Endesa gana un 71% menos, hasta 951 millones, por un laudo con Catar y los topes de precios
José Bogas pide cambiar ya el marco fiscal y regulatorio para evitar retrasos en las inversiones del PNIEC
Endesa obtuvo un beneficio neto de 742 millones de euros en 2023, lo que representa una caída del 71% con respecto a los 2.541 millones de euros que ganó el ejercicio anterior, por la menor presencia de extraordinarios -ya que en 2022 el grupo registró las plusvalías de la venta parcial de su negocio de movilidad eléctrica a su matriz Enel-, por el impacto del impuesto a las energéticas y la minoración por los topes a los precios de la energía y debido al coste del laudo arbitral por un contrato de suministro con Catar.
Sin contar los extraordinarios, el beneficio neto ordinario del grupo sumó 951 millones de euros, lo que supuso un descenso del 60% frente a los 2.398 millones de euros de 2022, ha informado hoy la compañía a la CNMV. La caída se explica por el menor ebitda, las mayores amortizaciones y pérdidas por deterioro, y el aumento de los costes financieros, afectados también por una negativa actualización financiera de provisiones. En términos reportados, el resultado disminuye un 70%, hasta 742 millones, comparación interanual que se ve afectada también por los extraordinarios resultados logrados en 2022 en el negocio del gas. Los ingresos de la compañía cayeron un 23% en el año, hasta los 25.459 millones de euros.
El ebitda alcanzó los 4.392 millones, un 18% superior a 2022, aunque el ebitda reportado cae un 32% hasta 3.777 millones por el impacto de un laudo de 450 millones arbitral sobre un contrato de suministro de gas, y el registro de una provisión para digitalización de 165 millones, mientras que en 2022 ajusta el impacto positivo de la venta del negocio de movilidad eléctrica a la matriz italiana Enel. Estos resultados se encuadran, según Endesa, “en un contexto de progresiva normalización del mercado energético derivada de la caída de un 64% en el precio promedio del gas (índice TTF) y, en consecuencia, de un 48% en el precio medio en el pool eléctrico ibérico hasta 87 euros/MWh. El año también concluyó con un descenso de la demanda del 2,1% en términos ajustados, lo que pone aún más de manifiesto la necesidad de acompasar el desarrollo de energías renovables con políticas de electrificación de la economía.
El flujo de caja a cierre del año crece en 3.000 millones respecto a final de 2022 y alcanza los 4.700 millones. En ello ha tenido una influencia determinante la gestión del capital circulante regulatorio (saldos regulatorios que se adeudan a la compañía por parte de las administraciones públicas), especialmente el relacionado con el negocio extrapeninsular de Endesa (Baleares, Canarias, Ceuta y Melilla).
En una rueda de prensa para presentar las cuentas anuales, el consejero delegado de Endesa, José Bogas, pidió al Gobierno que actúe “con celeridad” y modifique el marco fiscal y regulatorio para evitar que se produzca un retraso en las inversiones necesarias para cumplir con el PNIEC a 2030, un buen plan pero muy ambicioso”. Por otro lado, valoró como “una buena señal” la intención del Gobierno de modificar el impuesto a las energéticas para mitigar su impacto en las empresas que lleven a cabo inversiones vinculadas a la descarbonización. “Todas las señales van en la dirección correcta pero creo que es urgente tomar decisiones”, señaló.
Sobre el cierre del parque nuclear, Bogas advirtió que “estamos en el tiempo de descuento” para cambiar algo del calendario de cierre de los dos reactores de Almaraz (Cáceres) en 2027 y 2028. “Intelectualmente estoy a favor de la extensión de la vida útil de las nucleares pero por si por política energética se decide que no, lo acepto”, dijo el ejecutivo, quien lamentó que el Gobierno tiene “la convicción firme de que esto de las nucleares no debe ser una opción a futuro”. No obstante, dijo que “propondremos al Gobierno alargar la vida de las nucleares, más allá del calendario ordenado que las empresas firmaron con el Gobierno en 2019 y marca el cierre definitivo en 2035.
Igualmente, el CEO de Endesa calificó también como “otra señal positiva” la decisión del Gobierno de recuperar la Comisión Nacional de la Energía (CNE) porque se quiere “crear un órgano más focalizado en el sector energético. Será el guardián de la regulación del sector”.
