Nueva víctima en China de los problemas inmobiliarios: el banco en la sombra Zhongzhi se declara en bancarrota
Esta entidad llegó a administrar 140.000 millones de dólares en su punto álgido y ahora ha declarado que no puede afrontar sus deudas
Los problemas que atraviesa el sector inmobiliario chino se han cobrado una nueva víctima de forma oficial. Este viernes el grupo Zhongzhi Enterprise, un gigante de la denominada banca en la sombra, se ha declarado en bancarrota. Según se explica en un comunicado del juzgado popular de primera instancia de Pekín del que se ha hecho eco Bloomberg, Zhongzhi ha reconocido como “obvia” su incapacidad para afrontar sus deudas. Tras estudiar los hechos presentados por la compañía, el tribunal ha aceptado el caso, iniciando así el proceso de quiebra. La banca en la sombra es como se conoce a las entidades financieras, que, sin ser bancos tradicionales, realizan actividades que están estrechamente relacionadas con la banca. En el caso concreto de Zhongzhi Enterprise, esta firma se dedicaba principalmente a recabar dinero de inversores para luego dedicarlo a financiar proyectos inmobiliarios.
Los problemas de Zhongzhi Enterprise por esta exposición al mercado inmobiliario de China llevan tiempo siendo vox populi en el mercado. Ya en agosto, esta entidad que llegó a administrar 140.000 millones de dólares en su cenit, incurrió en impagos ante miles de sus inversores, desatando con ello una oleada de protestas que, según contaba Bloomberg, fueron reprimidas por las autoridades mediante visitas policiales puerta a puerta.
A finales de noviembre, Zhongzhi lanzó una advertencia mediante la cuál se declaró “gravemente insolvente”. Entonces, tras realizar una auditoría, la empresa mandó una carta a sus inversores en la que se hablaba de deudas de 460.000 millones de yuanes (59.200 millones de euros) y unos activos de 200.000 millones de yuanes (25.750 millones de euros), lo que dejaba una brecha equivalente a 33.630 millones de euros que ha terminado costando finalmente la bancarrota.
Esta nueva caída supone una de las mayores bancarrotas en toda la historia de China y llega después de que en agosto Evergrande, la otrora mayor inmobiliaria de China, solicitara la quiebra en Estados Unidos ante la imposibilidad de afrontar los pagos que tenía con deudores internacionales. En octubre, la mayor promotora de China, Country Garden, incumplió por primera vez el pago de un bono en dólares.
En los últimos años, pese a que parte de los vehículos de inversión rivales limitaban los riesgos, Zhongzhi y sus afiliados, especialmente Zhongrong International, proporcionaron financiación a promotoras en apuros y tomó activos procedentes de inmobiliarias como la anteriormente mencionada Evergrande. Según las cifras de la Oficina Nacional de Estadística de China, en octubre, las ventas de viviendas en el gigante asiático se desplomaron un 20,33% en términos interanuales, empeorando así el -19,77% de septiembre.
Si bien el Gobierno chino ha intentado resucitar a su mercado inmobiliario, una actividad de la que depende el 15% del PIB del gigante asiático de forma directa, a golpe de inyecciones milmillonarias (como la del pasado noviembre, cuando Pekín anunció 137.000 millones de dólares para apoyar a la compraventa de vivienda) la caída de Zhongzhi supone un nuevo jarro de agua fría. A finales de 2023, la evolución del precio del mineral de hierro en Asia daba muestras de unos primeros brotes de optimismo que ahora se han visto truncados otra vez con caídas en la cotización de esta materia prima fundamental para la construcción. En el caso del mineral de hierro importado desde Australia a China, el descenso este viernes es del 2,42%, quedando así esta referencia en los 141 dólares por tonelada.
Aunque la mayor parte de acreedores de Zhongzhi son inversores individuales de alta capacidad adquisitiva y no tanto instituciones financieras -limitando así el impacto directo en el sistema financiero chino- el colapso expone las grietas que están apareciendo en un sector, el de Zhongzhi, que en China tiene un tamaño de 2,9 billones de dólares, según datos de Bloomberg. También pone de relieve las fallas de una banca en la sombra sobre la que el Banco Central Europeo (BCE) ha mostrado preocupación en reiteradas ocasiones, principalmente, por la falta de transparencia de esta actividad.
“Hasta el momento, el sistema financiero europeo ha evitado el peor escenario de todos, consistente en diversos riesgos sistémicos cristalizando a la vez. Pero las autoridades necesitan seguir alerta para abortar los riesgos a la estabilidad financiera. La lista de puntos vulnerables en nuestro sistema financiero sigue siendo larga. Por ejemplo, en ella están los fondos monetarios y los fondos de inversión, sobre todo aquellos que invierten en activos ilíquidos. Los canales de contagio todavía pueden reaparecer”, dijo Chirstine Lagarde, presidenta del BCE, durante la séptima conferencia anual de la Junta Europea de Riesgo Sistémico el pasado mes de noviembre.
En su último informe sobre la banca en la sombra, el Financial Stability Board (FSB) cifraba que el valor de los activos de las empresas que componen este tipo de actividad ascienden a nivel global a 217,88 billones de dólares. La cifra es mayor que todos los activos de los bancos, 183,25 billones de dólares, y quintuplica la suma de los balances de los principales bancos centrales, 39,02 billones de dólares en 2022.
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