Calviño no descarta alargar más allá de 2024 el impuesto extraordinario a la banca
La vicepresidenta primera en funciones señala que la decisión está condicionada a la situación presupuestaria y a cómo evolucionen los beneficios del sector
La vicepresidenta primera del Gobierno en funciones, Nadia Calviño, no ha descartado este jueves una posible ampliación en el tiempo del impuesto extraordinario a la banca. Eso sí, este posible alargue queda condicionado a cómo evolucione la situación económica, las necesidades presupuestarias del Estado y los números del sector financiero.
“En la medida en que haya beneficios extraordinarios, habrá que considerarlo. Pero vamos a ver cómo sigue evolucionando la situación económica, la situación presupuestaria y cómo siguen evolucionando los beneficios del sector bancario”, ha indicado en una entrevista en la cadena SER. De esta forma, a falta de conocer si se forma nuevo Gobierno o si hay repetición electoral, Calviño aviva la posibilidad de que el tributo a las entidades se mantenga más allá de 2024.
De hecho, en junio, a un mes de las elecciones generales, tanto el Ejecutivo como el PP coincidían en que era prematuro asegurar si la tasa se eliminaría tras su segundo año de aplicación. Fue a final de junio, en una de las jornadas de un foro económico durante los cursos de verano de la Universidad Menéndez Pelayo, cuando la propia Calviño y el vicesecretario de Economía del PP, Juan Bravo, avanzaron que la decisión no estaba tomada y que dependería de la evolución de los datos. Contra todo pronóstico, Gobierno y oposición se ponían de acuerdo en algo poco antes del 23-J.
Según el texto aprobado, la tasa es temporal, por dos años (se liquida en 2023 y 2024 en función del resultado de los ejercicios 2022 y 2023). Los grupos financieros lo han recurrido en los tribunales y son optimistas sobre su desenlace. Eso sí, son conscientes de las necesidades presupuestarias que tendrá el Ejecutivo para 2024 y años posteriores. Las cuentas son claras y el resultado puede ser un tributo temporal que se alargue más allá de la fecha prevista.
Ahora, tras unos meses en los que el impuesto extraordinario a la banca ha pasado a un segundo plano, a excepción de sus similitudes con el anunciado recientemente por el Ejecutivo italiano que dirige la ultraderechista Giorgia Meloni, vuelve al primer plano. La también titular de Economía en funciones ha incidido en que esta decisión de extender la tasa al sector financiero, como otras que ha ido adoptando el Gobierno de coalición, se tomará en función de la situación en cada momento. “No es ni un sí ni un no, tomaremos la decisión sobre la base de la situación cuando llegue el momento de evaluarlo”, ha zanjado.
Por otra parte, la vicepresidenta ha celebrado el respiro dado el último mes por el euríbor: en agosto ha anotado su primera caída en 20 meses. “Ya se está frenando”, ha dicho Calviño, que ha asegurado que le consta que la banca no está transfiriendo al completo a las hipotecas la subida de los tipos de interés. “Tienen interés en dar esas hipotecas y están dando condiciones que quizás están un poco por debajo”. En línea con lo que defendía hace meses el Banco de España, que aseguraba que las entidades estaban remunerando menos que sus pares europeos el ahorro, pero que también habían encarecido menos los préstamos para compra de vivienda.
Pese al frenazo del euríbor, para una hipoteca media —145.510 euros a pagar en 24 años, según los datos del INE referentes a 2022— contratada a tipo variable (solo un cuarto del total están a tipo fijo, según el supervisor), contando con un diferencial de euríbor más un punto y descontando el capital amortizado en el último año, ese crecimiento supondrá pagar 202,7 euros más al mes (pasaría de 654,3 euros mensuales a 857 euros). Esto es, 2.432,4 euros de sobrecoste al año.
Por otro lado, la batalla sobre la retribución que ofrece el sector financiero español por el ahorro no ha concluido. Calviño, que encargó antes de las elecciones a la CNMC un estudio sobre por qué la banca no retribuye más los depósitos, ha insistido en que los grupos financieros tienen que ofrecer una remuneración adecuada. Este tema se volverá a abordar con las patronales bancarias en las próximas semanas, así como el funcionamiento de la ampliación del Código de Buenas Prácticas.
“Voy a ver cómo está la situación, cómo está evolucionando y voy a ver con ellos qué perspectivas hay y, por supuesto, que haya una adecuada remuneración del ahorro (...). Los bancos tienen que ir progresivamente remunerando de forma adecuada los depósitos”, ha apuntado Calviño. La oferta existente resulta poco generosa, sobre todo si se compara con otras alternativas como las letras del Tesoro, que “se están remunerando más que lo que pueda ser un depósito en este momento”, ha zanjado la vicepresidenta primera en funciones.
Sigue toda la información de Cinco Días en Facebook, Twitter y Linkedin, o en nuestra newsletter Agenda de Cinco Días