Veolia amplía su red energética en España con seis empresas locales por 150 millones
La energética de origen francés acelera en su apuesta por la eficiencia y el aprovechamiento con 560 millones invertidos en cuatro años


La energética de origen francés Veolia quiere que en España se hable de ellos por algo más que su control sobre Aguas de Barcelona y por la presencia en su consejo de administración de Criteria Caixa, que compró por unos 1.000 millones en el primer tercio de este año el 5,01% del capital. El brazo inversor de la Fundación la Caixa entraba en una multinacional de reciente aterrizaje en Cataluña y con el objetivo de expandirse en las infraestructuras hídricas por todo el país, pero cuya mayor fortaleza reside en el negocio de la energía en el centro de Europa. Sea como sea, el grupo Veolia suma ya una inversión de 560 millones en inversiones en territorio español en los últimos cuatro ejercicios, la mayoría en un formato del que más presume allá por donde va: la cercanía y la apuesta por lo local.
La última tanda de compras, valorada en 150 millones y ejecutada en los pasados 12 meses, ha servido para hacerse con media docena de empresas especializadas en eficiencia energética, tratamiento de biomasa o suministro y servicios energéticos en distintos puntos de la península y en las Islas Canarias. A medio plazo, Veolia prevé mejorar su inversión española en un 40%. Como mínimo, y sin olvidar su principal negocio nacional, el que lidera Agbar, ahora en plena puja por una serie de contratos de suministro de agua con ingresos valorados en 800 millones de euros en el área metropolitana de Barcelona.
En lo energético, en cambio, las vistas de Veolia se posan en empresas de tamaño pequeño, de un centenar o dos de trabajadores, y muy locales, como la canaria Electrimega (cuya integración se cerró en febrero), la leonesa Coterram (también en febrero), la sevillana Villa Flores Martín (en marzo) o la catalana Imartec (en enero). Más recientemente, hace apenas un mes, tomó el 45% de otra firma del archipiélago, Canaragua. En suma, en los dos últimos ejercicios Veolia ha comprado o entrado en una media docena de pequeñas compañías cada año por un valor total de 200 millones. La cifra final solo se ofrece de manera agregada y no por compañía, aunque ha sido confirmada por el grupo. Entre 2022 y 2023 la inversión conjunta de Veolia ascendió a 360 millones. A finales de ese ejercicio, la empresa ingresaba en España unos 2.600 millones de euros, el 6% del total de un grupo que mueve 45.000 millones anuales.
La ambición por la eficiencia va a más. En España y en el frente más frío de Europa. O como ha resumido la consejera delegada de la multinacional, Estelle Brachlianoff, “la descarbonización rentable: ese es el negocio de Veolia”. Así ha calificado la estrategia Ecothermal Grid, presentada este martes en Poznan, Polonia, donde la plana mayor de la empresa se ha reunido y ha contado con periodistas de medio continente para inaugurar una nueva planta de cogeneración capaz de suministrar calefacción a la mitad de la población del municipio polaco, de medio millón de personas.
Construida en poco más de dos años desde la nada y cuando hacía unos meses que Rusia había invadido Polonia y la crisis de precios y suministro energético golpeó al corazón de Europa, la planta de Poznan ha reducido en un 25% las emisiones exclusivamente causadas por el carbón que originaba esa energía hasta ahora. De ser dependientes por completo del carbón se pasa al gas (que se compra a Estados Unidos ya que la ruta rusa está bloqueada) y la intención es aterrizar en la bioenergía no dentro de mucho. Se trata de una “iniciativa histórica en la estrategia de eliminación del carbón de la ciudad y marca el rumbo para lograr una red de calefacción urbana completamente libre de carbón para 2030 mediante biometano e hidrógeno”, explica Veolia en un comunicado.
“La calefacción es esencial”, ha zanjado Brachlianoff en la presentación ante la prensa y analistas financieros para destacar un modelo de negocio con el que quiere eliminar cualquier rastro de carbón en sus dominios en menos de un lustro. Para ello, se han invertido desde 2018 hasta 700 millones de euros y se acelerará a los 1.600 para cuando se llegue a 2030. Las previsiones de rentabilidad al final del periodo se van al 10% con una facturación adicional de 350 millones.
El calor, o las redes urbanas de calefacción, son tan fundamentales que el 50% de la energía que se consume en Europa se destina a generar calor (más que a la electricidad, por tanto) y, en ese objetivo de cambiar el mix energético que posibilita el calor a Alemania, Polonia, República Checa, Eslovaquia y Hungría (los cinco estados prioritarios de su estrategia de descarbonización) se pretende aprovechar absolutamente toda fuente de que haya cerca de un núcleo urbano o industrial.
Por poner ejemplos cercanos al de la planta recién inaugurada, se recepciona calor de la fundición próxima en una planta de Volkswagen y ya se están desarrollando modelos para convertir toda la intensidad que generan los centros de datos para desviarlo y convertirlo en calor. Incluso se ha logrado exprimir el calor residual del subsuelo de Varsovia. En un país donde el 70% de la energía que se produce viene del carbón, la búsqueda de alternativas aprieta.
Cada fuente cuenta y esto es algo que las autoridades deberían apoyar y fomentar, incide desde Veolia su máxima dirigente. Con el alcalde de Poznan, Jacek Jaśkowiak, al frente del tradicional corte de la cinta inaugural, la CEO de Veolia quiso evidenciar lo que se logra cuando se va de la mano con el interés de la administración. Cada planta, cada nuevo centro de datos o cada vieja industria pueden aspirar a generar tanta energía como la que consumen, cerrando la circunferencia de la economía circular. Veolia dice tener la capacidad para analizar cada proyecto y buscarle la solución.
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