Intrum pierde el contrato de gestión de los activos de Cajamar
La caja rural almeriense decide gestionar internamente el inmobiliario al vencer el acuerdo que originalmente era de Haya
El gestor sueco Intrum acaba de perder el contrato de gestión de activos ligados al ladrillo de Cajamar. Ese acuerdo entre las entidades tenía de vigencia hasta el 30 de junio, en un pacto que selló la caja rural de Almería con Haya Real Estate, un servicer que el pasado año acabó integrado en Intrum.
Cajamar ha decidido internalizar la gestión de su propia cartera, como confirma un portavoz de la caja, que ha asumido todos los servicios que tenía externalizados, ya que a partir de ahora gestionará directamente con medios y recursos propios.
Cinco Días ya avanzó en noviembre que la intención inicial de la entidad financiera era, precisamente, internalizar esa gestión, aunque Intrum, una vez que tomó el control de Haya, no daba por perdido el contrato para la administración de esa cartera y decidió negociar con la entidad sueca.
No hay cifras exactas del perímetro de la cartera que hasta ahora gestionaba haya Intrum/Haya para Cajamar, aunque puede rondar los 1.520 millones. Las cuentas de la entidad financiera, a marzo de este año, recogen que tiene 749,8 millones de euros en activos adjudicados ligados al ladrillo en valor bruto (311 millones en términos netos), lo que supone un 21,4% menos de forma interanual, y 770,5 millones en créditos dudosos, una cifra que es un 19,5% inferior.
Cajamar, como todas las grandes entidades financieras, acumuló activos tóxicos –tanto créditos fallidos como en propiedades adjudicadas– a raíz de la gran crisis hipotecaria e inmobiliaria de 2008. Los bancos y cajas se desprendieron de gran parte de ese ladrillo vendiéndolo a fondos y, además, han confiado la gestión de esos grandes portfolios a empresas que se conocen como servicers. En este caso, la caja presidida por Eduardo Baamonde confió en Haya como servicer en 2014 para la comercialización de activos inmobiliarios y la gestión de la recuperación crediticia, con un portfolio inicial de alrededor de 7.000 millones.
Intrum, que tiene a Enrique Tellado como consejero delegado en España, compró Haya al fondo estadounidense en septiembre del pasado año por 136 millones. Tras esa integración, la empresa decidió ajustar su plantilla. A finales de junio, comunicó que había llegado a un acuerdo con los representantes de los trabajadores para que el Expediente de Regulación de Empleo (ERE) planteado afecte a un máximo de 581 trabajadores. Respecto a las condiciones de indemnización, la compañía pactó 33 días de salario por año trabajado con un máximo de 24 mensualidades. La empresa sueca, cotizada en Estocolmo, tiene presencia en 20 países en Europa, una plantilla de 10.000 profesionales, y está especializada en la recuperación crediticia.
En los últimos tiempos ha habido varios cambios en los contratos de gestión de créditos dudosos y activos de entidades financieras. Caixabank lanzó un concurso para renovar a los servicers de su cartera de Buildingcenter, de alrededor de 4.000 millones. En este caso, fue Intrum, precisamente, el principal beneficiario -a través de Solvia y de Haya- frente a Servihabitat como mayor perjudicado. Haya también perdió en 2022 uno de sus grandes contratos de servicing, ya que Sareb seleccionó a eligió a Aliseda/Anticipa (Blackstone) y a Hipogés (KKR) como nuevos gestores.
Intrum ha sido un consolidador del sector al adquirir, entre otros, a Solvia y a Haya y es el principal gestor en España, con una cartera en administración que ronda los 50.000 millones.
En este mercado de servicers, actualmente está pendiente la transacción de Servihabitat, propiedad de Lone Star, que negocia con la firma italiana DoValue, que se quedó como último candidatos interesado, tal como adelantó Cinco Días en mayo.
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