La farmacéutica Abbvie comprará al fabricante de Botox por 55.000 millones
La compañía resultante tendrá unos ingresos anuales de 48.000 millones. Allergan se dispara en Bolsa tras la noticia
Nueva fusión de grandes dimensiones en el sector farmacéutico. La estadounidense Abbvie ultima la compra de la irlandesa Allergan, el fabricante de Botox. La operación está valorada en 63.000 millones de dólares, algo más de 55.000 millones de euros, según informaron las empresas este martes en un comunicado. Allergan ya estuvo en el radar de otra compañía, Pfizer, hace tres años, pero las autoridades estadounidenses frenaron la operación por razones fiscales.
La propuesta de la operación se realiza a 188,24 euros por acción, lo que significa abonar al accionista una prima del 45% respecto al cierre de la sesión del lunes. Los inversores de Allergan recibirán 0,8660 títulos de Abbvie además de 120,30 dólares por cada acción.
Tras la fusión, los accionistas de Allergan dispondrán del 83% del capital de la empresa resultante. Se espera que la transacción se concluya a principio de 2020, ya que antes necesita la ratifiación de la junta de accionistas y de las autoridades de competencia.
Los títulos de Allergan se revalorizaban un 36% en las transacciones previas a la apertura de la Bolsa de Nueva York.
La estadounidense Abbvie comercializa el Humira, el fármaco más vendido del mundo y recomendado contra la artritis reumatoide y que facturó en 2018 más de 18.000 millones de euros. Por su parte, Allergan, basada en Irlanda, tiene en cartera el popular tratamiento estético Botox. Allergan ya recibió en 2014 una oferta de compra por parte de Pfizer en lo que habría supuesto la mayor fusión de la historia, que finalmente no llegó a buen puerto.
Abbvie, con sede en Chicago y una capitalización de 101.000 millones, apunta a que la fusión le permitirá una nueva base de ingresos y entrar en nuevos negocios, como el de estética médica, donde la irlandesa Allergan es un gigante. El sector farmacéutico está habituado a grandes movimientos corporativos, debido a la constante necesidad de incluir innovaciones en su cartera de productos que vayan cubriendo el retroceso de ingresos de los medicamentos más maduros según van perdiendo las patentes. La compañía estadounidense nació en 2011 como una segregación dedicada a la biofarmacia del histórico laboratorio Abbott, que se quedó con el negocio dep roductos sanitarios y algunos fármacos con recorrido.
Un nuevo gigante farmacéutico
Con la adquisición, Abbvie consigue diversificar sus productos y no ser tan dependiente de las ventas de Humira. Tras la integración, este medicamentos supondrá algo menos del 40% de los ingresos de la nueva Abbvie, que alcanzarán los 42.160 millones de euros. Esa cifra le llevará a convertirse en uno de los gigantes del sector junto a Pfizer, Roche, Novartis y Janssen (la división farmacéutica de Johnson & Johnson).
La nueva multinacional estará presente en las áreas de negocio de inmunología, medicina estética, oncología, salud de la mujer, oftalmología y hepatitis.
Las compañías aseguran en su comunicado que la transacción ofrecerá, además, un ahorro de 2.000 millones por sinergias y recorte de gastos.
La tercera mayor fusión
La propuesta de compra hará de esta transacción la tercera más grande de la historia. En la actualidad hay una mayor en curso, la adquisición de la biofarmacéutica Celgene por parte de Bristol-Myers Squibb, valorada en 88.000 millones, según recoge Bloomberg. La única con un valor superior ya concluida se produjo en 1999, cuando Pfizer compró Warner-Lambert por 87.000 millones.
En el apartado corporativo, Richard A. González, presidente y consejero delegado de Abbvie continuará en sus funciones, y Allergan, por su parte, incorporará dos miembros al consejo de administración de la nueva empresa, entre los que estará Brent Saunders, su primer ejecutivo hasta ahora
Una fusión frustrada
Hace tres años la estadounidense Pfizer intentó adquirir Allergan, entonces valorada en 160.000 millones de dólares, la que hubiera sido la mayor adquisición del sector. Pero el gobierno del entonces presidente Barack Obama frenó la transacción ya que veía cómo el gigante de Nueva York se podía fugar a Irlanda únicamente por motivos fiscales. El Tesoro aprobó medidas para dificultar la llamada práctica de las “inversiones fiscales”, por las que grandes empresas adquieren pequeñas competidoras extranjeras con el objetivo de cambiar el domicilio fiscal y así beneficiarse de menores tasas impositivas.
Allergan, por su parte, también intentó sin éxito el pasado año un movimiento corporativo al intentar hacerse con la biofarmacéutica Shire por 52.000 millones, una operación en la que al final triunfó la japonesa Takeda.