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Ramón Aragonés: el empleado discreto que alcanzó la cima en NH rozando los 70 años

Desarrolló gran parte de su carrera en Hesperia, donde tuvo como referente a Javier Illa, y congenió desde el principio con el presidente y el consejero delegado de Minor

Carlos Molina
NH

El terremoto generado por Minor para esquivar una OPA de exclusión de NH, de la que controla el 94% de sus acciones, acabó con una reprobación sin precedentes de la CNMV, la dimisión de los tres independientes del Consejo de Administración y los nombramientos de Dilip Rajakarier, consejero delegado de Minor Hotels como nuevo presidente del Consejo, y de Ramón Aragonés, consejero delegado de NH, como vicepresidente del Consejo.

Casi sin quererlo y con ese perfil discreto que le ha caracterizado desde que hizo sus primeros escarceos en el mercado laboral, Aragonés ha logrado alcanzar la cima en NH rozando los 70 años y su entorno más cercano descarta que vaya a abandonar el barco en breve. Pero no por ambición sino por la ilusión de terminar su carrera dejando a la compañía hotelera saneada y en cifras por encima de los niveles previos a la pandemia. “Podría haberse jubilado ya hace tiempo, pero la crisis generada por el Covid-19 no le habría dejado tranquilo si se hubiese marchado en este momento”.

La carrera profesional del vicepresidente de NH empezó en un hotel y si nada lo remedia acabara también en un hotel. Nacido en Madrid en 1954, estudió Hostelería y Turismo en las Universidades de Palma de Mallorca y Lovaina, y en el Centro Superior de Hostelería de Palma de Mallorca. Su primer trabajo fue como recepcionista en un hotel y posteriormente fue escalando posiciones hasta ser nombrado director comercial de la hotelera IHH o director de Operaciones en cadenas como Stab Hotel o Le Dome en Bruselas.

El primer gran hito en su carrera se produjo en 1995, con 31 años cumplidos, cuando entró en Hesperia, donde desarrolló quince años de carrera profesional de la mano de Javier Illa, consejero delegado de la compañía. Su primer destino fue Venezuela, donde ejerció como responsable de desarrollo de Hesperia para posteriormente ser promocionado a director de Operaciones de la cadena y finalmente en 2000 hacerse cargo de la Dirección General. “Fue un estrecho colaborador y un admirador de Illa, que era en esa época director general de Hesperia y consejero delegado del Grupo Inversor Hesperia (Gihsa), la patrimonial de la familia de José Antonio Castro , presidente de Hesperia”, recalca otro empresario hotelero muy cercano a Illa. “Ramón es un buen profesional, una persona discreta y muy poco dado a la exposición pública. Pese a ello siempre he mantenido una relación cordial con él”.

Si el atributo más repetido para definir a Ramón Aragonés es el de la discreción, el segundo más mencionado es el de la lealtad. “Es un hombre de empresa”, recalca uno de sus más estrechos colaboradores. Solo de esa manera se puede entender el buen recuerdo que ha dejado allá por donde ha pasado. En las ediciones de la Feria Internacional de Turismo (Fitur) previas a la pandemia, el mayor evento del sector en España, era habitual verle departiendo en un reservado en un tono distendido y de amistad con José Antonio Castro, presidente de Hesperia, y con Jordi Ferrer, consejero delegado de Hesperia, cuando el ya era consejero delegado de NH y su relación podía ser entendida de estricta competencia. Nada más lejos de la realidad. “Cree mucho en las personas que le acompañaron desde Hesperia y que han crecido también a su lado en NH, como el director general de Operaciones Rufino Pérez y la directora general de Activos y Desarrollo Laia Lahoz. Son sus personas de máxima confianza y ambos son miembros del nuevo Consejo de Administración”.

