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La AP-68 entra en su último año en manos de Abertis con el futuro peaje del tramo vasco en el aire

La concesionaria volverá a perder peso en España mientras da entrada en su perímetro a la autopista francesa de Las Landas

La que es una de las mayores carreteras de peaje del país, la AP-68 o Autopista Vasco Aragonesa (Avasa), con 294 kilómetros entre Bilbao y Zaragoza, entra en su último año bajo operación privada. Abertis la va a gestionar hasta el 10 de noviembre de 2026, totalizando 53 años, y después será la Administración la que recupere el activo previsiblemente con un importante tramo tarificado, el...

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La que es una de las mayores carreteras de peaje del país, la AP-68 o Autopista Vasco Aragonesa (Avasa), con 294 kilómetros entre Bilbao y Zaragoza, entra en su último año bajo operación privada. Abertis la va a gestionar hasta el 10 de noviembre de 2026, totalizando 53 años, y después será la Administración la que recupere el activo previsiblemente con un importante tramo tarificado, el que estará en manos de la Administración vasca, y otro sin barreras, dependiente del Ministerio de Transportes. Esta vía de peaje, la de mayor trazado en la cesta de Abertis, atraviesa Euskadi, La Rioja y Aragón.

Para la concesionaria participada por ACS y la italiana Mundy’s es un revés esperado, a la vista de la política del actual Gobierno de levantar barreras en las concesiones que van expirando. Antes salieron de la cesta de activos de Abertis la AP-7 (Tarragona-Valencia-Alicante) y la AP-4 (Sevilla-Cádiz), ambas a finales de 2019, y un segundo segmento de la AP-7 (Tarragona-La Jonquera) y la AP-2 (Zaragoza-El Vendrell), en agosto de 2021. “En relación con la devolución de Avasa, se trata de un proceso previsto dentro del calendario concesional. Trabajamos de la mano de las administraciones para garantizar que todo se desarrolle de manera ordenada”, señalan fuentes oficiales de la compañía.

La AP-68, también conocida como Autopista del Ebro, ha sido durante años uno de los activos estrella de Abertis en España, principal mercado en el pasado y del que solo recoge un 10,6% de sus ingresos globales al cierre de 2024 (12% del resultado bruto de explotación o ebitda). “Avasa es una concesión relevante dentro de nuestra red, aunque con un impacto limitado en el conjunto del Grupo Abertis”, explica un portavoz. La firma de autopistas mantendrá aún en su perímetro las concesiones Aucat (C-32), Castellana (AP-6), Aulesa (León Astorga), Autovía del Camino (Pamplona-Logroño), Túnels (Vallvidriera y Cadí, en Barcelona) y Trados 45 (eje O’Donell-N4 de la M-45, en Madrid), totalizando 337 kilómetros.

La reversión de Avasa queda cubierta dentro del grupo con la entrada de una concesión en Francia, la autopista de Las Landas (A-63, entre San Juan de Luz y Burdeos), con 104 kilómetros de un recorrido estratégico para el transporte de mercancías en el suroeste de Francia. Las cuentas de la A-63 en 2024 incluyeron 170 millones en facturación y un ebitda de 134 millones de euros. También suman a la actividad de Abertis recientes adquisiciones en Puerto Rico y Chile.

Actuaciones previas

Respecto a cómo quedará una AP-68 en manos públicas, el Ministerio de Transportes ya encargó en 2022 a WSP Spain-Apia que estudiase el impacto de quitar el peaje en esta arteria sobre el tráfico de todo el área de influencia. Desde entonces, se han llevado a cabo distintas actuaciones en los enlaces de esa autopista con otras vías.

La Vasco Aragonesa fue construida entre 1975 y 1980 con una primera fecha de vencimiento en 2011, pero el Gobierno de José María Aznar aprobó en el año 2000 la ampliación del plazo de explotación hasta finales de 2026. Esta medida, como otras extensiones de plazo en la gallega AP-9 o en el conocido como peaje del Huerna (AP-66), entre León y Asturias, lleva años motivando fuertes protestas entre usuarios y gobiernos autonómicos.

Si nada cambia en este último año de gestión privada, las diputaciones de Álava y Bizkaia, a las que Transportes transfirió las competencias del tramo de la AP-68 que atraviesa sus territorios, tienen decidido mantener el pago por uso. A falta de que se diseñen las futuras tarifas, el diputado general de Álava, Ramiro González, tiene comprometida una reducción de más de la mitad en el coste por circular. Las ingenierías Ineco e Idom han elaborado informes sobre el modelo de negocio para la Diputación Foral de Álava, y los precios deberán pasar por las Juntas Generales tanto de Álava como de Bizkaia.

Desde el pasado verano, la Diputación Foral de Bizkaia analiza la integración del sistema de cobro de la AP-68 en la red de transmisión de datos de Interbiak, entidad pública encargada de gestionar las infraestructuras viarias de Bizkaia. Arabat, por su parte, va a ocuparse del tramo de vía a su paso por Álava. En ambos casos se trata de cubrir al menos el coste de mantenimiento que en la actualidad acomete Abertis a cambio de la explotación del peaje. “La AP-68 ha sido un eje estratégico para la conectividad del País Vasco y La Rioja, facilitando la movilidad de personas y mercancías, impulsando el desarrollo económico y mejorando la calidad de vida de los ciudadanos. A lo largo de estas décadas, se han realizado inversiones significativas en mantenimiento, modernización y seguridad, garantizando una infraestructura fiable y eficiente”, sostiene la dirección de Abertis.

La transferencia de parte de la infraestructura al País Vasco se acordó en la Comisión Mixta de Transferencias Estado-País Vasco en abril de 2019. Se daban de baja del Catálogo de la Red de Carreteras del Estado 77,6 kilómetros de esta vía de alta capacidad entre Bilbao y el límite provincial de Álava con Burgos. Firmó la cesión el entonces ministro de Fomento, José Luis Ábalos. Euskadi tiene competencias para gestionar carreteras de la Red de Interés General del Estado, como sucede con la AP-1, AP-8, A-1 y A-8, en virtud del Estatuto de Autonomía. Una vez recibida la titularidad de la vía, el Gobierno vasco la traspasó a las diputaciones forales de Araba y Bizkaia, que son las que tienen competencias sobre carreteras.

“Ante el último año de concesión, trabajamos de la mano de las administraciones y seguimos comprometidos con la excelencia en la operación, la atención al usuario y la seguridad vial, asegurando que la transición futura se produzca de forma ordenada y con el mínimo impacto para los usuarios”, se afirma desde Abertis. A la vuelta de la esquina, en noviembre de 2029, está fijado el final del plazo de explotación de otra de las joyas de la corona, Castellana, concesionaria de la AP-6, AP-51 y AP-61, que comunican el noroeste de Madrid con Segovia y Ávila.

Transportes está ya con el análisis de las obras necesarias para adaptar estas últimas autopistas de Abertis, y otras carreteras de su entorno, al tráfico gratuito. Como ha sucedido con otras vueltas a manos públicas, se espera que esas carreteras tengan un importante incremento de tráfico en cuanto decaiga el pago por uso.

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