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Una oportunidad histórica para ahorrar en energía y aumentar el valor de la vivienda

Los fondos europeos y las deducciones por IRPF facilitan la rehabilitación de los edificios, que deberán prepararse para cumplir con la normativa europea. Las actuaciones otorgan un beneficio económico a la comunidad y mejoran la salud y el confort de las personas. Los profesionales están volcados para facilitar el tránsito, pero se necesita más concienciación de la sociedad

La inversión en vivienda es para muchos la más importante de las que realizan en su vida. De ahí la necesidad de cuidarla tanto por dentro como por fuera. Este asunto cobra especial relevancia con la transición energética, donde la eficiencia y el ahorro van a ser claves para la economía y la sociedad. CincoDías, en colaboración con BBVA, organizó un desayuno bajo la temática Eficiencia energética en el hogar: clave para ahorrar y aumentar el valor de la vivienda.

Diego Cordón, director de Energía y Sostenibilidad de BBVA en España, arrancó el debate con algunos datos relevantes: “El objetivo de tener fecha para la descarbonización en 2050 es un pilar fundamental”. En el ámbito europeo, destacó que se “haya modificado la directiva de eficiencia de edificios, donde para 2030 tienen que ser al menos letra E y para 2033, la D. Esto significa que en 10 años, por obligación, habrá que actuar sobre el 80% de las viviendas españolas, que tienen un nivel energético bajo –más de la mitad del parque es anterior a 1980–. La ventaja es que existen subvenciones que vienen de los fondos que pueden llegar a cubrir hasta el 80%, y una reducción del IRPF de hasta el 60% para el 20% restante de la inversión. El resultado sería ahorro, confort y un mayor impacto en el precio de las viviendas”.

En este contexto, Álvaro Martín, responsable de desarrollo de negocio-comunidades de vecinos de Elecnor, dijo que “ahora mismo el foco está en el parque construido”. “El 40% de la energía que consumismos viene de los edificios; el 40% de las emisiones de CO2 del planeta vienen de ahí también, y el 40% tiene más de 50 años”.

Para María José Peñalver, tesorera del Consejo Superior de Colegios de Arquitectos de España (CSCAE), la “revolución” se produjo a “raíz de la pandemia”. “Ante la crisis económica, Europa consideró la construcción como un tractor económico y decidió incentivar la renovación del parque edificado bajo unas condiciones de eficiencia energética”. Su mensaje es el de “la necesidad de un compromiso por parte de todos y aprovechar el momento para hacer una rehabilitación integral que englobe una mejora en la salubridad, seguridad, flexibilidad y la eficiencia energética. Y para eso vienen los fondos europeos. Tenemos que mejorar la salud de las personas a través de la arquitectura, y no solo a nivel de la casa, sino también urbanístico, creando entornos saludables y sostenibles”.

El problema para Emilio Miguel Mitre, responsable internacional de Green Building Council España (GBCE), el consejo para la edificación sostenible en España es que “hay un de­senfoque bestial sobe la rehabilitación”. “Hay muchas cosas que no están monetizadas. Estamos en una transición, pero las cuentas las seguimos haciendo como antes. Más que la concienciación, realmente lo que tiene que pasar es que la gente vea que otros lo están haciendo. Hace falta una transformación cultural integral, porque ni siquiera el ahorro que supone está llegando a la población”.

Peñalver insistió en el papel del ciudadano y en la forma en que están llegando los mensajes, ya “que es un asunto complejo y difícil de explicar. En España tenemos muy poca educación medioambiental; hay que comenzar desde el colegio porque hay mucho que enseñar y mentalizar. Lo que estamos haciendo es para futuras generaciones y si ellos tienen esa concienciación todo va a ser mejor”.