De vuelta a los resultados, Endesa invirtió en 2023 hasta 2.304 millones, con un leve descenso del 2% respecto al año anterior, en que marcó el récord histórico. La red de distribución ha absorbido el 38% del total, seguido de renovables, el 34%. El año pasado Endesa sumó 600 MW verdes, lo que sitúa en un total de 9.900 MW la capacidad de producción hidroeléctrica, eólica y solar. Gracias a ello, y a la generación nuclear, la producción peninsular libre de emisiones alcanzó el 80% del total, siete puntos más que a cierre de 2022. Prosigue además la tramitación ambiental de los proyectos renovables asociados a los dos primeros, y únicos, procesos de transición justa en la Península Ibérica en Andorra (Teruel) y Pego (Portugal).
En generación convencional, a la que se ha dedicado otro 15% de la inversión anual, destaca la obtención del cierre definitivo de As Pontes, la última central de carbón peninsular de Endesa y la mayor con esta tecnología en España. Con ello, al cierre del ejercicio, el 78% de toda la potencia de la compañía instalada en la España peninsular es libre de emisiones de CO2.
La compañía avanza en el proceso de venta de una participación minoritaria en su cartera de proyectos fotovoltaicos en operación, encontrándose actualmente en la fase final del proceso.
En cuanto a comercialización de luz, gas y servicios de valor, ha absorbido un 12% de la inversión. El número de clientes eléctricos en el mercado libre en España y Portugal creció hasta 6,9 millones, en un ejercicio marcado por un endurecimiento de las condiciones competitivas. En este sentido, las ventas de luz a precio fijo a clientes domésticos y empresariales crecieron hasta 53 TWh, 2 TWh más que en 2022.
Endesa tiene ya vendida de antemano el 95% de su producción propia para 2024 y en torno al 85% en 2025 y 50% en 2026, lo que sitúa a la empresa en una situación favorable en el actual contexto de normalización progresiva de los precios mayoristas.
Los puntos de recarga de vehículos eléctricos han crecido un 39% y alcanzan los 19.300, al tiempo que la potencia de nuevas instalaciones de autoconsumo instaladas por Endesa a clientes en el año se ha multiplicado por casi cinco veces hasta 184MW.
Endesa “reconfirma” los objetivos anunciados en el pasado Capital Markets Day: lograr un ebitda de entre 4.900 y 5.200 millones, lo que supondría un alza de entre el 11% y el 18% y elevar entre el 60% y el 70% el beneficio ordinario neto, hasta el rango de 1.600-1.700 millones”.
La deuda desciende
La deuda neta de la compañía se reduce hasta los 10.400 millones, 500 millones menos que un año antes. Una reducción que se basa, según la energética, en ese buen comportamiento del flujo de caja, que permite compensar el relevante esfuerzo inversor y el pago de dividendos. La deuda bruta cae el 26%, hasta 13.700 millones, gracias a la disminución notable de los colaterales en un 82% en el año.
El coste medio de la deuda se sitúa en el 3,2%, reflejando la rápida y fuerte subida de tipos de interés. La ratio de apalancamiento (deuda neta respecto al ebitda en términos comparables) se sitúa en 2,4 veces.
Bogas cobró 2,12 millones de euros el año pasado
El consejero delegado de Endesa, José Bogas, percibió una retribución de 2,12 millones de euros en 2023 por el ejercicio de sus funciones, un 14,24% menos que el año anterior, mientras que el presidente de la compañía, Juan Sánchez-Calero, cobró 682.000 euros, un 1,34% más. De la remuneración total de Bogas, 1.914 millones de euros fue en concepto de retribución en metálico, incluyendo el millón de euros de sueldo. Asimismo, se recogen 62.000 euros en concepto de beneficio bruto de las acciones o instrumentos financieros consolidados, 7.000 euros por remuneración por sistemas de ahorros y 132.000 euros por otros
conceptos.
Por su parte, el presidente no ejecutivo de Endesa, Juan Sánchez-Calero, percibió una retribución en metálico de 662.000 euros, así como otros 21.000 euros obtenidos por otros conceptos. En total, el consejo de administración de Endesa se embolsó 4,26 millones de euros, mientras la retribución media de la plantilla fue de 79.000 euros, un 1,28% más que el año precedente.
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