respecto a la posibilidad de abrir una ventana de salida de la compañía con compensaciones.

El sindicato de pilotos Sepla intenta recuperar un esquema de desvinculaciones similar al que salió de las negociaciones del acuerdo de productividad de 2014, cuando se abrió un ERE de carácter voluntario con vigencia hasta finales de 2017. De forma paralela, las negociaciones del convenio de tierra se están centrando en la senda salarial, la participación en los beneficios de 2023 y 2024 (reconocida a pilotos y tripulantes de cabina de pasajeros) o el teletrabajo. En círculos cercanos a las conversaciones se afirma que también sobrevuela la demanda de bajas incentivadas.

Los pilotos tienen su convenio prorrogado hasta el cierre de 2027, al igual que los tripulantes de cabina de pasajeros (TCPs), y cualquier negociación de salidas quedaría al margen. El grupo de los pilotos, sindicalizado al 100%, es el que ha marcado el camino de las relaciones laborales en Iberia, pero el protagonismo del personal de tierra gana enteros a la vista de que toman ahora el primer turno negociador de convenios una vez que se prolongó la vigencia de los de pilotos y TCPs.

La expectativa del Sepla sobre un ERE voluntario, también entre las centrales que representan al personal de tierra, ya se expresó a finales de 2022. Entonces se barajó un ERE negociado que alcanzara a mayores de 60 años y que pudiera extenderse a otros colectivos, pero no salió adelante.

Buen verano

Iberia ha culminado el mejor tercer trimestre de su historia, con 2.150 millones en ingresos (+2%), un resultado operativo de 510 millones (+12,3%) y un margen del 23,7%, que supera en 2,2 puntos el del tercer trimestre de 2024. A la compañía no le sobra el personal en un momento de déficit de recursos humanos en el mercado y cuando se está reforzando en sus rutas principales. Además, el presidente Sansavini tiene lanzado un plan estratégico que prevé el salto desde los 42 aviones de largo radio al inicio de este año hasta los 59 en 2030, y con un objetivo de llegar posteriormente a los 70. El ejecutivo explicó ante los medios en la reciente presentación de resultados del tercer trimestre que la primera cota está asegurada, mientras que el objetivo final de 70 aviones “va a depender del cumplimiento de los objetivos financieros”.

De impulsar un plan de despido colectivo, uno de los objetivos que pudiera perseguir Iberia es el de bajar costes laborales y rejuvenecer sus equipos, comenzando por el de los pilotos. Cuatro de cada diez empleados en la aerolínea tienen más de 50 años de edad y un 10% ha pasado de los 60. Pero en los últimos tiempos el contexto de la empresa es de contratación para acompañar el alza de aproximadamente el 4% anual en la producción. El año pasado entraron 127 pilotos y hubo un centenar de ascensos (sueltas, en el argot de la aviación) a comandante.

El actual convenio de pilotos, el décimo en Iberia (firmado en agosto de 2024), está vigente hasta final de 2027. Incluye ingresos extra supeditados a resultados económicos, productividad, nivel de satisfacción de los clientes y parámetros operativos como la puntualidad de las rutas. También se concedió para el personal de vuelo, incluidos los TCP, la posibilidad de acogerse a de forma voluntaria a una excedencia especial o a una rescisión especial por las que consiguen un cese remunerado en los servicios de vuelo una vez cumplidos los 55 años.

Otra opción en manos de pilotos y tripulantes de cabina es la de pasar a la reserva, los primeros a los 60 años y los segundos cuando cumplen los 62, momento en el que también pueden optar por el cese remunerado. En el caso de los pilotos, hay un último escenario para reducir la actividad de vuelo al 55% cuando llegan a los 60 años. Todo este paquete dedicado a los veteranos conlleva un fuerte coste para la aerolínea.

Salarios y prejubilaciones

Los sindicatos que negocian el convenio de tierra están alertando del riesgo de fuga de talento por una cuestión de poder adquisitivo. El frente sindical sostiene que la variación en las tablas salariales desde 2013, derivada de los tres últimos convenios, ha sido del 15%, mientras que el IPC ha evolucionado un 26% al alza en el mismo periodo. El personal de mantenimiento dice estar entre un 17% y un 40% peor pagado (dependiendo de categorías y del plus de antigüedad) que en la media de las compañías comparables, ante lo que se reivindican actualizaciones y sistemas más ágiles de progresión.

Ya en el caso de South, el despido colectivo de adscripción voluntaria pactado entre Iberia, CC OO y UGT, fue abierto para 1.500 trabajadores de un total de 8.400. La compañía ofertó la prejubilación a empleados que hubieran cumplido los 60 o más hasta el 31 de diciembre de 2026. Se apuntaron 1.300 a las prejubilaciones atraídos por la oferta del 50% del salario bruto y la posibilidad de poder seguir utilizando los billetes de vuelo gratuitos. Los que no estaban en el rango de la prejubilación tuvieron un plan de baja con una indemnización de 21 días por año trabajado y un máximo de 12 mensualidades, al que se suscribieron un centenar de efectivos.

En Iberia queda muy atrás el traumático ajuste de empleo que acompañó al Plan de Transformación de la compañía en 2012. Salieron de la compañía 3.141 trabajadores, frente a los 4.500 inicialmente planteados. Tras ello, quedó fijado un ERE marco que servía para pactar nuevas salidas.

Sobre la firma

Javier F. Magariño
Es redactor de infraestructuras, construcción y transportes en Cinco Días, donde escribe desde junio de 2000. Ha pasado por las secciones de Especiales, Cinco Sentidos, 5D y Compañías siguiendo la información de diversos sectores empresariales. Antes fue locutor de informativos en la Cadena Cope, además de colaborar en distintos medios de Madrid.
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