Ultimátum en Talgo: Sidenor quiere ir sola y Polonia presiona para colocar a su fondo PFR
La entidad estatal polaca no se ha dirigido aún a la siderúrgica vasca para proponer una oferta conjunta
El esperado cambio de control en Talgo tiene 15 días por delante que se antojan decisivos. El fondo Trilantic, con el 29,9% del capital, quiere ofertas a mediados de febrero y las candidatas apuntalan sus posiciones contra el reloj. El Ministerio de Transportes, que tutela la entrada de nuevos accionistas tras colgar el cartel de empresa estratégica sobre Talgo, mantiene su apuesta por la siderúrgica vasca Sidenor, que ayer deslizó a los medios su intención de ser el único socio industrial en el capital del fabricante de trenes. El fondo público polaco PFR también hace un trabajo soterrado y tiene al Gobierno de Donald Tusk tratando de convencer al español sobre un plan industrial que aúna la fuerza del fabricante de material rodante Pesa, controlado por la propia PFR, con la del especialista en alta velocidad Talgo, pasando por una opa amistosa.
El que parece un portazo de Sidenor a PFR se produce después de que esta entidad dejara caer el lunes toda disposición a compartir su ofensiva con inversores españoles. Fuentes cercanas a PFR explican que no hay líneas rojas a la hora de hablar con cualquier compañía o inversor que aporte el sello local. Esto incluye a Sidenor, al fondo público vasco Finkatuz, a la SEPI, las fundaciones de Kutxabank y Criteria, Escribano, o cualquier otra de las referencias que han sonado en los últimos meses como dispuesta a apostar por la firma que dirige Gonzalo Urquijo.
El presidente de la siderúrgica vasca, José Antonio Jainaga, un ingeniero industrial nacido hace más de 70 años, ya dejó claro en 2016 su carácter emprendedor cuando compró, con un grupo de directivos de Sidenor, el propio fabricante de aceros especiales a la multinacional brasileña Gerdau. Tiene un plan definido para Talgo y no parece que necesite, en el apartado industrial, un socio con el que compartir la gestión. Sí quiere que le arropen aliados financieros para asumir la compra.
En el entorno de Sidenor se afirma que ni PFR ni Pesa han entrado en contacto con el grupo de José Antonio Jainaga. Tampoco se espera el cierre de una alianza con el capital polaco. El problema para Sidenor, en la competencia con PFR o la india Jupiter Wagons, es que estas dos últimas parecen tener capacidad para sacar adelante una oferta por el 100% del capital, mientras que la vasca solo ha estado dispuesta a ofertar por el paquete de Trilantic. Además, la siderúrgica se ha mantenido lejos hasta ahora de los cinco euros por título que ya marcó la opa, vetada en agosto por el Gobierno, del consorcio húngaro Ganz Mavag y que constituye el precio requerido por el primer accionista de Talgo.
En plena carrera por conformar las ofertas, el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, declaró ayer que el Gobierno estudiará “con especial cuidado” la propuesta del fondo polaco PFR. Ni el momento ni el lugar en que lanzó esta advertencia son indiferentes: Albares hablaba en Varsovia (Polonia) ante su homólogo polaco Radoslaw Sikorski. El ministro español, de visita para tratar las prioridades de la presidencia polaca de la UE, remarcó el carácter estratégico de Talgo, pero también añadió que el Ejecutivo está abierto a la inversión extranjera. Se trataba de aclarar que se mantiene la guardia alta pese a que Polonia se ve como un aliado y Hungría se tenía, en su acercamiento a Talgo, como un rival cercano a Rusia.
Fuentes conocedoras de los contactos del Gobierno con los inversores con apetito por Talgo explican que Transportes sigue abonando la solución vasca mientras que otros miembros del Consejo de Ministros ven con buenos ojos las opciones polaca e india, siempre que se hagan acompañar por socios españoles. El propio ministro Sikosrki reconoció ayer haber tratado con Albares la oferta de capital público polaco por Talgo, con la esperanza de que sea tenida en cuenta, según recogió Efe.
Garantías de españolidad
El fondo de desarrollo PFR tiene contratado el asesoramiento de Société Générale y Baker McKenzie para estudiar la empresa pretendida y conformar una oferta que logre sortear la capacidad de veto del Gobierno. Además de abrirse a una entente con capital español, se da por descontado que PFR está dispuesto a ganarse el favor de La Moncloa, Ajuria Enea y de los sindicatos manteniendo la marca Talgo, el empleo de las dos plantas españolas (la alavesa de Rivabellosa y la madrileña de Las Matas) y la cotización de Talgo en la Bolsa de Madrid. Con la toma de Talgo se complementaría la oferta de Pesa, lo que haría posible contar con material de alta velocidad para el desarrollo de una nueva red ferroviaria en Polonia.
En cuanto a la opción de Jupiter Wagons, que ya cuenta con un aliado en España como es la firma especializada en mantenimiento ferroviario Talleres Alegría, distintas fuentes opinan que es vista por el Gobierno como una baza válida una vez que Sidenor se hiciera con las riendas. La india cuenta con el consejo de Lazard y Eversheds en su aspiración de entrar en juego con una posible opa. El banco de negocios Lazard ya asesoró a Ganz Mavag, por lo que se da por descontado que Jupiter no podría ofrecer menos de los cinco euros por acción (619 millones de euros por el 100%) que ya pusieron los inversores húngaros sobre la mesa.
Pese a que el pacto de accionistas que mantenían Trilantic y las familias Abelló y Oriol (40% del capital de Talgo a través de la instrumental Pegaso) decayó con la entrada de 2025, el fondo que lidera Javier Bañón sigue prefiriendo una opa por el 100% que una oferta exclusivamente por su paquete. El pacto obligaba a la venta conjunta del 40% y, por tanto, al lanzamiento de una oferta por la totalidad del capital para dar salida a los inversores mayoritarios, pero ahora la decisión de venta puede ser tomada por cada uno de ellos en solitario sin el imperativo de la opa para potenciales inversores.
El estruendo en torno a Talgo no ha favorecido aún que la cotización salte por encima de los cuatro euros. La acción cerró ayer en 3,86 euros tras una caída del 0,64%. Ante la expectativa de la opa del año pasado de Ganz Mavag, el papel de Talgo llegó a intercambiarse a 4,78 euros por título en el mes de febrero, transitando los 4,3 euros en agosto, unos días antes de que el Consejo de Ministros prohibiera la ofensiva húngara en defensa de la seguridad nacional.