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Las ‘telecos’ dan el ‘pelotazo’ con la venta de sus redes móviles pero a costa de una pesada hipoteca

Telefónica, Deutsche Telekom y Vodafone se apuntan grandes plusvalías pero esconden el coste de los alquileres millonarios que pagarán ahora por el uso de esas infraestructuras

Torres de telefonía móvil
Torres de telefonía móvil.
Ramón Muñoz

Se llaman genéricamente TowerCo, en alusión a las torres donde se sitúan las antenas de telefonía móvil. Se trata de sociedades que agrupan estos activos con el fin de explotarlos externamente alquilando su uso. Desde hace un lustro, los operadores de telecomunicaciones europeos, siguiendo el ejemplo de sus homólogos estadounidenses, han creado sus propias TowerCos, a las que han traspasado su ingente patrimonio de infraestructuras móviles. Telefónica constituyó Telxius; Deutsche Telekom fundó GD Towers; Vodafone creó Vantage Towers y Orange hizo lo propio con Totem. El propósito principal no es, desde luego, explotar estos activos autónomamente sino hacer caja. La fórmula pasa por dar entrada primero en esas sociedades a inversores financieros o institucionales (fondos de inversión, de infraestructuras o de pensiones) y, finalmente, vender una participación mayoritaria a esos fondos o a empresas especializadas en la gestión de estos activos como Cellnex o American Tower.

La receta ha resultado exitosa y con efectos inmediatos, gracias a una inyección de fondos que ha resultado un bálsamo mágico para aliviar la ingente deuda que acumulan las compañías de telecomunicaciones. Pero esconde una cara B, sobre la que los operadores guardan un estricto silencio amparándose en la cláusula de confidencialidad: los contratos de alquiler a largo plazo por los que se obligan a pagar cantidades anuales millonarias al comprador para seguir usando esas infraestructuras pasivas (se trata de los emplazamientos y las torres, no las antenas y equipos) hasta ahora suyas. Del volumen de fondos que mueven estos contratos hay una cifra muy reveladora: solo Cellnex, la principal TowerCo europea, declara tener ingresos asegurados por esos alquileres de 110.000 millones de euros.

Telefónica se adelantó a sus rivales europeos creando Telxius en 2016, a la que traspasó sus torres de telecomunicaciones y 65.000 kilómetros de cable submarino. Desde entonces, ha resultado una mina inagotable de fondos extras para la operadora. En 2017, vendió el 40% de la sociedad al fondo KKR por 1.275 millones de euros y un año después dio entrada a Pontegadea, controlada por Amancio Ortega, con el 9,99% del capital por 379 millones.

Pero el verdadero pelotazo llegaría a comienzos de 2021, cuando Telefónica y sus dos socios en Telxius vendieron a American Tower 30.000 torres de telecomunicaciones para móvil en Europa (España y Alemania) y en Latinoamérica (Brasil, Perú, Chile y Argentina) por un importe de 7.700 millones de euros en efectivo, que generaron una plusvalía total de 6.100 millones (3.691 millones para Telefónica). A estas cantidades, hay que sumar los más de 1.200 millones de euros que ha repartido Telxius en forma de dividendos extraordinarios a lo largo de su historia, el último de los cuales, de 781 millones, fue abonado en 2023.

Venta de Telxius

Pero mientras que las ganancias son públicas, apenas hay información sobre el coste que tendrán los contratos de arrendamiento que Telefónica firmó en el momento de desprenderse de sus redes. Sus cuentas, las de su filial y las de su comprador ofrecen algunas pistas para desvelar el misterio. Así, American Tower, en el informe para el auditor que consta en su memoria de cuentas de 2021, valoró en 6.043 millones de dólares (5.445 millones de euros, al cambio actual) los compromisos de pago por arrendamiento que le generaba a su favor la compra de Telxius. La TowerCo estadounidense computó unos ingresos anuales heredados de esa compra de 438 millones de dólares (395 millones de euros), de los que 318 millones de dólares provenían del alquiler a Telefónica de torres en Europa y el resto de Sudamérica.

