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Juan Bravo Baena: “Los beneficios extraordinarios deben gravarse, pero de acuerdo con Europa”

Asegura que un eventual Gobierno del PP no derogaría la reforma laboral

El vicesecretario de Economía del PP, Juan Bravo.
El vicesecretario de Economía del PP, Juan Bravo.PABLO MONGE

Juan Bravo Baena (Palma de Mallorca, 1974) ocupa uno de los despachos de la quinta planta de la sede nacional del Partido Popular, en la madrileña calle de Génova. Allí llegó en calidad de vicesecretario de Economía nacional hace casi un año, en abril de 2022, cuando Alberto Núñez Feijóo asumió la presidencia del partido tras el cisma interno que provocó la destitución de Pablo Casado. Desde entonces, el antiguo consejero de Hacienda y Financiación Europea de la Junta de Andalucía de Juanma Moreno es una de las voces que guían la política económica de la formación. Recibe a este diario tras el Pleno del Senado celebrado el pasado martes, en el que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, anunció la subida del 8% del SMI.

R. El Gobierno acaba de anunciar otra subida del salario mínimo interprofesional y Alberto Núñez Feijóo, presidente del PP, ha apoyado la medida. ¿Cree que, más allá del SMI, deben mejorar los salarios de los trabajadores en general en España?
R. Debemos aspirar a ello, pero antes tenemos que analizar por qué tenemos peores condiciones que otros países. Un elemento claro es la productividad, que tenemos que mejorar. El presidente Sánchez reconoció que es verdad que sube el salario mínimo, pero que nuestra productividad ha crecido muy poco. Incluso desde el punto de vista recaudatorio, una persona que gana 15.000 euros, entre impuestos y cotizaciones sociales, paga aproximadamente 4.500. Si gana 30.000, paga 15.000. ¿Qué nos interesa más? Eso, primero para que la gente esté mejor, pero también porque recaudaríamos mucho más sin necesidad de subir impuestos. Tenemos que recuperar esa clase media, que es la que permite activar el consumo o la compra de vivienda. Es en general lo que activa una sociedad, entonces debemos aspirar a ello.
R. ¿Tienen margen las empresas para subir salarios?
R. Proteger a los trabajadores es fundamental, pero también lo es proteger a las empresas. El pacto de rentas del que todos hablan debe ser a tres: empresas, trabajadores y Estado o Administración. No nos olvidemos de que el que está teniendo beneficios extraordinarios es el Gobierno, que recaudará 50.000 millones de euros más en 2022 sin que la economía se haya recuperado.
El que está teniendo beneficios extraordinarios es el Gobierno
R. España ha cerrado el año 2022 batiendo previsiones con un crecimiento del 5,5%. El empleo está teniendo también unos datos de récord. ¿Diría que el país va bien?
R. La previsión [en verano de 2021] era crecer un 7% y hemos crecido un 5,5%. En segundo lugar, somos el único país europeo que no ha recuperado el nivel prepandemia y el de mayor tasa de desempleo. En afiliación hay 1,3 millones de personas más trabajando, pero casi 400.000 son empleados públicos, que son muy importantes, pero no son la parte productiva del país. Tenemos 1,3 millones más de personas trabajando pero no hemos recuperado los niveles previos a la pandemia. Y si cogemos el número de horas trabajadas, hemos perdido. En inflación estamos ahora con tasas menores que en Europa, pero porque empezamos a subir antes. Si cogemos esos valores, España no va bien. Tenemos que intentar tener un sistema productivo adecuado, tenemos que intentar que no se produzcan esos beneficios extraordinarios, porque son desajustes.
R. ¿Entonces se están produciendo beneficios extraordinarios? ¿Habría que gravarlos?
R. Hay que analizar empresa por empresa. Puede ser que se hayan producido, pero eso no es lo que se ha gravado en España. Sobre el beneficio extraordinario sí se deben pagar impuestos, como ha dicho Bruselas, pero si nosotros hacemos algo diferente a lo que hace el resto de Europa, cuando esas empresas tengan que hacer una inversión se irán a otro lugar. El PP dijo que si el Gobierno hiciese lo que plantea Europa, el PP votaría que sí. Pero no ha sido así. En el caso de la banca, además, no se puede asegurar que el gravamen no se repercuta a los clientes. El reglamento del Banco Central Europeo dice que se tiene que repercutir [el eurobanco lo planteó en un dictamen sobre la tasa hecho público en noviembre], con lo cual al final no hemos puesto un impuesto a la banca, sino un impuesto a los ciudadanos. Todo esto en un contexto en el que se han recaudado 50.000 millones más. España es uno de los países de la OCDE en los que más ha subido la presión fiscal.
España es uno de los países en los que más ha subido la presión fiscal
R. En presión fiscal seguimos lejos de la media de los países del entorno.
R. Con las últimas subidas que hemos tenido, ya no tanto. Somos uno de los países que más han subido la presión fiscal mientras otros la están bajando, como ha hecho Portugal, por coger un Gobierno de izquierdas. Y no hay que irse a otros países, la Comunidad Valenciana [han anunciado la deflactación del IRPF], por coger comunidades que no sean del PP, los ha bajado también, como Madrid o Andalucía.
