Lujo: sector fetiche para sacar partido a la reapertura china
Esta actividad es un clásico a la hora de buscar protección contra la inflación y las crisis económicas, pero el abandono de la política de Covid cero en el gigante asiático es ahora su gran baza
El sector del lujo ha comenzado 2023 dando motivos a sus accionistas para brindar con champán. Su fama de refugio contra la inflación y la debilidad económica no terminó de traducirse en un buen desempeño generalizado en 2022. Ahora, unas perspectivas económicas que siguen instaladas en el pesimismo y, sobre todo, la reapertura de China tras el levantamiento de sus duras medidas de Covid cero, empujan su cotización. En lo poco que va de año varios de los gigantes del sector se han colado entre las mejores acciones del Euro Stoxx 50. Así, LVMH, Kering y Hermès, se apuntan alzas de entre el 12% y el 14% en 2023.
En un mundo en el que, según Credit Suisse, el 1,2% de la población acumulaba a finales de 2021 el 47,8% de la riqueza, las perspectivas de cara a 2023 son positivas. Una buena prueba de ello está en LVMH, la compañía más grande de este sector por valor de mercado. Sus títulos están en máximos históricos y, aun así, el 86,5% de los analistas que cubren la firma recomiendan comprar sus acciones. El resto aconseja mantenerlas y ninguno opta por sugerir la venta. “Este año no tenemos preferencias geográficas, sino sectoriales: consumo de lujo, infraestructuras, bancos y seguros, tecnología selectiva y autos prémium. Se trata de ir reasumiendo riesgos sin dejarse presionar porque 2023 ofrecerá oportunidades”, comentan los analistas de Bankinter en sus estrategias de inversión de este ejercicio.
Los analistas de UBS estiman un crecimiento medio del 9% en los ingresos de las empresas del lujo en 2023, con posibilidad de que incluso sea mayor. “Estos ingresos estarán impulsados por una subida de precios que irá en línea con la inflación, así como por las mayores ventas en China. No obstante, puntualizamos que una recuperación más fuerte de la esperada en China y una vuelta más rápida del turismo procedente del gigante asiático son factores al alza para nuestras previsiones”.
Para dar idea del potencial de recuperación de este mercado, antes del Covid, en 2019, el 33% de los compradores de productos de lujo personal eran de nacionalidad china. En 2021, el porcentaje era del 22%. “Nuestras elecciones estrella son Richemont, Hermès y Moncler, ya que les vemos como los valores más equilibrados del sector, además de estar muy bien posicionados ante la reapertura de China”, añaden desde UBS.
El ahorro de los ciudadanos chinos ha aumentado de forma significativa durante los tres años de restricciones por la pandemia y de estrictas limitaciones a la movilidad. Bank of America ha realizado una estimación: los chinos tienen seis billones de yuanes extras (820.000 millones de euros) más para gastar. “Esta cantidad de ahorro sin precedentes ha activado el debate sobre hasta qué punto espoleará el consumo a medida que el país se reabre. Algunos dudan de que el ahorro se use en el corto plazo, considerando el flojo mercado laboral y el efecto negativo que está teniendo en la riqueza la caída del sector inmobiliario. No estamos de acuerdo”, expresan.
“2023 es el año chino del conejo. Creemos que los inversores deberían perseguir un único conejo en lo que a la reapertura económica de China se refiere: el sector del lujo. Prevemos un 9% de crecimiento global de los ingresos para las empresas del sector a lo largo de este año, y China estará detrás de más de la mitad de este incremento. A pesar de un entorno macro más oscuro en los mercados desarrollados, los últimos datos disponibles siguen apuntando a la resistencia del lujo”, concluyen desde Bank of America.
Tendencia generacional
Todo el crecimiento del mercado del lujo llegó el año pasado de la mano de la generación Y (nacidos entre 1981 y 1993) y de la Z (entre 1994 y 2010), según cuenta Bain & Company en su informe sobre el mercado global del lujo.
“El gasto de las generaciones zeta y alfa (nacidos a partir de 2011) se prevé que crezca tres veces más rápido que el de otras generaciones hasta 2030, año en el que representarán una tercera parte del mercado. Esto tiene que ver en parte con una fijación más precoz hacia los productos de lujo. Los mileniales reparaban en ellos entre los 18 y los 20 años, mientras que la generación zeta lo hace a los 15 años. Se espera que la generación alfa se comporte de forma similar”.
Federica Levato, coautora del informe, sostiene que para satisfacer a este nuevo consumo, las marcas tendrán que tener otras prioridades.
Por su parte, los expertos de Citi reparan en una consecuencia clave de este relevo generacional: los consumidores del lujo jóvenes no son tan inmunes a los malos entornos económicos como lo son los consumidores sénior. Aun así, señalan que “en contraste con los tres meses anteriores, en el último trimestre de 2022 hubo mejoras en el valor total de las transacciones, alentadas por un panorama de precios algo más favorable y por lo inmune que es el consumidor del gran lujo a los entornos de recesión”.