Emilio Díaz: “La falta de acceso a potencia eléctrica es el mayor freno para que el sector de centros de datos crezca en España”
“Deberemos duplicar la capacidad actual instalada para dar respuesta a la inteligencia artificial”. “Hemos pedido una reunión con Escrivá porque la regulación que prepara para esta industria debe hacerse en conjunto con ella”
“No hay digitalización de la economía si no existen centros de datos en un país, y no hay soberanía del dato [algo muy reclamado ahora] si no tenemos infraestructura suficiente para retener ese dato en España”. Así lo defiende Emilio Díaz, CEO de Nabiax, que acaba de ser nombrado presidente de la Asociación Española de Data Centers (Spain DC), la patronal de un sector que vive un fuerte crecimiento gracias a la nube y, ahora, a la inteligencia artificial, pero con fuertes retos como la dificultad en España para acceder a la energía que requieren. En varios países se están imponiendo reglas para la construcción de estas infraestructuras por la presión que ejercen sobre las redes eléctricas, lo que puede amenazar nuevos proyectos. En España, el ministro José Luis Escrivá anunció hace unos días que trabajan en una regulación para garantizar centros de datos más sostenibles.
Pregunta. ¿Qué objetivos se ha marcado tras asumir el cargo?
Respuesta. Lo primero hacer una labor de divulgación, porque el mundo de los centros de datos es aún un perfecto desconocido y para desarrollar esta industria es clave que se conozca muy bien su alcance. Somos una industria muy competitiva y necesaria para el país, pero necesitamos que el gobierno central y los autonómicos y locales se involucren y aceleren muchos trámites complejos ligados al sector, como los vinculados a la energía, para poder desarrollarla plenamente. También es clave la generación de talento especializado en esta industria, que es muy ingenieril. Calculamos que se generarán en torno a 2.000 puestos de trabajo directo y 10.000 indirectos en los próximos 3-5 años y es preciso trabajar desde ya para poder cubrir esa demanda de profesionales y poder llevar a cabo las inversiones previstas.
P. ¿Qué inversiones prevén para 2024 en centros de datos en España?
R. En 2022 estábamos en 150 megavatios de potencia total instalada, y calculamos que 2023 se cerró con 200 MW. Y la previsión es que en cinco años estemos en 600 MW, lo que supondría una inversión de entre 6.000 y 8.000 millones de euros, con una aportación al PIB de unos 50.000 millones. El dinero para llevar a cabo estas inversiones está disponible, la necesidad también, pero el gran reto es que haya suficiente disponibilidad de potencia eléctrica. El acceso a la energía está siendo un problema para el crecimiento del sector; es el principal freno. Estamos trabajando con Red Eléctrica para el acceso directo a la red de transporte, con las distribuidoras (Endesa, Naturgy e Iberdrola) y con las comunidades autónomas y administraciones locales para agilizar los permisos. Es una cuestión compleja que no se resuelve en el corto plazo.
P. ¿Está obligando este problema a retrasar o anular la apertura de nuevos centros en el país?
R. Es un tema sobre todo de timing. Y hay cosas que no casan. Estamos ante instalaciones muy complejas, que no se tienen construidas de antemano sino que se construyen en función de los requerimientos de los clientes, que pueden estar dispuestos a esperar entre 18 y 24 meses a tener la instalación lista. Pero la planificación de crecimiento en la red de distribución y de transporte de energía del sector se hace a cinco años. Son planes de muy largo plazo, y lo que pedimos es que se aceleren o revisen cada cierto tiempo para que el acceso a la energía se haga más ágil. A finales de diciembre presentamos una alegación porque se han descartado muchos puntos de acceso que creemos necesarios para el futuro, y hay previstas más alegaciones. Entendemos que es una cuestión compleja, porque afecta a aspectos medioambientales muy regulados, pero falta más sincronización. El plan que está ahora vigente es pre-Covid, de 2019-2024, y la demanda de centros de datos se ha disparado tras la pandemia. El siguiente plan será el de 2025-2030, plazos muy alejados para poder dar el servicio que nuestros clientes están demandando en este momento.
P. La Agencia Internacional de la Energía alerta que la demanda de energía de los centros de datos se va a doblar en tres años, con el riesgo que ello supone. ¿Qué peso tienen los datacenters en el consumo global de energía?
R. En España, el consumo está por debajo del 1% del total, y en países donde esta industria está más desarrollada el 2%. ¿Es mucho o poco? Es difícil de decir. Hay un debate abierto sobre si este sector consume mucha energía, pero los centros de datos en España son nativos sostenibles, porque hemos llegado más tarde que otros países y por eso nuestras infraestructuras funcionan con tecnologías más eficientes y limpias, además de que todos los datacenters en España se nutren de energías renovables. En cualquier caso, en España hay suficiente energía disponible, la cuestión es que está en lugares donde no es accesible para el desarrollo de nuestra industria y su transporte no siempre es sencillo.
P. ¿Este cuello de botella energético está provocando que se mantengan más tiempo del previsto centrales de combustibles fósiles para dar cobertura a los centros de datos? En EE UU incluso se están planteando abrir centrales nucleares para atender la demanda de estas instalaciones.
R. No me consta. Todos los socios de Spain DC utilizamos energías renovables, pero es cierto que esta no da para un suministro 24/7 y dos tercios del tiempo tenemos que estar conectados a la red.
