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La SEC retrasa la salida a Bolsa de Ferrovial en Wall Street al pedir nueva información

El regulador estadounidense reclama la adaptación de las cuentas de 2023 al informe 10F y comunicar la última operación en India

El presidente de Ferrovial, Rafael del Pino.
El presidente de Ferrovial, Rafael del Pino.

Ferrovial no podrá salir a Bolsa en Wall Street durante el primer trimestre de 2024, tal y como se propuso a inicios de año. Los nuevos requerimientos de información que ha introducido el regulador estadounidense de los mercados, la SEC, a la compañía de infraestructuras hacen que deba llevar su prometido debut en Wall Street más allá de Semana Santa, ante la necesidad de adaptar tanto sus últimas cuentas anuales como el informe de auditoría al formato que exige este organismo. El grupo que preside Rafael del Pino también debe informar sobre la operación en La India realizada la semana pasada.

Ferrovial emprendió hace algo más de un año un camino que pasó en primer lugar por trasladar su sede social a Países Bajos. Después comenzó a cotizar en la Bolsa de ese país y finalmente pretende saltar al parqué americano. El objetivo de la compañía es abordar unas grandes bolsas de inversión escondidas en EE UU, de fondos de tamaño medio, abiertas a apostar por el mundo de las infraestructuras pero recelosas de mirar fuera del mercado americano.

La compañía inició el proceso para saltar a Wall Street a principios de año, cuando registró un folleto ante la SEC. En él precisaba que exploraba la cotización en el Nasdaq y que su intención era acometer la operación durante el primer trimestre de 2024. La fórmula elegida es un listing, que en esencia supone que los títulos que ya cotizan en Madrid o Ámsterdam puedan intercambiarse en Nueva York a partir de la fecha elegida, sin necesidad de levantar capital como en las salidas a Bolsa tradicionales y minimizando el efecto de la divisa, como en la cotización a través de ADR (depósitos de acciones de empresas españolas en banco estadounidenses) por la que suelen optar las empresas españolas.

Si bien el procedimiento del listing es rápido y sencillo (fue el que la propia Ferrovial eligió el año pasado para debutar en Ámsterdam), presenta el reto de adaptar la información que divulga la compañía al mercado. Así, la SEC ha exigido que, para abordar la salida a Bolsa en Nueva York, Ferrovial publique las cuentas del ejercicio de 2023, el que acaba de cerrar, y el informe de auditoría al estándar americano, el conocido documento 10F, aquel que están obligados a difundir las empresas de países extranjeros que cotizan en EE UU.

El regulador norteamericano también reclama que Ferrovial detalle los últimos movimientos realizados, incluida la reciente inversión en el mercado indio. La semana pasada fue anunciado un acuerdo para adquirir al fondo soberano de Singapur un 24% de IRB Infrastructure Trust, un fondo de inversión con 12 concesiones en su cesta de activos en el país asiático. La necesidad de satisfacer estos dos requerimientos de la SEC y el parón por la Semana Santa imposibilitan que Ferrovial cumpla el plazo estipulado previamente de debutar en el Nasdaq este primer trimestre.

Otra cuestión es la adaptación a la Ley Sarbanes-Oxley, que regula la contabilidad de las empresas que cotizan en la Bolsa de EE UU. Ferrovial debe adaptarse a esta normativa una vez debute en Nueva York. De acuerdo a sus últimas cuentas anuales, la compañía explicó que se encuentra en un proceso para analizar si su método de reportar las cuentas cumple con la ley estadounidense y para implantar los cambios requeridos. En concreto, admite la necesidad de observar “requisitos adicionales que actualmente no se cumplen”, como determinados controles de revisión por parte de la dirección.

Además, la compañía reconoce que en la elaboración de las cuentas de 2023 ha detectado tres debilidades en el diseño y la eficacia de los controles internos sobre la información financiera, vinculados con aspectos como la falta de pruebas de revisión de determinados aspectos, la falta de pruebas de controles internos sobre las tecnologías de la información aplicadas y la falta de controles para garantizar que se mantiene una adecuada segregación de funciones en el registro de las transacciones.

La compañía afirma que cuenta con un asesor externo para adoptar los cambios requeridos. Y que sus sistemas ofrecen “garantías importantes” de que la información financiera no contiene “inexactitudes importantes”.

Gastos por 26 millones

La compañía detalla en sus cuentas anuales que el traslado de la sede social a Países Bajos y el proceso para salir a cotizar en Wall Street le supuso un gasto en 2023 de 26 millones de euros. Esto es un 5,6% de todo lo ganado en 2023, cuando obtuvo un beneficio neto de 460 millones.

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