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Varapalo para los tratamientos de belleza: los aranceles de Trump penalizan al bótox

AbbVie produce estas inyecciones antiarrugas en Irlanda

Botox
S. Millán

Las compañías farmacéuticas han estado a salvo, durante años, del impacto de los aranceles. Hasta ahora, este sector ha estado protegido del impacto por los acuerdos diseñados en torno a la Organización Mundial del Comercio, para mejorar el acceso a medicamentos destinados a salvar vidas. Pero ahora, las farmas están en lo alto de la lista de afectados por la política de aranceles que va a anunciar el presidente de EE UU, Donald Trump.

Este escenario va a afectar, según señala Bloomberg, a los tratamientos de belleza con inyecciones antiarrugas, derivadas del uso del bótox, producido por AbbVie.

Bloomberg apunta que, aunque hoy no se esperan gravámenes específicos para el sector farmacéutico, la posible imposición de aranceles recíprocos a países como Irlanda y Suiza será una mala noticia para la industria farmacéutica, que tiene en ambos países importantes fábricas. Irlanda es un objetivo particularmente delicado, señalado por Trump. Los aranceles al país serían un problema para la mayoría de las principales farmacéuticas del mundo, pero especialmente para la citada AbbVie, que allí fabrica el Botox.

El bótox se produce a partir de una de las sustancias más tóxicas del planeta, la toxina botulínica, y su fórmula médica purificada es un secreto muy bien resguardado. La compañía Allergan, adquirida por AbbVie en 2019 por 55.000 millones de euros, elabora el bótox en la costa oeste de Irlanda, en una ciudad llamada Westport. La agencia señala que trasladar la producción a Estados Unidos, como Trump quiere que hagan las empresas, probablemente supondría un gran dolor de cabeza para AbbVie, sin citar que podría suponer un problema de seguridad nacional.

En este sentido, lo más probable es que AbbVie tenga que subir los precios de su popularísimo fármaco o absorber los costes. En el caso de un fármaco como el bótox, cualquier aumento de precio perjudicará a los pacientes, ya que se utiliza principalmente como tratamiento estético que no cubre el seguro médico. Y en EE UU, el bótox para las arrugas de la frente puede costar entre 200 y 600 dólares.


Sobre la firma

S. Millán
Es periodista de la sección de Empresas, especializado en Telecomunicaciones y Tecnología. Ha trabajado, a lo largo de su carrera, en medios de comunicación como El Economista, El Boletín y Cinco Días.

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