Elon Musk capta 6.000 millones de dólares para xAI, su firma de inteligencia artificial
La empresa alcanza una valoración de 24.000 millones de dólares en menos de un año y usará los fondos para competir con OpenAI
La fe de los inversores en Elon Musk sigue intacta pese a sus patinazos en Twitter y el mal momento de Tesla. El magnate de 52 años ha captado 6.000 millones de dólares (algo más de 5.500 millones de euros) a través de una ronda de financiación de su firma de inteligencia artificial, xAI, según ha anunciado la propia compañía. La operación concede a la empresa un valor de 24.000 millones de dólares, incluido el dinero captado. Con su nueva firma, Musk reta a OpenAI, líder en inteligencia artificial que él mismo cofundó y de la que luego se retiró.
En la ronda de financiación han entrado en el capital de la firma inversores tradicionalmente fieles al jefe de Tesla y SpaceX como Valor Equity Partners, Vy Capital, Andreessen Horowitz, Sequoia Capital, Fidelity Management & Research Company, el príncipe Alwaleed Bin Talal y Kingdom Holding, entre otros.
El propio Musk ha tuiteado un mensaje señalando que la valoración previa al nuevo dinero captado ha sido de 18.000 millones de dólares. Los nuevos inversores tendrán un 25% del capital.
En el comunicado en que se anuncia el resultado de la ronda de financiación, xAI repasa los hitos de la firma a lo largo del último año. La fundación de la empresa se anunció en julio de 2023. Lanzó la primera versión de su chat de inteligencia artificial generativa Grok en su red social X en noviembre, y luego ha ido introduciendo versiones avanzadas de esa herramienta, que aspira a competir con el exitoso ChatGPT de OpenAI. La compañía está dirigida por ejecutivos con experiencia previa en DeepMind, de Alphabet, Microsoft y Tesla.
“En los próximos meses, xAI seguirá avanzando por esta senda, con múltiples actualizaciones tecnológicas y productos interesantes que se anunciarán próximamente. Los fondos de la ronda se utilizarán para llevar los primeros productos de xAI al mercado, construir infraestructuras avanzadas y acelerar la investigación y el desarrollo de tecnologías futuras”, indica el comunicado. La firma asegura que trata de desarrollar sistemas avanzados de inteligencia artificial que sean veraces, competentes y de máximo beneficio para toda la humanidad. “La misión de la empresa es comprender la verdadera naturaleza del universo”, dice de forma rimbombante.
A finales de febrero, Musk presentó una demanda contra OpenAI, contra su consejero delegado, Sam Altman, y contra otros altos cargos de la firma, alegando que habían abandonado la misión original de la compañía que él cofundó: contribuir al desarrollo de la inteligencia artificial (IA) de forma desinteresada, sin ánimo de lucro.
El magnate empezó a desarrollar herramientas de inteligencia artificial en Tesla, pero luego dijo que si no tenía una participación mayor (reclamó un 25% en la compañía) se plantearía llevarse los desarrollos de IA y robótica fuera de Tesla.
Una participación del 25% en el fabricante de coches eléctricos le impediría ser expulsado por “activistas” o por la influencia de empresas asesoras de accionistas, argumentó. “No busco una ganancia adicional. Solo quiero ser un administrador eficaz de una tecnología muy potente”, ha dicho. Finalmente, Musk ha seguido con sus planes de IA al margen de Tesla.
Glass Lewis rechaza el superbonus
Musk no se lleva demasiado bien con los inversores institucionales tradicionales y menos aún con las firmas de asesoría de voto en las juntas. Una de las más destacadas, Glass Lewis, ha recomendado hace unos días a los accionistas de Tesla votar en contra del superbonus de 56.000 millones de dólares en acciones que anuló una jueza y que ahora la empresa somete de nuevo a votación, actualizando su valor a 44.900 millones de dólares.
“Cuando el premio al rendimiento del CEO de 2018 se presentó originalmente para la aprobación de los accionistas, Glass Lewis planteó una serie de preocupaciones sobre la concesión, incluida la cantidad de la paga y el impacto dilutivo sobre los accionistas desinteresados”, ha dicho Glass Lewis hace unos días.
“Consideramos que la mayor parte de nuestras preocupaciones anteriores permanecen intactas. La excesiva cuantía de la recompensa, tanto en dólares como en términos de efecto dilutivo en caso de ejercicio, sigue siendo una de nuestras principales preocupaciones”, añadía la firma asesora.
La junta de Tesla debe votar ese bonus estratosférico el 13 de junio. La otra propuesta estrella a la junta de accionistas es el traslado de la compañía desde Delaware a Texas. Musk ha salido escaldado de la seriedad de ese Estado en materia corporativa. Cuando firmó el acuerdo para comprar Twitter y luego buscó excusas para echarse atrás, la demanda de la empresa contra él tenía todos los visos de prosperar, así que al final Musk se rindió y fue adelante con la operación. En Delaware fue también donde la jueza anuló su estratosférica retribución.
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