Sobre el tema de la inversión, la experta comentó que “se calcula que la amortización de todas las medidas estará en torno a 15 o 20 años. Si no fuera por las entidades financieras, que con un periodo de carencia puede llegar a los 24 meses, sería muy difícil porque aunque accedas a la subvención de hasta el 80%, la comunidad necesita dinero para arrancar”.

Ir de la mano

Dentro de este contexto, Diego Cordón mencionó el problema del desconocimiento de lo que es la sostenibilidad por parte de los vecinos y su presidente, así como la forma de acometer soluciones. “Nosotros como banco ofrecemos soluciones llave en mano, para, en la medida de lo posible, cuando decidan hacerlo, sea de la manera más sencilla posible”.

Hay muchas viviendas que ya han solicitado el apoyo de los fondos Next Generation. “Es una dinámica que está arrancado. Hay unas cuantas familias que lo están viendo claro, pero hay otras muchas que no”, aclaró Emilio Miguel Mitre.

“Sociedad de Tasación está sacando informes semestrales donde dice que la vivienda rehabilitada en España se incrementa de valor un 24% de media, pero no se asocia a la eficiencia energética. La rehabilitación de tu casa cuesta lo que un coche, y este al día siguiente de cogerlo vale el 80%, mientras que en la rehabilitación del inmueble ocurre justo lo contrario”, añadió.

Bajo la experiencia de Álvaro Martín “es importante conocer el edificio donde se vive. Estamos metidos en una vorágine de presupuestos, números y porcentajes y falta centrar el tiro por todas las partes. Queremos ahorrar energía y el 70% se escapa por mal aislamiento térmico”. El experto, además, avisó de que “cuando Europa subvenciona no es por si lo quieres hacer, es porque hay que hacerlo”.

Emilio Miguel Mitre habló de acciones concretas para mejorar la eficiencia en los hogares. “Básicamente hay como tres pasos: reducir la necesidad de calor y frío, donde las actuaciones están en la envolvente del edificio (abrigar la parte ciega de las fachadas, cambiar ventanas o poner parasoles), que puede reducir dos tercios la factura energética, sustituir la caldera por bomba de calor y lo que queda alimentarlo con renovables”.

Dentro del hogar hay otras medidas de las que se llevan hablando 10 años pero que todavía no están incorporadas por todos. Álvaro Martín así lo explicó: “Los electrodomésticos ya tienen un etiquetado desde hace tiempo, similar al de los edificios donde lo que se pretende es medir lo que se consume. El termostato es otra cosa que se tiene al alcance de la mano; subir un grado la temperatura puede incrementar la factura un 7% o 10%. Por otro lado, se ha conseguido individualizar los consumos de la calefacción central, pero en cuanto a la iluminación led, todavía la mitad de los ayuntamientos de España no la tienen en sus calles y ahorra entre un 40% y 70%. El autoconsumo solar no es lo más importante en nuestros edificios, hay que atender primero a que se consuma menos”, subrayó.

Diego Cordón resumió las necesidades más apremiantes: concienciación, soluciones llave en mano y disponer de productos sencillos adaptados a la sociedad. “En España no hay tradición en este tipo de actuaciones, no se sabe muy bien cómo hacerlo. Las soluciones llave en mano son actuaciones que llevan mucho tiempo, y hay que facilitar este proceso. En cuanto a producto, históricamente, las comunidades siempre se han financiado mediante derramas y eso para este tipo de ejecuciones es imposible, porque aunque esté subvencionado y tengas la reducción del IRPF, la realidad es que hay que hacer una inversión primero”.

Álvaro Martín estuvo de acuerdo en que aparte de las subvenciones, “las comunidades necesitan de financiación bancaria”. Con respecto a los fondos Next Generation quiso matizar “que son capaces de arrastrar otras realizaciones como la accesibilidad de los edificios”.

Peñalver coincidió en su importancia: “Puedes hacer una rehabilitación integral porque vas a tener financiación igualmente para accesibilidad, seguridad... solo por cumplir los requisitos energéticos”.

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