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Una escuela de convivencia en diversidad intelectual y psíquica

Aura Hábitat proporciona pisos a estudiantes para convivir con personas con discapacidad. Ha sido el proyecto ganador de los XI Premios al Voluntariado de Fundación Mutua Madrileña

Rafael Durán
Beneficiarios del programa Aura Hábitat comparten tareas domésticas.
Beneficiarios del programa Aura Hábitat comparten tareas domésticas.

La modificación del artículo 49 de la Constitución no solo ha venido a dignificar la forma de referirse a las personas con discapacidad, sino que ha servido además para remarcar el principio de no discriminación y la plenitud de sus derechos como ciudadanos, al tiempo que se encomienda a los poderes públicos las políticas necesarias para garantizar la plena autonomía personal e inclusión social de las personas. Una labor que ya realizan muchas organizaciones sin ánimo de lucro, promoviendo la inclusión efectiva de las personas con discapacidad en la sociedad y en el mercado laboral.

Una de estas organizaciones es Aura Fundació, que puso en marcha ya en 2002 un proyecto pionero en España, Aura Hábitat, convivencia en la diversidad, ganador este año de los XI Premios al Voluntariado Universitario que otorga la Fundación Mutua Madrileña, dotado con 15.000 euros. Se trata de un programa de convivencia en el que jóvenes universitarios comparten piso con personas con discapacidad intelectual con el objetivo de aumentar su autonomía para llevar una vida independiente fuera del entorno familiar, “aprendiendo a convivir y a hacerse cargo de las responsabilidades que conlleva compartir casa con otras personas”, explica David Villanueva, responsable de proyectos de Aura Fundació.

“En estos casos, que son pisos de transición a la vida independiente, son viviendas que la fundación ofrece tanto a los voluntarios como a las personas que quieren hacer esta experiencia temporal de aprendizaje”, continúa Villanueva. El programa cuenta con tres pisos en Barcelona y Aura se hace cargo de todos los gastos relacionados con las viviendas.

En el proyecto participan seis voluntarios estudiantes de los grados de Psicología, Pedagogía y Magisterio de la Universitat Autònoma de Barcelona, la Universitat Ramon Llull y la Universitat Oberta de Catalunya y 22 personas con diversidad intelectual.

“En la organización del proyecto tenemos experiencias de diferente duración, que van de tres a cinco meses, e incluso en una de las viviendas se puede hacer una convivencia de un mes, para personas que quieren una experiencia más inicial o breve”, comenta el representante de la fundación. “El sentido es facilitar a un mayor número de personas este paso a la autonomía y a la independencia respecto al núcleo familiar. Y luego pensamos que está bien para los voluntarios poder convivir con más diversidad de personas. A lo largo del curso pueden convivir con diferentes grupos de personas de la entidad, y esto siempre es enriquecedor para ellas”.

Sara Salcedo, estudiante de Psicología, es una de las voluntarias del proyecto: “Este programa ha sido muy importante para aprender respeto, igualdad, y una oportunidad muy especial para poder vivir con personas con discapacidad intelectual”. Para los estudiantes de ramas como Psicología la experiencia les sirve además como periodo de prácticas para su disciplina. “En este piso promovemos la vida independiente, con lo cual hacemos tareas como limpiar, cocinar, poner lavadoras, ira a comprar y, sobre todo, pasárnoslo bien”, describe.

“He aprendido muchísimas cosas”, asegura Laia Martí, beneficiaria del proyecto, con síndrome de Down. “A ser más independiente, no depender tanto de mi madre. Además, también me ha dado una enorme oportunidad de demostrar a la gente que realmente nosotros podemos hacer esas cosas”, remarca.

Seguimiento

Los estudiantes del programa cuentan siempre con el seguimiento y el apoyo de personal de Aura, con varias visitas semanales. “Tanto para las estudiantes como para las personas de Aura sobre todo es una experiencia de mucho crecimiento personal. La experiencia de convivir por primera vez en un piso, con otros jóvenes, por supuesto da mucha autonomía y mucho aprendizaje y crecimiento”, destaca Villanueva.

Los Premios al Voluntariado Universitario de la Fundación Mutua Madrileña nacieron hace 11 años con el objetivo de reconocer, apoyar y promover la labor solidaria de los jóvenes universitarios que colaboran en iniciativas de voluntariado. A esta undécima edición han concurrido 93 proyectos en los que han participado más de 6.000 alumnos que estudian en 68 universidades españolas. Estos proyectos se realizan en colaboración con 72 ONG y benefician de forma directa a más 2,5 millones de personas.

Tras el descenso debido a la interrupción de la actividad presencial a raíz de la pandemia, la vocación solidaria suma adeptos entre los universitarios por segundo año consecutivo. Según el XI Estudio sobre voluntariado universitario, a lo largo del curso 2022/2023, un total de 19.460 estudiantes participaron en acciones de voluntariado a través de su universidad, lo que supone un 13% más que el año previo.

Las universidades, por su parte, emprendieron más de 2.100 iniciativas de voluntariado el curso pasado, de las cuales el 32% eran de nueva creación y, del total, el 60% se hicieron de la mano de una ONG.

Los otros proyectos ganadores

Además de Aura Hábitat, también han resultado galardonadas con un segundo premio, dotado con 5.000 euros cada una, otras siete iniciativas. En total, los premios reparten 50.000 euros.

Chat de ayuda para jóvenes. Apoyo psicológico a adolescentes para afrontar problemas depresivos y prevenir conductas suicidas.  
Efecto Boomerang. Fomento de la participación estudiantil en proyectos solidarios de índole local en La Rioja.  

Elimu Kwa Wote. Mejorar la calidad de la enseñanza en un poblado rural de Kenia a través de la ampliación de un colegio.  

Rutas de calle. Proporcionar comida, higiene, acompañamiento y orientación laboral a personas sin hogar de Madrid, Valencia y Zaragoza.  

Acabar con la malnutrición en niños en Kimwenza. Mejorar la alimentación de la población infantil de República Democrática del Congo y ofrecer revisiones sanitarias y talleres relacionados con la higiene y la salud.  

El cielo es de los niños. En el vertedero de Ngong, en Kenia, el Hogar de la Esperanza proporciona techo, alimentación y formación a mujeres embarazadas o con hijos muy pequeños sin apoyo familiar. 

UMU Acompaña Diversidad. Mejorar la integración de alumnos con algún tipo de discapacidad en la vida universitaria. 

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Sobre la firma

Rafael Durán
Lleva más de una década a cargo de los temas de sostenibilidad en la sección de Buen Gobierno, tarea que compagina con la edición de CincoDías. Aterrizó en el periódico en el año 2000 y pasó una temporada en la sección de Opinión. Antes, en El Siglo de Europa y El Nuevo Lunes. Es licenciado en Derecho por la Universidad Complutense de Madrid.
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