Los sindicatos presionan a la banca en plena presentación de resultados con beneficios récord
Las posturas siguen alejadas sobre la intensidad del incremento: los trabajadores piden hasta un 23% en tres años, pero la patronal solo llega por el momento al 8%
La negociación entre sindicatos y patronales bancarias sigue enquistada y la distancia entre las propuestas de alzas salariales es muy amplia. Además, los representantes de los trabajadores conservan pocas esperanzas para las próximas reuniones, que comienzan este martes con la patronal de las antiguas cajas de ahorros (CECA). Tanto es así que ya han convocado incluso una manifestación para el jueves de la semana que viene, 8 de febrero, solo dos días después del último de los encuentros agendados con la patronal AEB y del final de las presentaciones de resultados anuales de la banca. No es casualidad: los sindicatos tratan de presionar y ganar la batalla del relato tras unos beneficios récord.
A río revuelto, ganancia de pescadores. Y en eso están UGT, CC OO y FINE, que esperan sacar tajada ante unas cuentas estratosféricas del sector financiero marcadas por el viento a favor del Banco Central Europeo (BCE), que pisó el acelerador de la subida de tipos para combatir la inflación galopante que azotaba al Viejo Continente. “Buscamos mejoras, pero no parece de partida que vayan a ceder. Si sigue así, habrá más movilizaciones”, avanzan fuentes sindicales.
Sobre la protesta anunciada y la posibilidad de nuevas movilizaciones, desde la federación FINE son tajantes. “Es consecuencia del inmovilismo de las patronales para acercar las posturas que creemos coherentes con la situación económica, la pérdida de poder adquisitivo y los beneficios históricos del sector”, explica Elena Díaz, presidenta del sindicato.
En este contexto, los representantes de los trabajadores reclaman hasta un 23% de incremento salarial en tres años (un 17% fijo, repartido en cada ejercicio, y los otros seis puntos en función del IPC y los resultados de la banca). Las patronales, por su parte, son más moderadas en sus propuestas: la más generosa ha sido la de las cooperativas de crédito, a través de UNACC, que ofrecieron un alza del 8% en tres años. La AEB puso sobre la mesa un incremento del 7% en cuatro años. Y CECA un 5% en tres ejercicios. “La propuesta de la patronal ha sido inaceptable y ridícula”, criticaban entonces los sindicatos.
Las asociaciones que representan a los bancos españoles restan importancia a la presión de estas próximas semanas. “Es un comportamiento normal de los sindicatos durante una negociación. De hecho, lo más importante de lo que está sobre la mesa no es el salario”, sostiene una de estas fuentes. Desde la AEB recuerdan que la negociación sigue en curso y el diálogo está abierto. “Ambas partes tenemos el reto, como se dice en el Estatuto de los Trabajadores, de regular las condiciones de trabajo y productividad en el sector para los próximos años. A través del diálogo esperamos que culmine con un acuerdo equilibrado para ambas partes”, aseguran fuentes de la AEB.
Tope a los préstamos
Entre los temas que centran las conversaciones, además del alza salarial, están principalmente la limitación de los tipos de interés en los préstamos a empleados (el sindicato pide un tope del 1% y las patronales consideran que ese acuerdo se debe alcanzar entidad a entidad), y medidas para mejorar el clima laboral que rebaje la presión comercial en oficinas. “Se requiere un análisis profundo. Este acuerdo necesita tiempo”, zanja otro directivo bancario.
Sin embargo, los representantes de los trabajadores no tienen la misma sensación y sostienen que la relación entre las partes está en un momento crítico. “El tira y afloja en una negociación es normal, pero no que haya tanta diferencia. No está justificado con los resultados tan espectaculares que presentan. Las posturas están alejadas y la relación es tensa”, avisa una fuente sindical. A lo que avanzan desde otra de las organizaciones: “Si no hay avances, puede haber incluso paros e intervenciones duras en las juntas generales de accionistas”.
Los sindicatos podrán jugar también en estas semanas la baza política. Ante unos beneficios de la gran banca española que rondarán los 26.000 millones, esperan que el Ejecutivo lo utilice para justificar la conversión del impuesto extraordinario en permanente. Y, de paso, que les eche una mano en su negociación. “Si el Gobierno sube el salario mínimo interprofesional un 5% en sectores que no ganan tanto, debería apostar por un alza salarial fuerte en banca”, zanja una fuente sindical.
Abanca reparte dividendo: Escotet se embolsará casi 25 millones
Abanca comunicó este lunes a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) el pago de un cuarto dividendo a cuenta de los beneficios de 2023 a los que sean accionistas mañana a las 12 de la noche. En total, repartirá 29,3 millones de euros, según acordó el consejo de administración del banco. Esto es, 1,3 céntimos de euro por acción, descontada la autocartera. El pago, que se realizará este viernes, está sujeto a la retención fiscal (19%) que proceda sobre el importe bruto.
De los 29,3 millones de euros que repartirá en este dividendo la entidad, el presidente Juan Carlos Escotet se embolsará un 84,75%, según la participación que ostenta de forma directa (un 43,5%) y a través de su family office (un 41,25%), según figura en sus últimas cuentas anuales presentadas, las de 2022. Esto supone que Escotet se embolsará casi 24,9 millones de euros.
Antes de este anuncio, Abanca se ha desmarcado en la negociación salarial del sector y se ha convertido en un verso suelto al incrementar el sueldo de su plantilla un 8%, con carácter inmediato. Esto beneficiará a los algo más de 6.000 empleados desde este mismo enero, según adelantó este diario. “Las medidas quieren reconocer el esfuerzo y la implicación de los profesionales en la positiva trayectoria del banco”, explicaba la firma a su plantilla en una comunicación interna.
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