Ford sale de pérdidas y cierra 2023 con unas ganancias de 4.025 millones
El fabricante de coches estadounidense había perdido 2.152 millones de dólares en el ejercicio precedente por su posición en Rivian
El grupo automovilístico Ford ganó 4.329 millones de dólares (unos 4.025 millones de euros al cambio actual) en 2023, según ha informado este martes. De esta forma, la compañía con sede en Dearborn (EE UU) salió de las pérdidas registradas en 2022 cuando se vio afectada por su posición en el fabricante Rivian, que se desplomó en Bolsa, y le arrastró a unos números rojos de 2.152 millones de dólares. A pesar de la buena noticia que supone volver a ganar dinero, la compañía está lejos de sus beneficios de 2021, cuando se anotó unas ganancias de 17.910 millones de dólares.
“Somos la única empresa que ofrece a los clientes una gama tan amplia de opciones (vehículos de gasolina, híbridos y eléctricos) posibles gracias a nuestro plan Ford+ y al talentoso equipo que lo está llevando a cabo”, ha celebrado el presidente y director ejecutivo del fabricante, Jim Farley. “Ford está creando una potencia de productos, software y servicios con un enorme potencial para este año y el largo plazo”, ha añadido el directivo.
La automovilística facturó el año pasado 176.191 millones de dólares (unos 163.815 millones de euros), un 11,5% más que en 2022 y un 29,2% más que en 2021, ambos ejercicios marcados por la pandemia y la crisis de microchips y componentes. El crecimiento de la cifra de negocio se vio impulsado por el aumento de ventas en todas las divisiones de Ford.
Así, Ford Blue, dedicada a la venta de coches de combustión, matriculó 2,92 millones de vehículos en todo el mundo, lo que supone un incremento del 3% respecto a 2022. Ford Model e, la rama eléctrica, entregó 116.000 unidades, un 20% más. Y, por último, Ford Pro, enfocada en vehículos comerciales, vendió 1,37 millones de automóviles. En total, la compañía estadounidense comercializó 4,413 millones de vehículos en todo el mundo, un 4,3% más que en 2022.
Ante el enfriamiento de las perspectivas de las ventas de coches eléctricos (algo compartido por todo el sector), la compañía aplazó a fines del año pasado la toma de cualquier decisión referente a la electrificación de su producción en Europa. Esto afecta a la planta que tiene en Almussafes, Valencia, la cual está a la espera de que el fabricante le asigne modelos eléctricos para así asegurar la viabilidad futura de la factoría. Según informó UGT (el sindicato mayoritario en la planta) este lunes, la automovilística está preparando “una alternativa” para solucionar la falta de carga de trabajo de Almussafes, sobre la cual dará más detalles en abril.
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