Su entorno cree que no se retirará hasta que no deje a la compañía saneada y con cifras similares a las de 2019

En 2010, Hesperia era el mayor accionista de NH, con un 20% del capital, y optó por integrarse con su participada. Aragonés fue nombrado en primer lugar director general de la unidad de negocio de NH en España y en 2012, “tras dos años de excelentes resultados”, tal y como revela el citado colaborador, fue trasladado a las oficinas centrales para desempeñar el cargo de director general de Operaciones. Ya en aquella época se produjo la entrada del gigante chino HNA, que inicialmente se hizo con una participación del 20% del capital y que pocos meses después la incrementó para convertirse en el mayor accionista y tocar techo en 2014, cuando poseía el 29,5% de las acciones.

Ahí fue donde empezó a larvarse la mayor crisis reputacional que ha vivido NH, muy por encima de la sucedida las pasadas semanas con el intento de Minor de hacerse con el 6% que no poseía sin hacer una OPA de exclusión, y que saltó por los aires en la junta de accionistas celebrada el 21 de junio de 2016. El fondo Oceanwood, que estaba representado en esa fecha por Alfredo Fernández Agrás, presidente del Consejo de Administración y consejero independiente que ha dimitido por el conflicto en Minor, solicitó de forma extraordinaria que se votara la inhabilitación de HNA de los órganos de gobierno de la sociedad por un conflicto de competencia generado tras la compra de Carlson, grupo hotelero con marcas como Radisson, considerado como competidor directo en mercados como Alemania y Bélgica. La petición se saldó con la salida del consejero delegado, Federico González Tejera, que respaldaba la posición de HNA.

Aragonés la vivió en primera persona como director general de Operaciones y solo seis meses después fue nombrado consejero delegado de NH. El terremoto que supuso la OPA de Minor sobre NH, que culminó de forma inesperada en octubre de 2018 con la compra del 94% de las acciones por parte del grupo tailandés, lo vivió con normalidad. “Tiene una excelente relación con Dillip Rajakarier, consejero delegado de Minor, y con William E. Heinecke, fundador y presidente de Minor”. Solo de esa manera se explica el hecho de que frente a la hostilidad mostrada por una gran parte de la cúpula directiva, Ramón Aragonés, siempre centrado en su papel de hombre de empresa, se volcó en un plan estratégico cuyo primer mandamiento era la reducción de la deuda. “Ese mismo año consiguió completar en tiempo récord el plan estratégico de la compañía, que en 2018 alcanzó el récord de beneficios de toda su historia”.

Luego vinieron la pandemia y los dos peores años de la historia de NH, en los que acumuló más de 500 millones de pérdidas. En 2022 volvió a la senda de las ganancias, con un beneficio neto de 100 millones y este año seguramente se recuperarán las cifras prepandemia. Una vez que se recomponga el Consejo de Administración de NH (la Junta que se celebrará el 20 de junio deberá aprobar los cambios) y que el máximo accionista culmine el abordaje definitivo con compras masivas (solo en dos semanas compró 4,7 millones de acciones, el 1,1% del capital hasta superar el 95%), Aragonés podrá afrontar su siguiente reto: desbancar a Meliá de la primera posición del ranking hotelero en España. En 2022 superó sus ingresos y su capitalización bursátil y rozó su beneficio neto. La hotelera espera poder hacerlo este año y recuperar una posición de privilegio que perdió en 2011, cuando obtuvo una cifra de negocio de 1.532,4 millones de euros, con una cartera de 345 hoteles y 51.591 habitaciones. En ese mismo período, la hotelera en manos de la familia Escarrer obtuvo unos ingresos de 1.279 millones de euros, con 301 hoteles en cartera y 75.022 habitaciones.

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Sobre la firma

Carlos Molina
Periodista de la sección de Empresas, especializado en hoteles, turoperadores, agencias de viajes y aerolíneas. Trabajó en la sección de Especiales entre 2001 y 2005 y escribió sobre comercio exterior, política económica y macroeconomía en la sección de Economía entre 2005 y 2015. También ha trabajado en ABC, Interviú y el diario Mediterráneo.

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