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Criteria vuelve a chocar con IFM y enfría el plan de unir fuerzas para crear un núcleo duro en el capital de Naturgy

La desconfianza entre los dos accionistas complica que acuerden dar salida a CVC y GIP

Francisco Reynés, presidente de Naturgy, y Jaime Siles, executive director de IFM.
Francisco Reynés, presidente de Naturgy, y Jaime Siles, executive director de IFM.Pablo Monge
Álvaro Bayón

Las armas siguen al alza en Naturgy. IFM, con el 15% del capital, busca reivindicarse como parte de la solución para la gasista, después de que Taqa haya roto las negociaciones con Criteria para lanzar una opa conjunta por la compañía. El objetivo del fondo australiano es sustituir a los emiratíes y explorar una entente cordial con el holding catalán con el fin de controlar juntos la compañía. Este planteamiento, según explican fuentes conocedoras, choca con los intereses de Criteria, que se muestra cautelosa ante el historial de desencuentros entre ambos accionistas, lo que directamente mete esta solución en el congelador.

Las relaciones entre IFM y el conglomerado que pilota Isidro Fainé han sido tensas desde el principio. Al primer accionista de Naturgy, con un 26,7%, la opa del fondo australiano en 2021 le pilló a contrapié. Afeó en su momento enterarse del movimiento horas antes de que se hiciese oficial y durante el proceso de aprobación de la opa compró acciones en el mercado, lo que complicó a IFM alcanzar el mínimo del 17% que se habían marcado como objetivo. Se quedó en un principio con el 10%, que ha ido ampliando hasta el 15% que controla actualmente.

Tras estas hostilidades iniciales, la tensión entre los dos accionistas ha ido disminuyendo. Sobre el papel, Criteria e IFM son animales similares, los dos son inversores tranquilos y buscan inversiones a muy largo plazo. Comparten también un problema común como socios de la gasista, es decir, los intentos de los otros dos accionistas de referencia (los fondos GIP y CVC, con un 20% cada uno) por vender sus acciones. Sus soluciones, sin embargo, son completamente distintas.

Criteria ha explorado una opa con la eléctrica emiratí Taqa para, de forma conjunta, sustituir a estos dos fondos, repartirse el capital y blindar su futuro. Las conversaciones estallaron esta semana, lo que ha devuelto a Naturgy a la casilla de salida. En este contexto, IFM busca ofrecerse como solución. Fuentes financieras indican que en los últimos meses, mientras que Criteria negociaba con Taqa, los australianos han explorado la posibilidad de armar su propia propuesta, incluso barajando ofertas de grupos industriales europeos de explorar su propia opa conjunta.

Sin embargo, el fondo que pilota Jaime Siles ha chocado con una pared. Esta es la negativa de los posibles bancos financiadores a sufragar cualquier movimiento si no tiene la aquiescencia de Fainé. La idea, entonces, es firmar la paz con Criteria, de cara a construir entre ambos un núcleo duro accionarial que dé estabilidad a la compañía.

Criteria niega haber recibido ningún acercamiento por parte de IFM. Fuentes financieras enfrían esta solución, puesto que apuntan que la confianza entre ambos nunca ha llegado a fructificar. La calma chicha que reinaba entre las partes saltó por los aires este año, con la última junta de accionistas. En ella, IFM cambió el sentido de su voto, del apoyo a la abstención, en el informe de remuneraciones del consejo. Aunque es una votación con solo carácter consultivo, esto hubiese dejado muy tocado al presidente de la compañía, Francisco Reynés, puesto que el año anterior Criteria también se abstuvo y ambos votos combinados dejaban el respaldo al consejo por debajo del 50%. El primer accionista decidió cambiar también el voto y apoyar los sueldos de la cúpula.

El problema para Criteria está en que Naturgy no tiene muchas más opciones sobre la mesa, tras el fracaso de la operación Géminis (que planteaba separar la compañía entre activos cotizados y liberalizados) y el nombramiento de un consejero delegado. Pueden buscar un nuevo aliado, con perfil industrial, para suplir el papel que iba a asumir Taqa. Tras meses de cantos de sirena de CVC y GIP para vender sus acciones, no parece que haya muchos más inversores dispuestos a entrar en la compañía. Pueden también instar a que estos dos fondos coloquen sus títulos en Bolsa, en una especie de segunda OPV, pero esto provocaría probablemente un castigo en la cotización y no podría impedir que IFM aprovechase la ocasión para comprar acciones.

Además, cualquier movimiento debe contar con el sí del Gobierno, dado el carácter estratégico de la compañía. La vicepresidenta tercera, y posible comisaria europea de Energía, Teresa Ribera, vetó la segregación de la compañía. Cualquier opa, incluida la de Taqa, requiere que el Ejecutivo la avale, en aplicación del escudo antiopas.

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Sobre la firma

Álvaro Bayón
Redactor de la sección de empresas especializado en operaciones corporativas, banca de inversión y capital riesgo. Graduado en Estudios Hispánicos por la Universidad Autónoma de Madrid y Máster en Periodismo UAM-El País, ha desarrollado toda su carrera en Cinco Días, donde trabaja desde 2016.
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