Por su parte, Telefónica reconoce en sus cuentas que a consecuencia de la venta de torres de Telxius en 2021 se generó una deuda por arrendamientos con American Tower de 2.775 millones de euros, aunque no aclara la duración del contrato. Asimismo, Telxius registró unos ingresos de 842 millones de euros en 2019, cuando aún poseía las torres; en 2023, cuando sus activos se limitan a los cables submarinos, los ingresos se redujeron a menos de la mitad (410 millones), según las cuentas depositadas en el Registro Mercantil. Gran parte de esa merma de poco más de 430 millones, es la factura que ahora debe pagar anualmente Telefónica a American Tower por el alquiler de las torres que le vendió en 2021, una cantidad que a grosso modo coincide con los ingresos declarados por la norteamericana por el mismo concepto. Es decir, que a razón de 400 millones de euros anuales, Telefónica devolvería a American Tower en alquileres en 10 años los 4.000 millones de euros que recibió por esos activos (el resto correspondió a KKR y Pontegadea).

En cualquier caso, esta cifra es solo una aproximación que no tiene en cuenta tampoco los importantes ahorros que se derivan para Telefónica de la eliminación del gasto de mantenimiento de los emplazamientos y de su gestión, y los derechos de uso, que se computan como un activo en el balance. Además, como apuntan las agencias de calificación, con este tipo de operaciones se ponen en valor unos activos que al ser mutualizados (pasan a ser usados en alquiler por más de una compañía), se revalorizan notablemente. No en vano, la venta de Telxius marcó récord de valoración (30,5 veces el Ebitda) para este tipo de empresas, y no se ha vuelto a superar, y todos los analistas aplaudieron las transacción como muy beneficiosa para la multinacional que preside José María Álvarez-Pallete.

GD Towers, Vantage y Totem

Deutsche Telekom aporta más detalles sobre la transacción de sus torres. La operadora alemana vendió en 2022 una participación del 51% en su cartera de torres GD Towers en Alemania y Austria por 17.500 millones de euros, sin deudas y en efectivo, a los inversores DigitalBridge y Brookfield. Una vez consumada la operación, Deutsche Telekom realquiló la mayor parte de esa infraestructura vendida en virtud de un contrato con un plazo “no cancelable” de ocho años. En total, en los estados financieros consolidados se reconocieron pasivos por arrendamiento por un importe de 5.000 millones de euros, según figura en la memoria de la empresa germana.

Vodafone fundó en 2020 Vantage Towers, con sede en Düsseldorf (Alemania), con una cartera de 82.000 torres en 10 países. La británica ha ingresado 6.600 millones de euros con la venta del 50% de la sociedad, en sendas operaciones en noviembre de 2022 y en julio pasado. Las distintas filiales del grupo británico heredaron los contratos de arrendamiento, entre ellas Vodafone España (ahora en manos del fondo Zegona), que también opera con Totem, Cellnex y American Towers. España es el segundo mercado de Vantage Tower, y supuso unos ingresos de 185,5 millones de euros en 2023, el 23% del total.

De las principales telcos europeas, Orange es la que está en una fase más incipiente para explotar este negocio. Creo Totem a finales de 2021 solo con los activos de las 20.000 torres de Francia y las 7.700 de España. Hasta el momento, no ha dado entrada a ningún inversor, por lo que se trata de una operación intragrupo. Sus ingresos en 2023 fueron de 686 millones. Masorange heredó los contratos de arrendamiento de Orange Spain cuando se fusionó con la filial de la empresa gala, pero como no cotiza no se conoce el coste de esos contratos.


Sobre la firma

Ramón Muñoz
Es periodista de la sección de Economía, especializado en Telecomunicaciones y Transporte. Ha desarrollado su carrera en varios medios como Europa Press, El Mundo y ahora EL PAÍS. Es también autor del libro 'España, destino Tercer Mundo'.
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