Los bancos de la zona euro ya han cumplido su pena bursátil
Los inversores podrían estar pasando por alto hasta qué punto las entidades han enmendado sus errores
Es innegable que los bancos europeos se han ganado a pulso su reputación de irresponsables financieros. Sus bajas valoraciones bursátiles se las ganaron a pulso durante años de préstamos arriesgados, deslices en el trading y excesiva ingeniería financiera. Pero los inversores podrían estar pasando por alto hasta qué punto entidades como Deutsche Bank y otras han enmendado sus errores a lo largo de los años.
Los principales bancos de la zona euro y de Reino Unido cotizan con un descuento del 40% respecto al índice de referencia de la región, según múltiplos de precio/beneficios a plazo recogidos por Refinitiv. En cierto sentido, no es de extrañar: la historia dice que es una mala idea poseer bancos en una recesión como la que se avecina. Los bancos estuvieron en el epicentro de la crisis de 2008, y muchos necesitaron un rescate. La posterior crisis de la zona euro en 2012 provocó una oleada de deudas incobrables que lastró los beneficios.
Con la ralentización del crecimiento y la advertencia del jefe de vigilancia bancaria de la UE, Andrea Enria, de que aumentarán los impagos, los inversores parecen asumir que volverá a ocurrir lo mismo. Pero podría decirse que los bancos merecen más crédito por su rehabilitación, que podría considerarse una especie de programa de recuperación en seis fases.
Primero, los bancos europeos han eliminado muchos préstamos dudosos. Según los analistas de Bank of America, hace una década, aproximadamente la mitad de las denominadas pérdidas crediticias de los bancos procedían en realidad del deterioro de préstamos que ya habían sido fallidos pero que seguían en el balance. Más recientemente, sin embargo, los bancos de la zona euro se han enfrentado a sus pecados pasados y se han deshecho de los préstamos morosos. El mérito es de los reguladores, que los animaron, y de los Gobiernos, que a menudo dieron garantías a las ventas. Esta limpieza ayudará ahora a directivos como Andrea Orcel, de Unicredit.
Segundo, están siendo más cuidadosos a la hora de conceder nuevos préstamos. No hay indicios de que los bancos se hayan lanzado a conceder préstamos, a pesar de los años de tipos mínimos. Entre noviembre de 2012 y noviembre de 2022, el crédito total de los bancos de la zona euro a hogares y empresas creció a un ritmo anual inferior al 2%, una fracción de su ritmo anterior a 2008. Mientras, el mayor banco británico de entonces, Royal Bank of Scotland –ahora NatWest– tiene un balance de apenas un tercio de su tamaño anterior.
Cuando prestan, asumen menos riesgos. Empecemos por los créditos minoristas. En la zona euro, la exposición del sector a la financiación al consumo, relativamente arriesgada, ha caído como porcentaje del total, mientras que la proporción de hipotecas ha subido. Esto es útil para los bancos porque es mucho menos probable que los prestatarios incumplan el pago de un préstamo hipotecario, lo que podría llevar a perder la casa, que el de una deuda no garantizada como las tarjetas de crédito. Contrasta con EE UU, donde la financiación al consumo se ha disparado.
Los clientes, por su parte, están en mejores condiciones. Los bancos de toda la región han ido eliminando gradualmente las hipotecas de tipo variable en favor de las de fijo, lo que ayuda a aislar a los prestatarios del coste inmediato de unos tipos más altos. La combinación de confinamientos pandémicos y programas de apoyo públicos ha hecho además que la tasa de ahorro crezca en la mayoría de las principales economías. Así que los hogares disponen de un colchón de efectivo mucho mayor.
Aunque las empresas siguen en riesgo, ahora es un problema compartido. Los bancos tienen un problema cuando las pymes atraviesan tiempos difíciles, ya que es más probable que quiebren que los grandes prestatarios. Pero como los políticos avalaron tantos préstamos durante la pandemia, gran parte del riesgo recae ahora en el Estado. Según Jefferies, casi un décimo de los créditos a empresas no financieras de BNP Paribas y Société Générale están garantizados por el Estado. Los mismos analistas estiman que Intesa Sanpaolo, Santander, BBVA, CaixaBank y UniCredit cuentan con el respaldo de los contribuyentes para entre el 10% y el 22% de sus créditos a empresas nacionales.
Por último, los bancos han dominado algunos de sus hábitos históricamente más delicados. En 2008, se acumulaban las pérdidas derivadas de las grandes apuestas de trading y de banca de inversión en activos como la deuda de compras apalancadas y los bonos hipotecarios. Todavía existen focos de riesgo en esas áreas: BNP, por ejemplo, respaldó las compras de Twitter y de los supermercados británicos Wm Morrison, y podría quedarse colgada con parte de esa deuda.
Pero otros se han replegado. En 2007, según Refinitiv, los bancos de la zona euro y de Reino Unido ocupaban 9 de los 20 primeros puestos del mundo en colocación de financiación apalancada, mientras que en 2022 solo 3 figuraban en esa lista. El viejo caso perdido Deutsche Bank ha reducido enormemente su exposición al crédito de riesgo. Los bancos de inversión europeos también han recortado la proporción de sus balances disponible para los traders, lo que se refleja en la cantidad que los bancos podrían perder en un día, conocida como valor en riesgo. Ello reduce el peligro de un estallido hipotecario como el de 2008.
Gracias a este saneamiento y al aumento de los ingresos por la subida de los tipos, los analistas estiman que los grandes bancos de la zona euro y Reino Unido obtendrán este año unos beneficios considerables, equivalentes a más del 10% de los fondos propios tangibles, más que en cualquier otro momento de la última década. Y dado que los inversores suelen exigir una rentabilidad mínima del 10% por poseer acciones bancarias, debería de ser suficiente para justificar unas valoraciones acordes con el valor contable de las entidades cotizadas.
Pero no es así. Los bancos de la región cotizan a solo dos tercios de su valor contable tangible, pese a que últimamente han obtenido mejores resultados que el índice de referencia general. Puede que los inversores quieran ver que los hábitos virtuosos se mantienen y que pueden superar una posible recesión sin muchos problemas. Pero dados los esfuerzos de los bancos por portarse bien, su recidiva bursátil parece injusta.
Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías