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España necesita 85.000 millones para modernizar sus infraestructuras hídricas

Las sequías prolongadas y las lluvias torrenciales exigen renovar las redes de agua; sin una estrategia eficaz, las infraestructuras seguirán deteriorándose y aumentando el desperdicio

03:04
Soluciones para el déficit de infraestructuras del agua en España

En España, la gestión del agua se enfrenta a un doble reto, aparentemente contradictorio: la sequía y las lluvias torrenciales. El 74% del territorio nacional está en riesgo de desertificación, mientras que las precipitaciones extremas son cada vez más frecuentes; lo que provoca inundaciones con consecuencias devastadoras, como ha quedado patente con la riada de Levante del pasado otoño. A pesar de esta situación, el país arrastra un déficit crónico de inversión en infraestructuras hídricas. El gasto anual en esta partida ha caído un 57% desde la crisis financiera, y el país necesitaría movilizar 85.000 millones de euros para modernizar su red de abastecimiento y saneamiento, según estimaciones del propio sector.

CincoDías, en colaboración con Acciona, organizó un desayuno para abordar este asunto de actualidad, que contó con la presencia de Javier Nieto, director global de Desarrollo de Negocio de Agua de Acciona; Julián Núñez, presidente de la Asociación de Empresas Constructoras y Concesionarias de Infraestructuras (Seopan); Mari Carmen García Panadero, vicepresidenta de la Asociación Española de Desalación y Reutilización (AEDyR) y directora general de Sociedad Española de Tratamiento de Aguas (SETA); y Jesús Maza, presidente de la Asociación Española de Empresas Gestoras de Agua Urbana (AEAS). “El problema no es la falta de agua, sino su gestión”, advirtió García Panadero, para quien “España es líder en desalación y reutilización, pero sin un marco regulador adecuado, estos recursos no pueden aprovecharse plenamente”.

De izquierda a derecha, Jesús Mazas (AEAS), Julián Núñez, Carmen García Panadero (Aedir) y Javier Nieto (Acciona).

El problema de la inversión insuficiente en infraestructuras se ha agravado en la última década. “En los años previos a la crisis financiera, la inversión pública anual en el sector era de 3.000 millones de euros. Y hoy, no llega a la mitad”, señaló Julián Núñez. Según datos de Seopan, para ejecutar la planificación hidrológica actual, sería necesario multiplicar por ocho la inversión media de la última década. “No se trata solo de planificar inversiones, sino de garantizar su ejecución”, insistió su presidente.

Javier Nieto aportó otro dato alarmante: “Lo comprometido para invertir entre 2022 y 2027 en infraestructuras hídricas apenas se ha ejecutado en un 15%. Si seguimos a este ritmo, necesitaríamos 18 años adicionales para cumplir los objetivos”. La falta de gobernanza es, para el experto de Acciona, un obstáculo clave. “El sector del agua tiene hasta siete niveles administrativos con competencias, lo que genera una burocracia excesiva”, denunció.

La falta de inversión también afecta a la renovación de las redes de distribución. “En algunas zonas de España, el ritmo de renovación de tuberías es tan lento que tardaríamos 400 años en modernizar toda la red”, advirtió Jesús Maza. “Esto genera unas pérdidas de agua que reducen toda la eficiencia del sistema”. Núñez coincidía: “De cada 100 litros de agua suministrados, se pierden 25 por fugas en la red. Es una situación insostenible”.

Y el coste de estas ineficiencias se traslada directamente al consumidor. “Cada litro desperdiciado es un litro que se ha tratado, bombeado y transportado sin que llegue a su destino”, explicó Nieto. “Si optimizáramos el sistema, se podría reducir el precio del agua sin comprometer la calidad del servicio”. García Panadero añadió que la tecnología es clave: “Los sistemas de detección de fugas podrían reducir significativamente estas pérdidas, pero requieren de inversión inicial y de un mantenimiento constante”.

Maza también señaló que el envejecimiento de las infraestructuras agrava la situación. “Las tuberías tienen una media de 40 años y, sin renovación, las averías seguirán aumentando, elevando el coste de mantenimiento”. Este problema se agrava en ciudades con redes antiguas, en las que el desperdicio de agua es una preocupación creciente.

