Ferrovial saldrá a Bolsa en el Nasdaq durante el primer trimestre
El grupo registra el folleto ante la SEC y alerta de riesgos políticos, fiscales y de control interno
Ferrovial inicia el 2024 dando el primer paso para su ansiado debut en Wall Street. La constructora ha comunicado al regulador de la Bolsa estadounidense, la SEC, que planea debutar en el Nasdaq durante el primer trimestre de este año. El salto al parqué neoyorkino era una de las razones que la compañía esgrimió el año pasado para justificar el traslado de su sede social de España a Países Bajos, al entender ese país como más favorable para un debut en EE UU.
Ferrovial sorprendió al mercado comunicando hace algo menos de un año su intención de fusionar su matriz, española, con una filial en Países Bajos, de modo que la sede social de la compañía de los Del Pino se trasladaba a Ámsterdam. Además de posibles motivos fiscales y por la mayor solvencia de Países Bajos —AAA, el más alto grado para las agencias de rating—, la compañía justificaba la decisión por la inseguridad jurídica en España y, fundamentalmente, por el interés por acceder a más inversores. Su intención, tal y como dijo entonces, era salir a cotizar en la Bolsa de Ámsterdam y en Nueva York.
Una vez culminado el traslado de la sede social, Ferrovial debutó en la Bolsa holandesa el pasado 16 de junio. Desde entonces, la compañía ha subido en Bolsa cerca del 13%. El plan ahora pasa por cotizar también en Wall Street, pero sin dejar de hacerlo ni en Madrid ni en Ámsterdam. La forma elegida para realizar una operación es un listing, lo que supone que las acciones adquiridas en los dos mercados europeos se puedan comprar y vender en el estadounidense directamente a partir del día que se fije el estreno en Nueva York, sin ser necesario realizar ni una ampliación de capital ni una colocación de acciones en mercado vinculada. Sí es cierto que la compañía avanzó en su día que sus planes pasan por lanzar una ampliación de capital una vez cotice ya en EE UU.
Casi todas las grandes empresas españolas cotizan de un modo u otro en EE UU. La mayoría lo hacen a través de ADR (american deposit receip), es decir, un certificado depositado en un banco americano que corresponde con acciones de una compañía europea. Otras, como Iberdrola, lo hacen a través de su filial en el país. Pero ninguna de estas estrategias satisfacía a Ferrovial, que busca acceder a los grandes fondos estadounidenses deseosos de invertir en el mundo de las infraestructuras. La compañía entendía que con la sede en Ámsterdam y cotizando en la Bolsa de allí además de en la España eran condiciones más favorables para dar el salto al otro lado del Atlántico.
Está en duda, no obstante, que Ferrovial consiga con estos movimientos sus objetivos de incrementar la liquidez del valor y atraer a más inversores. De hecho, en los seis primeros meses de cotización en Países Bajos, la compañía movió allí mucho menos capital que en España. El volumen negociado en Ámsterdam fue de apenas un millones de euros transaccionados, frente a los 250 millones en Madrid.
Riesgos
Los problemas de liquidez del valor es precisamente uno de los riesgos de los que alerta Ferrovial en el folleto que ha remitido a la SEC, un paso previo imprescindible para saltar a Wall Street. La compañía reconoce que cotizar en varios mercados a la vez puede recortar la liquidez del valor, al dividerse en tres mercados, y también afectar a sus precios. Avisa asímismo que estas tres cotizaciones pueden animar a los inversores a hacer arbitraje (comprar las acciones en la Bolsa donde la acción de Ferrovial esté más barata y venderla en la que esté más cara), lo que puede conllevar un incremento en la volatilidad del valor.
Además, ha alertado sobre la economía española, de la que aún depende una buena parte de los negocios del grupo. La compañía avisa sobre el potencial daño para la marcha de la empresa de que la economía española crezca menos de los esperado, así como de la inestabilidad política derivada de las pasadas Elecciones Generales del 23 de julio. La decisión de trasladar la sede social a Ámsterdam abrió un conflicto de la compañía con el Gobierno, con la Bolsa española y con la CNMV.
La empresa también ha reconocido en el folleto los riesgos que ha incurrido al trasladar su sede a Países Bajos. Ha avisado que el movimiento “puede potencialmente tener un impacto negativo en la percepción de nuestra marca en España” y afectar su posición competitiva.
Otro de los riesgos señalado se centra en un fallo en el control interno detectado en el proceso para cumplir las normas en esta materia de la Bolsa estadounidense. En concreto, la compañía admite haber encontrado debilidades en control interno en el reporte financiero. La compañía afirma que ya está poniendo medidas para resolver estos asuntos, si bien reconoce que elevarán la factura de cotizar en Wall Street más de lo esperado. Y tampoco garantiza que esas medidas puedan terminar definitivamente con las debilidades encontradas.
“Si somos incapaces de remediar las debilidades materiales que hemos identificado, o si identificamos debilidades adicionales en el futuro, o fallamos al implementar los cambios requeridos en nuetsros procedimientos de control interno en el reporte financiero a tiempo para desarrollar y mantener un sistema efectivo de control interno, podemos no ser capaces de producir a tiempo y con eficacia los informes financieros y los inversores pueden perder la confianza en nuestros resultados, el precio de las acciones puede caer, nuestra reputación puede sufrir y podemos enfrentar procesos regulatorios y legales”, admite la compañía.
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