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La segunda oportunidad de las otras cosas de primera necesidad

El banco de productos no alimentarios para personas en riesgo de exclusión de Acompartir cumple 10 años. Son ya 186 las empresas que donan sus excedentes de producción a la entidad

Rafael Durán
Una voluntaria de una ONG distribuye material escolar procedente del banco de productos de Acompartir.
Una voluntaria de una ONG distribuye material escolar procedente del banco de productos de Acompartir.JavierValeiro

La crisis generada por la pandemia, que propició un incremento desmedido de la inflación, activó de nuevo las llamadas colas del hambre, derivadas de las iniciativas de diversas organizaciones sociales que proveían a la población más necesitada de víveres con los que llenar la despensa. Pero las necesidades alimentarias no son el único indicador de pobreza. Para llevar una vida digna se necesita además poder tener una buena higiene, disponer de ropa y calzado adecuados, acceder a la educación o poder contar con suministros básicos en la vivienda.

A esas otras necesidades, también básicas, para combatir la pobreza atiende desde hace 10 años, con su banco de productos no alimentarios, Acompartir, una organización sin ánimo de lucro que se dedica al rescate de productos nuevos de primera necesidad para distribuirlos entre personas en riesgo de exclusión social. Entre los bienes que provee la organización figuran artículos de limpieza, higiene personal, electrodomésticos, menaje del hogar, ropa, calzado, material escolar, de deporte, juguetes, etc., que “aportan dignidad y nos abren la puerta a la inclusión en la sociedad”, destaca Leticia López-Cotelo, fundadora de Acompartir.

Se trata de excedentes de género nuevo no vendido, descatalogado, obsoleto o devuelto por los usuarios, a los que las compañías ya no dan uso y que, frecuentemente, acaban en vertederos o en plantas destructoras en lugar de ser reutilizados. “Los productos son siempre nuevos, no alimentarios. Nosotros lo llamamos los invendidos”, remarca López-Cotelo.

Un total de 186 empresas, fabricantes y distribuidoras colaboran ya con Acompartir. “Hay empresas que se comprometen y prefieren firmar un convenio y otras que hacen donaciones puntuales, unas que hacen una donación al año, otras que hacen varias, en función de cómo organiza cada una sus stocks”, señala López-Cotelo.

La fundadora de Acompartir asegura que la colaboración de las empresas crece año tras año, “pero en el último año hemos visto que han aumentado más”, por la mayor concienciación de su triple impacto: medioambiental, económico y social. Frente a la destrucción de los excedentes, que era práctica común, se va imponiendo la donación. “Las empresas han de ver las ventajas que tiene donar frente a los outlets o la destrucción. Con la destrucción está claro, porque evita los altos costes de los vertidos y del impacto sobre el medio ambiente. Y con los outlets es también hacer números porque la Ley de Mecenazgo ha cambiado, ha subido la desgravación fiscal, que puede ser hasta del 50%”, apunta López-Cotelo.

Beneficio social

“Para las empresas es un beneficio económico y sobre todo social. Y también sus propios empleados lo ven de otra manera, se sienten satisfechos y orgullosos cuando ven que sus productos llegan a personas y tienen un impacto en su comunidad”. De hecho, la red de empresas donantes ha crecido el último año un 20%, mientras que el volumen de donaciones se ha incrementado un 100%.

La fundadora de Acompartir destaca también como un espaldarazo para su organización la aprobación, el año pasado, de la Ley de Residuos y Suelos Contaminados, que eliminaba el IVA en las donaciones a entidades sin ánimo de lucro. “Ya era hora, eso ha ayudado a que las empresas donen, porque antes la ley favorecía la destrucción y ahora estamos al mismo nivel, por lo menos, que la destrucción, que no tiene IVA”, razona.

Los productos se distribuyen a través de organizaciones sociales. “Tenemos ONG de todo tipo. Nosotros las dividimos en ONG de reparto, que son las Cáritas y organizaciones que hacen kits y junto a los alimentos reparten también estos productos. Y ONG que son residencias o tienen hogares o comedores sociales, que también necesitan productos de limpieza o de vajilla para su propia actividad. Las residencias de mujeres también se llevan mucho de higiene, de limpieza y de cosmética”, comenta.

Las entidades sociales, para poder recibir productos tienen que rellenar una ficha de inscripción, enviar sus estatutos, su memoria... Y todo ellos se verifica y se valida. “Si son aptas, les damos acceso a la web y pueden pedir en función de sus necesidades. Nosotros lo que más nos centramos es en que la entidad no revenda los productos, no los comercialice ni los utilice para rastrillos, sino que tienen que ser entregados gratuitamente a sus beneficiarios”, explica López-Cotelo.

Acompartir también acepta donaciones dinerarias, “porque nos ayuda a mejorar. No las buscamos, nos centramos en los productos y si nos llegan aportaciones dinerarias, bienvenidas sean”, expresa.

En estos 10 años de existencia Acompartir ha logrado recuperar cerca de 3 millones de kilos de productos en perfecto estado, procedentes de los excedentes invendidos donados por las empresas. Durante este tiempo, esta organización ha beneficiado a 2 millones de personas en situación de necesidad, gracias a la alianza con 545 entidades sociales.

Almacén central de Acompartir en Illescas (Toledo).
Almacén central de Acompartir en Illescas (Toledo).JavierValeiro

Una actividad logística profesionalizada

Distribución. Acompartir distribuye los productos de su banco en la Península a través de una red de 60 puntos gestionados por la Fundación Seur. “Antes teníamos un único almacén, en Illescas (Toledo), y o venían al almacén o les poníamos en contacto con transportistas, el más barato que teníamos, para mandarlo. Esos 60 puntos de Seur están presentes en todas las provincias, menos en las islas, Canarias y Baleares, por el coste económico fiscal, lo intentamos en su día, pero fue imposible”, relata Leticia López-Cotelo. 

Punto fuerte. Con el almacén central de Illescas “tenemos la suerte de que no tenemos límite a la hora de recibir mercancía. Si una empresa nos dice que tiene 300 palés para donar, se pueden recibir. Es nuestro fuerte, la logística. La trazabilidad la tenemos completamente transparente. Seur toma nota de la entrada de productos, nos avisan, y nosotros avisamos a las empresas, a las ONG. En Seur se preparan los pedidos. Es un almacén profesional”, comenta la fundadora de Acompartir.

Alianza. Acompartir forma parte de la Alianza Goods to Give (G2G), una red europea formada por las principales entidades receptoras de donaciones de productos no alimentarios de Francia (ADN France), Bélgica y Holanda (Goods to Give) y España (Acompartir).

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Sobre la firma

Rafael Durán
Lleva más de una década a cargo de los temas de sostenibilidad en la sección de Buen Gobierno, tarea que compagina con la edición de CincoDías. Aterrizó en el periódico en el año 2000 y pasó una temporada en la sección de Opinión. Antes, en El Siglo de Europa y El Nuevo Lunes. Es licenciado en Derecho por la Universidad Complutense de Madrid.

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