P. Pero el problema puede agravarse con la inteligencia artificial, que requiere de servidores más potentes.
R. En España aún no hay grandes desarrollos de IA en centros de datos, pero sí esperamos que se dispare. Hoy el requerimiento de proceso por rack (sitio donde se alojan los servidores) es de entre 4 y 10 kilovatios y la previsión es que de aquí a 2030 se multiplique por diez con la IA. Pero la inteligencia artificial puede llevar a que los centros de datos se ubiquen en otros puntos de España, más allá de Madrid y Barcelona, evitando problemas como la dificultad en el acceso a la energía y la falta de suelo.
P. Entonces, ¿prevén una diversificación geográfica?
R. Sí, porque vienen disrupciones relacionadas con la IA que requieren un procesamiento del dato más cercano a donde se produce (lo que llamamos el Edge) y esto va a hacer que haya datacenters de menor tamaño dentro de las poblaciones. El mejor ejemplo es el del coche autónomo, donde la respuesta ante un posible atropello u otro incidente debe ser inmediata. Además, a diferencia de la nube donde todo es en tiempo real y la latencia es muy importante, en la IA hay muchos procesos (como el de su entrenamiento) que podrán llevarse a cabo en horas donde el suministro de energía es totalmente verde.
P. ¿Y dónde se situarán esos centros, y quien los construirá y operará?
R. Probablemente se sitúen en las centrales telefónicas hoy en desuso tras haber sido digitalizadas, en edificios (tiendas de retail, por ejemplo) o, llevándolo al extremo, en semáforos. Y detrás podremos estar las mismas empresas que ya construimos centros de datos ahora u otras nuevas al tratarse de una especialización distinta.
P. ¿Qué peso tendrá la IA en el crecimiento del sector?
R. No hay datos en España ni en Europa, pero los que manejamos de EE UU nos indican que solo para dar servicio a la IA se podría tener que duplicar la capacidad actualmente instalada para 2030, y creo que es extrapolable. Dependerá de los casos de uso y será algo progresivo.
P. Antes hablaba de nuevos actores en el sector. ¿Cómo ve la entrada de las inmobiliarias como Merlin a la industria?
R. Las empresas del Real Estate ya están dentro. Son grandes expertas en seleccionar terrenos, en construir centros, pero no tanto en comercializar y explotar este tipo de infraestructura, mucho más compleja que un edificio de oficinas o una nave logística. Son explotaciones 24/7, donde una caída del datacenter es un drama, porque todo lo que hacemos en nuestro móvil, en nuestro ordenador, cuando recargamos nuestro coche eléctrico, cogemos cita con el médico o hacemos una transacción con el banco, está soportado por un centro de datos. No digo que estos nuevos actores no puedan ofrecer toda la cadena de valor; algunos como Merlin lo hacen, pero nosotros somos compañías que hemos nacido con esta vocación.
P. ¿Prevén concentración en el sector?
R. Sí, porque es un sector muy intensivo en capital y porque los grandes fondos están muy interesados en invertir en datacenters, en particular en España, por la evolución que estamos teniendo y lo que se espera para los próximos años, pues España se ha convertido en un hub de comunicaciones para el sur de Europa y hacia América, África y Oriente Medio con la llegada de varios cables submarinos. Pero no creo que la industria esté aún en el punto de madurez suficiente para que se produzca.
P. ¿Qué actores quedan por llegar al país?
R. Todos los hiperescalares nivel 1 están ya: Amazon, Microsoft, Google, Oracle, IBM… Alguno queda por llegar y lo hará, pero sobre todo faltan los líderes asiáticos como Alibaba, Huawei, Tencent o TikTok, y sabemos de algunos que ya están mirando cómo hacerlo.
P. Hace dos semanas el ministro José Luis Escrivá anunció una regulación para garantizar que los centros de datos sean sostenibles. ¿Cómo les va a impactar?
Estaremos encantados de sentarnos con el ministro Escrivá y que nos explique el detalle de esa regulación de la que solo sabemos lo que avanzó en Comisión de Economía del Congreso. Creemos que esta regulación debe hacerse en conjunto con el sector, y le hemos solicitado una reunión para aportar nuestro conocimiento en materia de sostenibilidad. En la parte de la regulación que afecta a la sostenibilidad creemos que el trabajo ya está prácticamente hecho. Nuestro sector lejos de ser contaminante es el que más está ayudando a la descarbonización del país. Suponemos menos del 1% del consumo energético y la mayoría de nuestras infraestructuras utilizan circuitos cerrados de agua. No somos el problema sino parte de la solución.
P. Pero se ha dicho que estos centros consumen tanta agua como Móstoles (uno de los municipios más grandes del país), lo cual es un problema para zonas con estrés hídrico.
R. No es cierto. Hay mucha sensibilidad hacia este asunto y estamos intentando tener métricas verídicas. Puede que sea así cuando el centro se rellena por primera vez, pero no vuelves a hacerlo. Además, todos los datacenters no consumen agua. Los hay que se refrigeran con fluidos donde el agua no es un componente, y otros, que sí la consumen pero con un circuito cerrado. La tendencia es construir ya centros que no consumen agua; es algo que nos piden los clientes por políticas de ESG y el sector está muy abierto a probar tecnologías nuevas, aunque estén en etapas aún poco maduras, si nos hace ser más eficientes en consumo de energía y agua, porque este no es un negocio intensivo en personas, sí en capital y nuestro coste fundamental es la energía, que ha llegado a representar en algunos momentos hasta el 50%; hoy ronda el 30%.
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