La solución, según los expertos, pasa por fomentar una colaboración público-privada que califican de indispensable. “Existen modelos de financiación que han funcionado con éxito en otros países”, afirmó Nieto. “En Oriente Medio, Chile y Australia, la inversión privada ha sido clave para modernizar sus redes hídricas”. Sin embargo, en España, la rigidez normativa frena esta opción. “El modelo de concesiones solo representa el 5% de la inversión pública nacional, mientras que en Europa es el doble”, apuntó Núñez.

García Panadero destacó también la necesidad de modernizar la regulación. “La falta de coordinación entre administraciones impide que se implementen soluciones de forma eficiente”. Aunque, para Maza, el problema radica también en la falta de concienciación sobre el coste real del agua.

“El ciudadano gasta cinco veces más en energía que en agua, pero cuando se plantea una subida de tarifas, surgen resistencias y los políticos se echan atrás”. Para garantizar la sostenibilidad del sistema, los expertos coinciden en que es necesario actualizar las tarifas y establecer una planificación más eficiente.

Tarifas y sostenibilidad financiera

El precio del agua en España es de los más bajos de Europa, pero los costes de mantenimiento y modernización de infraestructuras no quedan cubiertos con lo pagado por los ciudadanos. “En realidad, la tarifa del agua solo cubre el 60% de los costes reales”, explicó Maza. “Y por eso, las infraestructuras envejecen y no hay fondos suficientes para renovarlas”.

García Panadero destacó que en otros países la situación es distinta. “En Francia y Alemania, las tarifas reflejan los costes reales, lo que permite garantizar la sostenibilidad del sistema”. En España, sin embargo, cualquier intento de ajustar precios genera oposición. “El ciudadano no percibe el agua como un bien escaso, y eso dificulta la aplicación de medidas necesarias”. Y Nieto añadió que la falta de recursos limita la capacidad de innovación en el sector. “Sin una financiación adecuada, es imposible avanzar en digitalización y eficiencia energética en la gestión del agua”.

Pérdidas por sequías

Las lluvias torrenciales se han convertido en un problema recurrente en España, con episodios cada vez más intensos y frecuentes. Sin embargo, el país carece de una planificación eficaz para mitigar sus efectos. “Las inundaciones son cada vez más graves, pero no hay un plan nacional para combatirlas”, alertó Julián Núñez. “Hay 8.000 millones de euros previstos en los planes hidrológicos para esta problemática, pero la ejecución de estos fondos es muy baja”.

Por su parte, Javier Nieto puso el foco en la necesidad de infraestructuras resilientes. “Estamos viendo casos de ciudades donde las redes de saneamiento no pueden absorber el volumen de agua en episodios extremos”. La tecnología puede ofrecer soluciones, pero sin inversión, poco se puede hacer. “Y si queremos evitar el colapso en zonas vulnerables, necesitamos actuar ya”, insistió.

“El saneamiento en muchas ciudades españolas no está diseñado para soportar la cantidad de agua que cae en estos eventos extremos”, intervino Jesús Maza, para exponer que una parte del problema radica en la antigüedad de las infraestructuras. En ciudades con sistemas obsoletos, las inundaciones no solamente afectan a viviendas y negocios, sino que además comprometen la seguridad del abastecimiento de agua potable.

Mari Carmen García Panadero subrayó que se trata de problema de inversión, aunque también de estrategia. “Las decisiones no pueden tomarse en función de crisis puntuales. Necesitamos un enfoque más a largo plazo”. Y esa planificación debe contemplar sistemas de drenaje urbano sostenible, capaces de retener y gestionar mejor el agua de lluvia.

El presidente de Seopán destacó que la colaboración entre las administraciones y el sector privado es clave para mitigar estos problemas. “Puesto que, si se incentivara la inversión privada en infraestructuras hídricas, se podrían modernizar los sistemas de drenaje sin depender exclusivamente del presupuesto público”, afirmó.

Por otro lado, Nieto resaltó el impacto económico de las inundaciones: “Cada año, España pierde miles de millones de euros en daños a infraestructuras, viviendas y comercios por culpa de episodios climáticos extremos”. Según el directivo de Acciona, la falta de inversión en medidas de mitigación tiene un coste mucho mayor a largo plazo”. Todos los asistentes coincidieron en que las soluciones están disponibles, aunque sin una estrategia clara y la inversión necesaria, la situación seguirá empeorando.

“Y no podemos seguir improvisando: si no actuamos, cada nuevo episodio de lluvias será un problema mayor”, concluyó Maza.




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