Ana Botín: “Hay que pagar impuestos, pero si pagas demasiados la gente se marcha”
La presidenta de Santander ha criticado que la banca para más impuestos que otros sectores
La presidenta de Santander, Ana Botín, ha advertido de que imponer unos impuestos elevados puede provocar la huida de empresas y particulares de España. “Hay que pagar impuestos, pero si pagas demasiados la gente se marcha. Si pagan el 60% de lo que ganan se va a ir. Hay personas y empresas en España que pagan más del 50% de sus ingresos al Gobierno y es una falta de incentivo, no solo para los que estamos, sino que es un coste de oportunidad para los que no vienen”, ha expresado Botín durante su participación en la Conferencia Internacional de Banca 2023, organizado por Santander.
La banquera española ha valorado la coyuntura macroeconómica actual, marcada por los riesgos geopolíticos y el encarecimiento de los precios. En ese sentido, subrayó que la esencia del negocio bancario es gestionar el riesgo. Igualmente, ha defendido que la prioridad tanto de gobiernos como de empresas es el crecimiento inclusivo y sostenible. Y apuntó que en ese objetivo la banca juega un papel fundamental para financiar ese crecimiento. “Competir por el crecimiento no quiere decir que no tengamos la visión correcta”, ha destacado.
Y dentro de la competencia global, ha insistido en criticar las políticas de mayor presión fiscal, especialmente al sector financiero, que vienen aplicando los Gobierno en Europa en los últimos tiempos. “No me importa pagar más impuestos, pero ¿por qué tenemos que pagar más que otras empresas? Algunos pagamos más que otros”, ha valorado la presidenta de Santander. “En Europa queremos tener una sociedad más justa y no dejar a nadie atrás, como sugiere el modelo de EE UU. La palabra clave es la competencia. Me encanta competir por crecimiento. Pero esto no se puede convertir en una carrera donde se suben los impuestos a las grandes empresas. Se pueden tener menos impuestos y a todo el mundo le va mejor”, ha añadido Botín.
En las dos últimas semanas, aprovechando las presentaciones de resultados del tercer trimestre, los bancos han venido destacando el volumen de impuestos que pagan, por encima de otros sectores. Las entidades pagan un tipo impositivo por el impuesto de sociedades del 30% frente al 25% habitual que paga el resto de sectores. Además de otras tasas y contribuciones, el Gobierno español aprobó el año pasado un gravamen temporal para los ejercicios 2022 y 2023, ya que consideraba que los bancos obtendrán en este periodo unos ingresos extraordinarios debido a la rápida y continua subida de tipos de interés por parte del Banco Central Europeo (BCE), que están provocando un aumento disparado de los ingresos. De hecho, el año pasado la banca española batió su récord de beneficios y este año va camino de superar esas cifras.
En ese sentido, el Ejecutivo español diseñó un impuesto temporal que grava el 4,8% de los ingresos (margen de intereses más comisiones netas) de los bancos que en 2019 (el año previo a la pandemia) alcanzasen 800 millones de euros entre ambos conceptos. Con esta medida, Hacienda ya ha recaudado unos 1.500 millones a cargo de 2022. Después de España, otros países como Italia y Países Bajos se han aplicado impuestos similares.
Ese impuesto especial también se impuso a las empresas energéticas para gravar los beneficios caídos del cielo. La semana pasada Repsol ya amenazó con llevar proyectos a Portugal si sale adelante la propuesta de convertir en definitivo el impuesto extraordinario. De hecho, en un comunicado remitido a la Comisión Nacional del Mercado de Valores que la inestabilidad regulatoria “podría condicionar los futuros proyectos industriales de Repsol en España”.
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