R. Madrid ha deflactado la tarifa beneficiando a todos los tramos de renta, incluyendo a las rentas más altas.
R. Los que más se benefician en Madrid son los que menos tienen. Otra cosa es que sobre el total de ingresos las rentas altas se beneficien más en términos absolutos. El Gobierno subió el mínimo de tributación de 14.000 a 15.000 euros, que es lo que proponíamos nosotros y lo que finalmente han hecho. En segundo lugar, han puesto en marcha la ayuda de 200 euros, que nosotros pedíamos que fuese de 300. Esto ha llegado a 600.000 familias. Es decir, con 120 millones de euros han intentado solucionar el problema, pero con 50.000 millones de recaudación extra se podría haber hecho un mayor esfuerzo. No es bajar por bajar, hay que ver a quién. Porque el de 100.000 euros también lo estará pasando mal, pero tiene otras condiciones para poder afrontar todo.
R. Teniendo en cuenta los niveles de deuda y déficit, ¿un Gobierno del PP bajaría impuestos?
R. El compromiso que ha adquirido el presidente Feijóo es que nosotros no subiremos los impuestos. Y cuando las cuentas públicas lo permitan y la situación lo permita, los bajaremos. Lo que pueden tener seguro es que cada tres o seis meses no habrá un gravamen nuevo.
R. La tasa de temporalidad en el mercado de trabajo de España, que es un mal endémico histórico de este país, ha caído ostensiblemente. ¿Ha funcionado la reforma laboral?
R. ¿Qué hemos hecho con la reforma laboral? El maquillaje de cambiar contratos de obra o servicio por contratos de fijo discontinuo. Si vosotros cogéis los datos de las estadísticas, veis que donde antes había entre 600.000 y 800.000 contratos de obra y servicio al mes, hoy hay 600. Los otros se han convertido en fijos discontinuos. Según datos oficiales, 1 de cada 5 contratos que se firman duran menos de una semana. Y de media duran 45 días. Si tenemos menos horas trabajadas, en media por cada trabajador, no hemos reducido esa temporalidad, que no digo que sea fácil..
La reforma laboral ha maquillado el mercado de trabajo
R. Usted lo llama maquillaje, pero tener un contrato de obra y servicio no es igual que tener un contrato fijo discontinuo (estos últimos son indemnizados en caso de despido con toda la antigüedad acumulada, más allá de los periodos de actividad mantenidos y no cuentan como afiliados a la Seguridad Social en los periodos de inactividad).
R. ¿En qué ha cambiado? El fijo discontinuo acumula antigüedad, pero es que al de obra y servicios le liquidaban cuando finalizaba el contrato. No acumulaba antigüedad a cambio de una indemnización. Si vas al banco siendo fijo discontinuo te piden la vida laboral porque saben que siendo fijo discontinuo tu contrato puede ser de una hora al mes, de una hora en todo el año. Siendo fijo discontinuo parece lógico que te vuelvan a llamar si trabajas bien, pero hay muchísima gente en España que lleva muchos años con contratos de obra y servicio y a la que siguen llamando porque son buenos trabajadores. Por eso decimos maquillaje, porque la reforma laboral lo que ha hecho ha sido cambiar el nombre de la realidad, pero no ha mejorado las condiciones.
R. ¿Derogaría la reforma laboral en un eventual Gobierno del PP?
R. No, la mejoraría sin duda. Pero no la derogaría. No podemos entrar en la guerra de estar chocando continuamente. Pero esta reforma laboral no ha provocado una mejora en el empleo. Tenemos el doble de desempleo que en la UE. Si nos quedásemos como en Europa significaría que trabajarían en España 1,5, 1,6 o 1,7 millones más de españoles. Si trabajase toda esa gente no tendríamos problemas de recaudación ni problemas de pensiones y cotizaciones. Esa reforma debe ir a que esa gente que quiere trabajar y tiene oportunidades.
R. España tiene que abordar la segunda parte de la reforma de pensiones. ¿Qué propone?
R. En cuanto a las pensiones, la duda nunca debe ser si hay que subirlas con el IPC. La duda es cómo vamos a hacer sostenible el sistema. El planteamiento actual no es sostenible. De hecho, ese compromiso que había adquirido el Gobierno de España con Europa en materia de reforma de las pensiones no se ha cumplido. La ampliación del periodo de cotización para el cálculo de las pensiones, que eran 25 años, aunque inicialmente se dijo a 35, significa que las nuevas pensiones caerán un 8,2%, según el Banco de España. ¿Cómo se asegura la sostenibilidad? Con 1,7 millones más de personas trabajando y dando más productividad al sistema para que las empresas y los ciudadanos puedan pagar más impuestos. También tendremos que atacar la natalidad. Eso nos asegura futuro. Y abordar el debate del gasto público. La Airef (autoridad fiscal independiente) ha hecho una revisión de 104.000 millones de euros de gasto público y ha visto que 25.000 millones se pueden gastar mejor o directamente no gastar. Con eso solucionas la subida del 8,5%.
R. Durante los primeros meses, el discurso de Feijóo se centró más en la economía que ahora. ¿Se ha diluido el argumento?
R. No, para mí la economía es muy importante, pero hay cuestiones que en determinado momentos lo son más. En el camino ha llegado la ley del solo sí es sí. En ese entorno también se ha reducido la malversación y la sedición. Nosotros no hemos parado de plantear medidas de índole político económico.

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