EY cancela la escisión de los negocios de auditoría y consultoría
La negativa de la filial de EE UU a participar en la operación ha tumbado el proceso
La cúpula de EY ha comunicado a los socios de la big four que han decidido paralizar los planes para escindir sus negocios de auditoría y consultoría. Esto se ha producido después de que la filial de EE UU decidiese no apoyar el proyecto.
“Dada la importancia estratégica de la empresa miembro estadounidense para el para el Proyecto Everest, estamos dejando de trabajar en el proyecto”, dijo la empresa en un comunicado remitido a sus socios, al que han tenido acceso Financial Times y Bloomberg.
Esta nota también afirma que la compañía pretende, en el futuro, dibujar una nueva hoja de ruta. “El ejecutivo mundial mantiene su compromiso de seguir adelante con la creación de dos organizaciones de categoría mundial que sigan avanzando en la calidad de la auditoría, la independencia y la elección del cliente”, afirma.
Ya el mes pasado la cúpula de la compañía decidió poner en revisión el plan de escisión, ante las dificultades por determinar qué parte de su negocio fiscal podría permanecer en la división de auditoría o qué pasará con el servicio que prestan como despacho de abogados, que en algunos ordenamientos jurídicos de países donde EY está presente, por ejemplo, no pueden estar integrados en firmas que coticen en Bolsa y el proyecto originario prevé que la empresa de consultoría resultante salga al parqué. Esto suponía retrasar el calendario previsto, que pasaba por someter la transacción a votación a sus 13.000 socios durante los meses de abril y mayo.
La idea original del proyecto, lanzado durante el mes de septiembre, es separar las divisiones de consultoría y auditoría con el objetivo de salvar las duras normas que en la mayoría de países impiden a las firmas de servicios asesorar a empresas que también han auditado, lo que en la práctica estaría impidiendo el crecimiento de EY. Dentro del diseño de cómo serán las dos firmas resultantes, la mayor parte de su negocio fiscal estaría dentro de la división de consultoría. Sin embargo, según distintos medios estadounidenses, los auditores de EE UU prefieren de forma mayoritaria permanecer en la futura auditora.
Ha sido la negativa de la cúpula de la firma en este país la que ha terminado por tumbar el proyecto. Recelaban precisamente de la conveniencia de dividir por la mitad el negocio fiscal de EY y de que la empresa independiente centrada en la auditoría fuera lo suficientemente fuerte desde el punto de vista financiero como para mantener la calidad de la auditoría.
“Empezaremos a tomar medidas basadas en lo que hemos aprendido del trabajo realizado el año pasado, medidas que beneficiarán a nuestros negocios en la actualidad y nos prepararán mejor para una nueva transacción”, sostiene el comunicado.
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